Pedro Sánchez se ha propuesto resistir hasta 2027, algo que parece imposible viendo todo lo que está saliendo sobre el caso Ábalos y Santos Cerdán. Pero el presidente del Gobierno se ha puesto en modo indie, juvenil, para tratar de captar el voto joven, que anda descarriado por los cerros de la extrema derecha y entregado a Vox. Cree el presidente que así podría mejorar las expectativas que, según augura el CIS de Tezanos, no son tan negativas. Esa estrategia comunicativa busca conectar con el público juvenil y proyectar una imagen de cercanía. Siguiendo esa idea, Sánchez se refirió a un personaje de Star Wars en un debate parlamentario. Concretamente aseguró que Feijóo “manda menos que Jar Jar Binks en el Senado Galáctico”.
El PSOE ha detectado que los menores de 35 años son un segmento difícil de fidelizar y que tienden a la abstención o a partidos alternativos. Reforzar la imagen de modernidad y frescura frente a la percepción de un partido tradicional y casposo como PP o Vox tiene como objetivo mostrar a Sánchez como un líder conectado con la cultura pop. El problema es que está por ver que a un joven de Madrid que vive en un zulo o cuartucho pagando una millonada le haga gracia la propuesta.
Las medidas imaginativas en vivienda son uno de los “cebos” más potentes en política porque conectan directamente con las preocupaciones de los votantes, sobre todo jóvenes y familias. Sánchez quiere trabajarse esa parte de la campaña. Una ayuda al alquiler o un plan de vivienda pública está ya en el boceto del próximo programa del PSOE. Pero hay otras ideas “imaginativas” que buscan la remontada socialista de aquí a 2027, como lanzar subvenciones al alquiler para menores de 35 años; avales públicos para hipotecas de primera vivienda; bonos vivienda ligados a estudios o empleo juvenil; rehabilitación de pisos vacíos para destinarlos a alquiler social; e incentivos fiscales a propietarios que bajen precios de alquiler. Siempre teniendo en cuenta que el votante joven es sensible a la frustración: un plan de vivienda fallido puede generar abstención o fuga hacia partidos alternativos como Vox.
Moncloa se ha puesto en modo electoral para seducir a jóvenes y mujeres, poniendo el foco en políticas sociales visibles como pensiones y vivienda. Diversos analistas destacan que el PSOE ha mejorado su estrategia en redes sociales, especialmente en TikTok y campañas audiovisuales, buscando conectar con la generación Z y con votantes femeninas.
Y luego está el adelanto electoral como táctica. Según fuentes de Moncloa, Sánchez podría convocar elecciones anticipadas si el PSOE sufre derrotas en comunidades clave como Extremadura, Castilla y León o Andalucía. Esto ya ocurrió en 2023, cuando las municipales precipitaron las generales. Preparémonos por tanto para un carrusel de gestos culturales y mediáticos del presidente Sánchez, que en los últimos tiempos ha aparecido en medios con un estilo más informal (sin corbata, chaqueta vaquera, referencias a Rosalía), intentando proyectar cercanía y modernidad.
Sin embargo, mientras la desigualdad aumenta en España pese a que las grandes multinacionales están ganando más dinero que nunca, solo un programa de políticas sociales ambiciosas podría evitar el descalabro frente a un Vox que anda disparado en las encuestas. Subida de pensiones, mejora de los salarios de los funcionarios y ayudas a la crianza de los hijos van en esa línea de convencer a las clases medias y también a las más vulnerables.
Además, mientras el PP apuesta por la confrontación y trata de lograr el desgaste sanchista a cuenta de los casos judiciales y la corrupción, Sánchez intenta presentarse como garante de estabilidad y acuerdos, incluso con partidos rivales. Líderes como Emiliano García-Page marcan distancia y cuestionan la estrategia de Sánchez, lo que puede debilitar la imagen de unidad del partido.
Para ganar las próximas elecciones, Pedro Sánchez necesitaría convocar comicios en el momento oportuno, reforzar su conexión con jóvenes y mujeres, y mostrar avances tangibles en pensiones y vivienda. Al mismo tiempo, debe gestionar las tensiones internas del PSOE y proyectar una imagen de estabilidad frente a la confrontación.
