La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, dejó claro este miércoles que el gesto realizado por Pedro Sánchez para reconducir la relación con el independentismo catalán no ha alterado en absoluto la posición de su partido. “Estamos donde estábamos la semana pasada”, afirmó con contundencia durante una comparecencia en la sede de JxCat en Barcelona, subrayando que el Gobierno es quien debe mover ficha si quiere evitar que la legislatura continúe en punto muerto.
Las palabras de Nogueras llegan apenas un día después de que Sánchez reconociera públicamente “incumplimientos” en algunos de los compromisos adquiridos con Junts. El presidente anunció medidas correctivas, entre ellas un decreto ley para flexibilizar a los ayuntamientos y entes locales el uso de inversiones financieramente sostenibles, un reclamo que el partido independentista llevaba meses exigiendo.
Pese al gesto, Junts no ha aflojado la presión. Nogueras insistió en que la responsabilidad del bloqueo recae sobre el PSOE, no sobre su formación. “Son los socialistas los que han bloqueado la legislatura con sus incumplimientos. Los socialistas tienen que decir qué hacen a partir de ahora. Son ellos los que se han metido en este problema y son los que deben salir”, afirmó.
La firmeza del mensaje refleja el clima de máxima tensión entre el Gobierno y Junts, cuyo apoyo es imprescindible para que Sánchez pueda sacar adelante cualquier iniciativa parlamentaria relevante. La operación de rectificación lanzada por La Moncloa busca recomponer puentes tras semanas de desencuentros, pero los independentistas consideran que las palabras ya no son suficientes y exigen pasos concretos, verificables y, sobre todo, inmediatos.
Mientras tanto, el PSOE evita escalar la confrontación y defiende que el decreto anunciado demuestra su voluntad de cumplir con lo pactado. Sin embargo, en el tablero político español prevalece la incertidumbre. La legislatura entra en una fase crítica en la que cada movimiento será interpretado como un signo de fortaleza o debilidad.
Por ahora, Junts resiste, mantiene el pulso y devuelve la presión a Sánchez, que enfrenta uno de los dilemas más complejos de su mandato: cómo garantizar la estabilidad parlamentaria sin ceder más de lo que su propio partido está dispuesto a tolerar.