Feijóo y Abascal quieren moción de censura, pero no se atreven

Carles Puigdemont, pese a haber roto con el Gobierno socialista, sigue sin tener claro un apoyo a PP y Vox para derrocar a Sánchez

09 de Noviembre de 2025
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Feijóo y Abascal en una imagen de archivo.
Feijóo y Abascal en una imagen de archivo.

PP y Vox cierran el pacto de la vergüenza en Valencia. Tras la dimisión de Carlos Mazón, el hombre del Ventorro, lo que tocaba era disolver Cortes y convocar elecciones autonómicas. Sin embargo, el cambalache entre las derechas suelta un hedor a fuerte manipulación política. Mientras tanto, el ilustre dimitido, en funciones todavía, sigue acudiendo a actos oficiales y ruedas de prensa. Estamos ante un caradura que se va, pero no se va; anuncia que cesa en su cargo, pero se queda. Pocas veces se ha visto tanta desfachatez.

Ha sido la ciudadanía valenciana quien ha echado a Mazón. Pero la derecha levantina sigue estando fuerte y ha decidido afrontar este desafío en férrea coalición. Ya se están negociando las políticas del nuevo Consell, que más que seguro estará presidido por el portavoz del grupo popular en Les Corts, Juanfran Pérez Llorca, uno de los miembros del Gobierno regional que ha sido citado a declarar por la jueza de la dana de Catarroja para que explique sus llamadas con Mazón a las 18.45 horas del día de la riada. El PP va a entregarse totalmente a Vox. El partido ultra ha subido como la espuma en las encuestas y se encuentra en una posición de fuerza ante un PP cada vez más débil por la tibieza con la que Feijóo ha gestionado el caso Mazón. A lo largo de este año, desde la riada del 29 de octubre de 2024, el PP valenciano no ha hecho otra cosa que desangrarse mientras miles de personas se manifestaban en la calle cada fin de semana pidiendo la misión del presidente de la Generalitat. Mientras tanto, Vox hacía caja electoral al recoger el voto de los descontentos y la rabia ante tantas negligencias.

El pacto valenciano no puede entenderse solo en clave autonómica. También tiene una clara lectura nacional. Mientras Feijóo ultima un acuerdo con Junts, que acaba de retirar su apoyo “de forma irrevocable” al Gobierno de Sánchez, por Madrid circulan intensos rumores de moción de censura. Aznar se lo ha planteado claro al inquilino de Moncloa: “O cuestión de confianza o está al borde de la ilegitimidad. Está saliéndose de las normas constitucionales. Está al margen de la ley”. Sin embargo, Mariano Rajoy no tiene clara la posibilidad de presentar una moción de censura contra el Gobierno socialista en este momento. Hay demasiados riesgos, como que Puigdemont se eche atrás en el último momento y deje a las derechas españolas a la intemperie. Tampoco Feijóo está dipuesto a dar el histórico paso: “Parece que esto va en serio”, se ha limitado a decir sobre la retirada de apoyo de Junts a Sánchez. “Parece”. Eso es que no lo ve claro. 

La presión contra el Ejecutivo de coalición es cada día mayor. Feijóo habla de una España secuestrada. En general, las derechas se cohesionan en una pinza brutal (PP, Vox y Junts) y el Gobierno parece cada vez más tambaleante, por mucho que la ministra Montero insista en que piensa presentar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para su tramitación y aprobación. “Están viviendo en una realidad paralela”, asegura Míriam Nogueras, portavoz de Junts, quien se muestra convencida de que la legislatura está acabada, muerta y enterrada. Cuesta trabajo creer que los siete diputados independentistas se suban al carro de la moción de censura junto a la derecha españolista que envió a los piolines a Cataluña para reprimir a todo aquel que quisiera votar durante el referéndum de autodeterminación.

Lo que está pasando en Valencia es lo que está por venir en el resto de España. Vox va a exigir negociaciones con el PP sobre la base de propuestas irrenunciables como el rechazo “total” a las políticas migratorias y verdes europeas y no se conformará con sacar adelante propuestas puntuales. Todo ello con la aquiescencia de la derecha catalana. ¿Qué le ha prometido Alberto Núñez Feijóo a Carles Puigdemont? “Queremos la confrontación total”, ha dicho en una rueda de prensa el secretario general de la formación voxista en el Congreso, José María Figaredo. El diputado ultra respondió así al ser preguntado si les valdría el pacto presupuestario alcanzado en marzo con el hasta este lunes presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, para apoyar un nuevo gobierno del PP, puesto que ese acuerdo ya incluía el rechazo a las políticas climáticas y migratorias impulsadas por la Unión Europea. Incidió en que “Vox sabe a dónde quiere llegar” y eso implica la “confrontación total con las políticas migratorias nefastas para España y los españoles y con las políticas climáticas que están arruinando a la industria y al campo español y, por lo tanto, el bienestar de los españoles”.

“No nos basta ni nos deja de bastar un punto ni otro. No nos conformamos”, recalcó el dirigente de Vox, un extremo que han confirmado fuentes del partido al apuntar que van a “apretar” al PP en ese rechazo a las políticas comunitarias y, en ese sentido, ha añadido que irán al “máximo”.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, ya señaló este miércoles que no saben si con el sustituto que proponga el PP al frente de la Generalitat valenciana, seguirá vigente el acuerdo sellado con Mazón. “No sabemos ahora si será posible de nuevo, pero ese pacto estaba vigente con el señor Mazón. No sabemos si con el sustituto que proponga el Partido Popular ese pacto seguirá vigente”, puntualizó Abascal. Sigue el teatrillo cuando todo el mundo en el Congreso de los Diputados sabe que la ofensiva final para ocupar el poder de una derecha atávica, ultranacionalista y trumpizada ha comenzado ya.

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