Un 25% de los niños españoles ha recibido mensajes de carácter sexual por internet

UNICEF advierte de que una exposición temprana y sin acompañamiento al contenido de la red conlleva riesgos que deben abordarse como un problema de salud pública

12 de Noviembre de 2025
Actualizado a las 20:00h
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Muchos niños y niñas son víctimas de la violencia en línea. | Foto: UNICEF
Muchos niños y niñas son víctimas de la violencia en línea. | Foto: UNICEF

Seis de cada diez niños españoles han hablado con desconocidos por internet, el 25,1% ha recibido mensajes de carácter sexual y casi el 9% ha recibido presiones para enviar fotos o videos de carácter erótico o sexual.

Así lo revela un estudio en el que ha participado el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) España y casi 100.000 niños y adolescentes, lo que lo convierte en la investigación de mayor alcance sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia de un país.

El 29,6% dice haber consumido pornografía en alguna ocasión, en uno de cada tres casos de manera fortuita. El consumo se inicia de media a los 11,5 años, y el 70% de los encuestados manifiesta que no habla de sexo en casa.

El primer móvil llega a los 10 años

La gran mayoría de los niños accede a las redes y otros contenidos desde su propio dispositivo. A los 10 años, el 41% de los niños dispone de móvil propio, porcentaje que asciende al 76% a los 12 años. En la secundaria, prácticamente todos –el 92,8%– tiene su propio teléfono.

Casi un 9%, entre 10 y 20 años, dedica más de cinco horas diarias a las redes sociales entre semana, una cifra que se eleva hasta casi el 20% durante el fin de semana.

Además, los adolescentes están registrados en redes sociales de forma masiva: el 92,5% participa en al menos una red social y el 75,8% en tres o más. Incluso en los últimos cursos de primaria, el 78,3% ya tiene presencia en alguna red.

Un problema de salud pública

Ante estos resultados, el presidente de UNICEF España, Gustavo Suárez-Pertierra, ha subrayado que la digitalización estimula la creatividad y fortalece vínculos sociales y familiares, pero una exposición temprana y sin acompañamiento conlleva riesgos que deben abordarse como un problema de salud pública.

“El mal uso de la tecnología provoca la pérdida de hábitos saludables, fatiga mental, presión por la imagen, además de exponer a riesgos como el ciberacoso o los contenidos inadecuados”, ha dicho.

De hecho, el uso intensivo del teléfono se asocia a mayor ansiedad, peor calidad de vida y mayor exposición a situaciones de acoso, ciberacoso o control en la pareja a través de medios digitales.

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