O Sánchez limpia el PSOE de machistas y babosos o la debacle electoral está asegurada

Los últimos escándalos sexuales suponen una pesada losa para el partido en el peor momento de la legislatura

11 de Diciembre de 2025
Actualizado el 15 de diciembre
Guardar
Sánchez en una imagen de archivo
Sánchez en una imagen de archivo | Foto: Pool Moncloa

El Partido Socialista Obrero Español atraviesa una de sus mayores crisis internas en materia de igualdad. Los casos recientes de presunto acoso sexual y comportamientos machistas en sus filas han puesto en cuestión el compromiso del partido con la defensa de los derechos de las mujeres. La exigencia de limpiar el PSOE de machistas, acosadores y babosos se ha convertido en un clamor tanto dentro como fuera de la organización. Está en juego el futuro del partido.

Francisco Salazar, ex alto cargo de Moncloa y dirigente socialista, está acusado de acoso sexual tras varias denuncias internas y una querella judicial presentada en diciembre de 2025. Aunque se ha dado de baja como militante y renunció a sus cargos, el caso ha destapado un problema estructural en el partido. La gestión inicial, percibida como lenta y opaca, ha generado críticas hacia la dirección de Pedro Sánchez.

No se trata de un caso aislado: militantes y trabajadoras han denunciado comportamientos machistas en diferentes niveles de la organización. El PSOE, que históricamente ha defendido la igualdad y ha impulsado leyes pioneras en materia de género, se enfrenta ahora a la contradicción de tener que depurar sus propias filas. La oposición ha aprovechado la situación para cuestionar la credibilidad del partido en materia feminista.

Ayer mismo, el presidente de la Diputación de Lugo, el socialista José Tomé, dimitía tras ser acusado de acoso sexual por varias mujeres, aunque mantiene la alcaldía de Monforte de Lemos y su acta de diputado provincial. Tomé anunció su renuncia en medio de un gran escándalo. Seis mujeres denunciaron a través del canal interno del partido que Tomé habría ofrecido puestos de trabajo “a cambio de favores sexuales”, enviando mensajes obscenos y realizando tocamientos no consentidos. En rueda de prensa ha negado las acusaciones, calificándolas de “denuncias anónimas falsas” y aseguró que se apartaba “por responsabilidad” para defenderse mejor.

El PSOE se enfrenta al riesgo de desgaste político muy serio si no actúa con rapidez y contundencia frente a los casos de acoso y corrupción que han estallado en sus filas. Las últimas encuestas aseguran que, al menos 2 puntos del voto de la mujer, pueden estar transfiriéndose ya a otras opciones, incluso al PP. La contradicción con su discurso feminista está costándole caro al PSOE. El partido se ha presentado históricamente como referente en igualdad y defensa de los derechos de las mujeres. Los casos Salazar y Tomé ponen en duda esa credibilidad.

A las denuncias de acoso se suman otros asuntos como el caso Koldo con sus noticias sórdidas sobre mujeres prostituidas, lo que ha generado la percepción de un partido sumido en la degradación. Obviamente, no es así, pero la imagen que se está transmitiendo en algunos medios de la derecha es esa. Una imagen de decadencia y bajeza moral. Algo letal. La presión mediática está desgastando a Sánchez, que aparece cada vez más tocado y demacrado en sus apariciones públicas. Mientras tanto, militantes y simpatizantes reclaman transparencia y depuración, lo que puede provocar fracturas dentro del partido si no se toman medidas claras. La expulsión inmediata de cargos implicados en casos de acoso o corrupción, incluso de forma cautelar, se impone de forma urgente y drástica. Además, se requieren protocolos internos más transparentes y eficaces, con garantías para las víctimas de abuso sexual. La constante apelación de Feijóo a “los prostíbulos de Sánchez”, en referencia a los negocios de su suegro, está haciendo daño al presidente del Gobierno, ya que muchas mujeres se sienten asqueadas. Y no es que el PP sea precisamente el partido que puede enarbolar la bandera del feminismo, pero la abstención puede resultar tan letal para el PSOE como la fuga de votos.

Urgen una revisión cultural profunda dentro del partido para erradicar actitudes machistas y clientelistas. Una comunicación clara y firme hacia la ciudadanía, mostrando que el PSOE no tolera comportamientos contrarios a sus principios. Si el partido socialista no toma medidas contundentes, corre el riesgo de que estos casos se conviertan en un símbolo de incoherencia y falta de credibilidad, con un coste electoral muy alto. La única salida para evitar el desgaste es demostrar que la regeneración interna es real y no solo un eslogan.

Lo + leído