Las reiteradas mentiras, manipulaciones, medias verdades y absoluta falta de transparencia del Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla en el escándalo de los cribados fallidos de cáncer de mama a miles de mujeres en Andalucía aún por cuantificar con exactitud han tenido un punto culmen de inflexión este martes cuando numerosas mujeres afectadas denunciaron la desaparición de sus informes médicos del portal de la Consejería de Sanidad, que lo ha achacado en todo momento a un fallo informático temporal por “caída” del sistema. De hecho, en la madrugada de este miércoles ya estaba restablecido el servicio, precisamente horas después del anuncio de la asociación Amama de presentar una denuncia colectiva contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS) por los “errores” reconocidos por el propio Moreno Bonilla, cuyo gobierno ya ha sumado tres dimisiones en menos de un mes, entre ellas la de la anterior consejera, Rocío Hernández. Pero esta no ha sido la primera ni posiblemente sea la última mentira verificada que el ejecutivo andaluz saca a relucir para atrincherarse frente a una realidad insoslayable: la sanidad pública andaluza hace aguas por numerosos frentes y en casi siete años de mandato de Moreno Bonilla no ha hecho más que empeorar, con una tendencia inequívoca de favorecimiento de las aseguradoras privadas, que han registrado un importante incremento de nuevos clientes a medida que el sistema público de salud andaluz tocaba fondo.
1.- No fueron solo “tres o cuatro” casos. Probablemente esta afirmación de la ex consejera fue lo que directamente le costó el puesto al no saber calibrar desde el estallido del escándalo, el 28 de septiembre tras adelantarlo la Cadena Ser, que esta no iba a ser una denuncia más de las muchas individuales a las que se enfrentan a diario los servicios jurídicos del Servicio Andaluz de Salud (SAS). También se tomó su tiempo el propio presidente andaluz para reconocer, en una comparecencia extraordinaria, que el problema se circunscribía a unas 2.000 afectadas, en su gran mayoría dependientes del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. A día de hoy, nadie sabe exactamente cuántas mujeres se han podido ver afectadas por este error en el cribado del cáncer de mama. En otras provincias como por ejemplo Huelva, se ha adelantado la cifra de otras 3.000 mujeres mal diagnosticadas, a las que se suman otros casos en Cádiz, Jaén o Málaga.
2.- Moreno Bonilla y los 30 días de espera máxima para el cáncer. Orgulloso de su gestión pese a sumar ya cuatro consejeros de Salud en seis años y medio de mandato y sacando pecho en un pleno parlamentario, el presidente andaluz negaba la existencia de listas de espera de pacientes oncológicos porque el sistema está obligado a tratarlos en un plazo máximo de 30 días, una afirmación que se cae por su propio peso ante el espejo de la realidad, tras estallar los fallos del cribado de cáncer de mama y extenderse la sospecha de que puede estar también afectando a otros programas de cribados como el de colon.
3.- “Cero mamografías en la privada, cero, cero”. Casi gritando a un portavoz de la oposición que le recriminaba la privatización de las pruebas diagnósticas en el cáncer de mama, Moreno Bonilla repitió hasta en tres ocasiones que se habían realizado “cero” mamografías en la sanidad privada, pese a que la Junta mantiene en vigor un contrato de asistencia itinerante realizado por una empresa ubicada en Granada perteneciente a la aseguradora Asisa, a la que la Administración autonómica ha desembolsado unos nueve millones de euros para la prestación de este servicio. Hasta 200.000 mamografías se han contratado al menos con esta empresa, por el momento.
El hoy predispuesto consejero de Sanidad jaleaba al presidente en un pleno con un airado “y ahora qué, y ahora qué” cuando mostraba los protocolos a la oposición para argumentar una falsedad más, la de no informar a las afectadas para no generarles “ansiedad”
4.- Contactar con algunas afectadas no es lo mismo que asistirlas a todas. Desde que Antonio Sanz, actual consejero de Sanidad y número dos plenipotenciario del presidente Moreno Bonilla, asumió el mando de la crisis por parte de la Junta desplegó una batería de anuncios e iniciativas que, visto el tiempo pasar, quedan más como arma de propaganda que como actuaciones eficaces y reales para reconducir el agujero sanitario. Así, desde un primer momento se puso como meta “contactar” con las 2.000 mujeres supuestamente incluidas en el “error” reconocido por la Junta y casi todas circunscritas al Virgen del Rocío sevillano. Pero llamarlas telefónicamente para darles una cita no es lo mismo que realizarles de nuevo todas las exploraciones y mamografías necesarias para un correcto diagnóstico. La meta la ha puesto el SAS para finales del próximo mes de noviembre. Para muchas mujeres ya será tarde y para otras, ajenas a estas 2.000, una lotería que solo dependerá de nuevo de un sistema que ha evidenciado lagunas por doquier.
5.- Nadie sabe de dónde sale la cifra de 2.000 afectadas. El nuevo consejero de Sanidad no ha mostrado por el momento el más mínimo interés en desvelar y encontrar el origen exacto del fallo ni el número de afectadas reales de este escándalo sanitario. Su “plena disposición” hacia las mujeres afectadas y también hacia los profesionales sanitarios del sistema público, con numerosas reuniones con sus máximos representantes, no han servido en ningún momento para ir a la raíz del problema. Solo así se atajan las enfermedades, sólo así se hacen diagnósticos correctos. Todo lo demás son parches para aliviar la difícil situación política de sus máximos responsables o simples cortinas de humo propagandísticas para desviar la atención.
6.- El Virgen del Rocío, epicentro de todos los males. El macrohospital sevillano es el de referencia en todo el sistema público de salud en Andalucía, con más de 130.000 empleados públicos en toda la comunidad. El ejecutivo autonómico ha asegurado tajante que el problema está en el 85% de los casos limitado a este área hospitalaria concreta, pero las denuncias públicas de numerosas mujeres en toda la comunidad y las protestas multitudinarias de estas últimas semanas en las principales capitales de Andalucía evidencian que el hospital sevillano es simplemente el epicentro del seísmo, pero no el único donde se han constatados fallos en el cribado del cáncer de mama. Los 3.000 casos en Huelva denunciados por profesionales sanitarios son un ejemplo claro de que no sólo es un problema puntual de un centro, sino que evidencia una falla sin fondo en todo el sistema.
7.- Convertir los protocolos de la etapa socialista en chivos expiatorios. En otra intervención plenaria de la que no se pueden sentir muy orgullosos sus más directos asesores, el presidente andaluz se enredó hasta la desesperación, llegando incluso a las malas maneras, para retrotaerse a lo indicado en sucesivos protocolos de actuación redactados en las etapas socialista de gobierno autonómico. Los hechos reales han demostrado que tiró de burda manipulación para justificar sus declaraciones previas a los medios donde aseguró que no se informó a las afectadas para no generarles “ansiedad”. Ningún protocolo da este consejo. Todo lo contrario.
8.- Contratación masiva de radiólogos. Andalucía es una de las comunidades que más sufre la emigración de sus profesionales sanitarios, que salen en desbandada buscando otras autonomías e incluso otros países donde estar mejor remunerados y reconocidos profesionalmente. La promesa de contratar más de 60 radiólogos para un problema supuestamente limitado a un solo hospital, donde se ha contratado por el momento a un solo profesional “al 50%”, es otro brindis al sol de un ejecutivo que se limita a anunciar a bombo y platillo inversiones millonarias y contrataciones masivas precisamente ahora, cuando el PP lleva gestionando ya la “joya de la Corona” durante casi siete años y los resultados obtenidos se están viendo ahora al desvelarse este escándalo. Y para colmo, Moreno Bonilla sacaba una sonrisa cuando anunciaba que se había aceptado la dimisión del jefe de Radiodiagnóstico del Hospital Virgen del Rocío. Si la acuciante falta de radiólogos es alarmante, ¿entonces por qué poner el foco del fallo en uno de sus profesionales y no en los responsables políticos de la gestión?
9.- Reforma profunda del SAS para un supuesto problema exclusivo del Virgen del Rocío. Aún no se ha cumplido un mes del estallido de este escándalo y los vaivenes de estrategia del ejecutivo andaluz han sido constantes, el último el protagonizado una vez más por el propio Moreno Bonilla, que este martes anunciaba una “reforma profunda” del SAS con la que luchar contra una “opacidad” que hasta ahora nunca había reconocido la Administración andaluza, sacando pecho de una “transparencia” que ahora se aprecia como completamente nula después de constatarse la desaparición temporal de los historiales clínicos del portal de “transparencia” de la Administración autonómica.
10.- Contrataciones masivas de profesionales sanitarios. La oposición política ha recriminado en numerosas ocasiones que “el mayor presupuesto de la historia” de Andalucía para sanidad, del que siempre se enorgullece el presidente Moreno Bonilla, contrasta con el despido masivo de profesionales sanitarios después de la pandemia, pese a las necesidades estructurales de personal que necesita el sistema, como le recuerdan constantemente los sindicatos y evidencian las siempre abultadas listas de espera diagnósticas y quirúrgicas, que encabezan los datos a nivel nacional una y otra vez. Moreno Bonilla anuncia ahora, el día previo al pleno monográfico sobre el estado de la sanidad andaluza en el Parlamento autonómico, que ha rechazado convocar en varias ocasiones en los últimos años haciendo uso de su holgada mayoría absoluta, un plan para contratar a “4.370 profesionales sanitarios más, unos 1.200 de ellos médicos”. Los sindicatos sanitarios ya le han advertido que ponga los pies en el suelo y no lance simples soflamas propagandísticas.
11.- “Lanzar infundios” para “desprestigiar” la sanidad pública. El cuarto consejero de Sanidad de Moreno Bonilla es de todo menos experto en sanidad. Fiel guardián y obligado siempre a poner la mejilla antes de que le den el golpe a su jefe cuando las cosas se ponen feas para sus intereses partidistas. El pasado abril, por las calles de Sevilla se manifestaron varias decenas de miles de personas para reclamar una sanidad pública de calidad. Fue un golpe de efecto y de fuerza de una ciudadanía harta de la deriva que viene tomando el sistema sanitario público. Entonces, el hoy consejero de Sanidad habló de “manifestación política” del PSOE. Apenas seis meses después, el fiel guardián de su jefe vuelve a sacar los colmillos para acusar a las mujeres que destaparon el escándalo político de “lanzar infundios” para “desprestigiar” la sanidad pública tras constatarse la pérdida de historiales clínicos de la red sanitaria pública. Ni un par de horas tardó la Consejería de Sanidad en reconocer en un comunicado que todo se debía a una “caída” informática del sistema.
12.- “Predisposición total” del nuevo consejero de Sanidad. La nula empatía mostrada por la anterior consejera con las miles de mujeres afectadas por este escándalo sanitario contrasta con el tono y la “predisposición total” de Sanz, que ha ido de un lugar a otro entrevistándose con gerentes de hospitales, representantes sindicales, asociaciones de lucha contra el cáncer (menos Amama Sevilla, que destapó el caso). Pero el político visceral que lleva dentro Sanz le juega malas pasadas en su pose de consejero tolerante. Apenas horas antes de que Moreno Bonilla aceptara la dimisión de Rocío Hernández, jaleaba al presidente en un pleno del Parlamento con un airado “y ahora qué, y ahora qué” cuando el presidente mostraba los protocolos del cáncer de mama a la oposición para argumentar una falsedad más, la de no informar a las afectadas para no generarles ansiedad.