Feijóo se queda sin habla en el Parlamento

El líder del PP sufre uno de sus inoportunos lapsus en el Congreso que es afeado por Sánchez: "No es usted un buen parlamentario"

26 de Noviembre de 2025
Actualizado el 27 de noviembre
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Alberto Núñez Feijóo en la réplica a Pedro Sánchez
Alberto Núñez Feijóo en la réplica a Pedro Sánchez 

Una nueva sesión de control y una nueva sesión de política inútil. Tal como viene ocurriendo en los últimos meses, Feijóo ha centrado el debate en la corrupción. El líder del PP cree que castigando el hígado de su rival acabará cayendo. Y lo tenía fácil esta vez tras la polémica sentencia del Tribunal Supremo que ha inhabilitado al fiscal general del Estado por revelar secretos del novio de Ayuso y defraudador confeso. Sin embargo, sin más papeles, dosieres, informes o documentos, y pese a que España tiene graves desafíos y retos por delante, Feijóo se ha levantando en su escaño para hacer una de esas preguntas simplonas para salir del paso: “¿Quién va a pedir perdón a los españoles?”

Está claro que el dirigente conservador es un hombre sin programa político. Lo cual nos lleva a plantearnos: ¿se está ganando el sueldo el responsable popular? No parece. La Constitución establece claramente que la oposición al Gobierno ha de ser constructiva, es decir, proponiendo proyectos y reformas para mejorar el país. Pero por lo visto a este gallego tampoco le gusta trabajar y despacha cada sesión de control con una pregunta más surrealista que la anterior. Está claro que lo de Koldo, Ábalos y Santos Cerdán merece ser aclarado, y en ello están los tribunales. Pero Feijóo se pone la toga cada miércoles para convertirse en juez y parte. El Supremo, el juez Peinado, los Marchena, Hurtado y compañía, le sirven los titulares mañaneros a primera hora y él no se sale del carril. Va a piñón fijo. ¿Qué ofrece el PP para resolver los asuntos de Estado? Poco o nada.

“Ustedes conocen la sentencia y están en contra de ella. Cada vez es más peligroso para la democracia española”, le ha afeado Feijóo al presidente del Gobierno. No obstante, lo más peligroso de todo no es el Ejecutivo más o menos amortizado, es que no haya alternativa, que no haya un plan B para este país. En esa línea, Feijóo no se sale del guion: “Lo que verdaderamente le inquieta es que se vuelvan a abrir las puertas de la prisión para que entre alguno de los suyos. Pero no se preocupe tanto, siempre podrá decir que no les conocía de nada, que nunca les ha visto”, ha espetado el dirigente del PP haciendo alusión a la vistilla en el Supremo que decidirá este jueves si el exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García entran en prisión.

Más allá del espectáculo denigrante para la democracia (con el que se frota las manos Abascal), la sesión nos deja un momento hilarante para la historia, cuando Feijóo, tirando de ironía, trató de soltar un chiste y le ha salió mal al trastabillarse en el peor momento. “Se va a rodar algún día una serie de televisión sobre sus años de presidente y se titulará Anoto… An… Perdón”, trataba de sentenciar cuando se le fundieron los plomos, cortocircuitando, petando y moviendo los labios sin decir nada, como en esos malos doblajes de las películas en los que la voz del actor va por un lado y la boca por otro. Luego se ha sabido que lo que quería decir era que esa serie televisiva se titularía Anatomía de un farsante, citando el libro de Javier Cercas hoy de rabiosa actualidad tras las confesiones de Juan Carlos I sobre el 23F en Reconciliación, su volumen de memorias. El segundo para la carcajada general de Feijóo fue una metáfora perfecta de un hombre que iba para gran estadista y ha quedado en una caricatura ridícula de cine mudo. Todo esto mientras el PP valenciano trata de cerrar un esperpéntico pacto de Gobierno con la extrema derecha machista, racista y negacionista de Vox.  

Pedro Sánchez lo tenía fácil para rebatirle e hizo lo que tenía que hacer: “Entre sus virtudes no está ser un buen parlamentario”. El líder socialista ha recurrido a un discurso de fuerte contenido moral para rechazar los bulos de su adversario: “Este Gobierno y yo mismo estamos siempre con la verdad”. De esta forma, el inquilino de Moncloa se ha aferrado a una sentencia, la del Tribunal Supremo, que ha condenado a un fiscal general del Estado del Reino de España sin una sola prueba definitiva.

“Eso de pedir perdón por decir lo que uno piensa a nosotros no nos pasa. Nosotros siempre estaremos con la verdad”, dijo Sánchez en su turno de respuestas. “Estamos convencidos de que el tiempo pondrá las cosas en su sitio”, añadió el presidente sobre el caso del fiscal general augurando un recurso ante la justicia europea. “Entre periodistas que exculpan al fiscal general del Estado y el jefe de Gabinete que admite bulos, me quedo con la verdad”, dijo Sánchez, añadiendo que que acata el fallo porque la sentencia no se conoce. A continuación, Sánchez defendió la idoneidad de Teresa Peramato como sustituta de Álvaro García Ortiz.

El Gobierno da por hecho que la senda de estabilidad “no saldrá” adelante porque el PP votará en contra. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dio por hecho que tendrá que “volver a traer” la ley a la Cámara. Una situación de la que culpó al PP, partido al que acusó de generar “confrontación” y al que criticó por “no votar a favor de lo que le beneficia” al país.

En resumen, otra sesión de control rutinaria que no pasará a la historia. Otra oportunidad perdida para Feijóo, que no sabe cómo darle la puntilla al tótem sanchista.

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