El interrogatorio "suave" del juez Hurtado a Miguel Ángel Rodríguez

Durante la comparecencia del 8 de enero, el magistrado del Supremo cortó en reiteradas ocasiones a la fiscal y a la defensa cuando trataban de desentrañar la verdad sobre el bulo del asesor de Ayuso

15 de Octubre de 2025
Actualizado a las 16:27h
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Miguel Ángel Rodríguez MAR tras declarar ante el Supremo.
Miguel Ángel Rodríguez MAR tras declarar ante el Supremo.

La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial ha cerrado las diligencias informativas abiertas contra Ángel Luis Hurtado, el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo instructor de la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos, según informa el portal Confilegal. Según este medio, el promotor de la Acción Disciplinaria, Ricardo Conde, considera que no existe motivo alguno para apreciar infracción disciplinaria contra Hurtado en ese procedimiento. “Y los componentes de la Comisión Permanente, a cuyo frente está la presidenta Isabel Perelló, refrendaron por unanimidad dicha decisión”, añade el citado portal.

Ángel Hurtado fue denunciado por particulares por diversas noticias periodísticas relacionadas con la presunta caza de brujas al fiscal general del Estado. Los promotores le acusaban de haber filtrado datos personales del máximo responsable del Ministerio Público en el marco de la causa judicial contra él. Es decir, si hubo revelación de secretos en la Fiscalía con el dosier tributario de Alberto González Amador, también lo habría habido en el transcurso de la investigación contra el fiscal general del Estado. Se trataba de denunciar, por tanto, el doble rasero de la Justicia española.

“Los denunciantes acusaban a Hurtado de haber difundido datos personales innecesarios [sobre el fiscal general del Estado] y de prolongar el procedimiento de forma indebida, con mala fe. Sin embargo, el promotor de la Acción Disciplinaria descarta que tales afirmaciones tengan relevancia disciplinaria, al tratarse de cuestiones propias del ámbito judicial”, añade Confilegal.

La resolución recuerda que los posibles desacuerdos con las decisiones de un juez deben canalizarse mediante los recursos previstos por la ley “y no a través de denuncias disciplinarias, ya que corresponde exclusivamente a los órganos judiciales valorar la corrección de sus resoluciones”.

A Hurtado se le acumulan los problemas. Por las redes sociales ya circula su polémico interrogatorio del pasado 8 de enero a Miguel Ángel Rodríguez, asesor de Ayuso, y cómo el magistrado echó un capote, en más de una ocasión cuando se encontraba en apuros por preguntas incómodas, a la mano derecha de la lideresa madrileña. MAR reconoció que se había inventado un bulo para meter en problemas al fiscal general del Estado y cuando la fiscal del caso quiso indagar en la cuestión, el magistrado instructor cortó por lo sano el interrogatorio, dando un balón de oxígeno a Rodríguez. Durante el acto, el propio MAR reconoció que se había inventado que la Fiscalía había propuesto un pacto o acuerdo al novio de Ayuso por sus supuestos delitos tributarios. Ese bulo ha llevado al banquillo al fiscal general del Estado, por revelación de secretos, solo por tratar de aclarar el embuste.

En un momento del interrogatorio, la fiscal quiso poner contra las cuerdas al asesor de Ayuso. Pero no pudo, o mejor, Hurtado no le dejó. El magistrado lo impidió torpedeando todo intento de desmontar las mentiras del todopoderoso asesor del PP madrileño. Y lo hizo con afirmaciones como “otra pregunta” o “ya tenemos bastantes preguntas”. Basta con examinar un extracto del interrogatorio para concluir que MAR tuvo en Hurtado un árbitro ciertamente comprensivo con el difícil trance judicial o momento complicado por el estaba atravesando.

Fiscal: ¿Es habitual que suela hacer eso con su listín de periodistas? [sobre la difusión del bulo a la prensa]

Hurtado: Vamos a dejar esa pregunta. Estamos desviándonos bastante. Creo que lo que tenía que decirnos este señor es lo que nos ha dicho […]

Fiscal: En la noticia del Diario.es por si usted quiere verlo… [para comparar los mensajes de Whatsapp y verificar dónde estaba el bulo]

Hurtado: Pero vamos a ver, yo creo que nos estamos desviando demasiado. ¿Me puede explicar usted qué es lo que… o a dónde pretende llegar con esas preguntas? Puesto que lo que nos ha aclarado en relación con el núcleo de lo que es objeto del procedimiento creo que esa particular ya nos ha dicho lo que sabía…

Fiscal [dirigiéndose otra vez a MAR]: ¿Por qué en ese momento, 17 de octubre, sigue manteniendo la certeza de que efectivamente quien propone ese acuerdo…?

Hurtado [volviendo a cortar el interrogatorio]: Esa pregunta no es pertinente, vamos a otra pregunta… [...]

Letrado de la defensa: ¿Cuándo tuvo noticia de que el señor González Amador estaba siendo investigado por la Agencia Tributaria…?

Hurtado: Esa pregunta no procede…

Letrado de la defensa: Formulo respetuosa protesta, señoría, y a los efectos de acudir en amparo al Tribunal Constitucional, indico el motivo por el que considero que es pertinente la pregunta. Quiero demostrar que el testigo tenía conocimiento de la información que fue divulgada a los medios de comunicación mucho antes de lo que indica y por tanto...

Hurtado: Eso ya... con las preguntas y respuestas que ha dado hasta ahora eso está claro, así que podemos ir a otra línea, no es cuestión de repetir, aunque sea con preguntas distintas, lo que ya se ha hablado... [...]

Fiscal: ¿Cómo distingue usted entre información y opinión? [para intentar aclarar cómo MAR difundió el bulo sobre el acuerdo del novio de Ayuso con la Fiscalía]

MAR: Eso lo aprendemos en el oficio…

Hurtado: Ya, pero espere un momentito, espere un momento, la pregunta que ha hecho, ¿que me diferencie entre información y opinión...?

Fiscal: Él da en un mismo texto noticias que tienen contraste y noticias que no tienen contraste. 

Hurtado: Adelante...

MAR: Yo doy noticias ciertas, veraces y comprobables y doy opiniones personales. La distinción está clara: esto es una opinión y lo otro es un email textual. 

Fiscal: ¿Y usted adjetiva o explicita de alguna manera: en mi opinión esto ha pasado así, o lo da como si fuera una noticia?

MAR: Normalmente no hace falta explicitar en mi opinión, sobre todo cuando es Twitter o cuando es X, porque por el tono, por el modo, el periodista sabe si estoy opinando o estoy dando información.

Fiscal: ¿Y la ciudadanía lo sabe también?

MAR: No puedo preguntar a todos los ciudadanos [...] Hay dos partes que tienen el expediente, la Fiscalía y el abogado del señor González. Me consta que el señor González no ha dado la información...

Fiscal: Perdone, yo le voy a explicar a usted, hay un extremo cierto: la Fiscalía había presentado una denuncia [contra el novio de Ayuso] y estaba en el Decanato desde hacía veinte días. ¿De dónde sacó usted que los periodistas le dieron la denuncia a la Fiscalía? ¿De dónde deduce, hay dos manos o hay tres?

MAR: Se lo acabo de explicar, el expediente está en un sitio y en otro.

Fiscal: No, está en el Decanato, está en el Decanato...

MAR: Es mi opinión, es la conclusión que yo llego, que me parece no está muy lejos de la realidad...

Hurtado: Vamos a ver, no entremos en el debate... Sí, sí entramos en el debate, porque estamos discutiendo por qué camino, cuántas opiniones o cuántas posibilidades ha habido… Él solo considera que hay dos. A partir de aquí, está dada la respuesta, puede hacerle otra si quiere…

Tras conocerse el interrogatorio, el Partido Popular defendió a MAR, incluso después de que reconociera su bulo. Los de Feijóo concluyeron que “mentir no es ilegal”. El interrogatorio de Hurtado ha sido polémico. Una polémica más que viene a avivar que determinados personajes influyentes del PP juegan con cierta ventaja y un manto de protección cuando tienen que comparecer ante la Justicia para responder de ciertos asuntos turbios. Ya pasó con Mariano Rajoy en su día, cuando tuvo que dar explicaciones sobre el caso Bárcenas, los sobresueldos y la financiación del partido, y por lo visto ha vuelto a ocurrir otra vez. Interrogatorios suaves. Conviene no olvidarlo.

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