La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA España) ha presentado una reforma fiscal con una idea sencilla: que el esfuerzo fiscal se reparta mejor. Su propuesta pretende reducir la carga del IRPF para los autónomos y pequeñas empresas —la inmensa mayoría del tejido productivo— y compensar esa rebaja con un aumento del Impuesto de Sociedades a las grandes corporaciones. El objetivo es dar aire a quienes tienen márgenes más estrechos sin desequilibrar las cuentas públicas.
Este enfoque contrasta con el anunciado por Alberto Núñez Feijóo en los Premios Autónomos del Año de ATA. El líder del PP pone el foco en la simplificación de trámites y en medidas de impacto rápido: menos declaraciones, exención de IVA para quienes facturen menos de 85.000 euros y “tarifa 0” para nuevos autónomos. UPTA, en cambio, plantea un cambio de estructura que haga el sistema más progresivo.
Qué propone UPTA, explicado en claro
1) Bajar el IRPF a los tramos bajos y medios. UPTA sugiere una reducción media de alrededor de cinco puntos (del 20% al 15% como referencia en esos tramos). Esto aumentaría la liquidez de más de 3,4 millones de autónomos. El coste estimado para el Estado sería de entre 1.000 y 1.500 millones de euros.
2) Subir Sociedades a las grandes empresas. Las compañías con facturación superior a 4 millones anuales —unas 50.000 en España— pasarían a tributar entre el 25% y el 27% (frente a entornos del 20% efectivo). Con ello, la recaudación adicional oscilaría entre 1.200 y 1.800 millones. Afectaría sobre todo a banca, energía, telecomunicaciones, construcción y grandes grupos empresariales.
3) Crear un Fondo de Equilibrio Fiscal. Serviría como “colchón” para estabilizar la recaudación total: lo que se deja de ingresar por el IRPF de autónomos se compensa con la subida de Sociedades a quienes más capacidad tienen.
4) Deducciones útiles y sencillas. UPTA propone deducciones por vivienda afectada a la actividad, transporte, digitalización, sostenibilidad, formación y contratación. La idea es impulsar la competitividad y modernización del autoempleo.
“El 95% del tejido productivo en España lo forman autónomos y pequeños negocios. No puede sostenerse un modelo donde quienes menos margen tienen sean los que más esfuerzo fiscal realizan.” — Eduardo Abad, presidente de UPTA España.
Por qué dicen que es más justo
España es un país de microempresas y autónomos. Muchos trabajan con ingresos ajustados, soportando subidas de costes (energía, cotizaciones, alquileres, inflación) que se comen el margen. Una rebaja de IRPF en los tramos más bajos y medios supone más dinero en el bolsillo para afrontar gastos, invertir y mantener la actividad. Además, ayuda a reducir el cierre anual de negocios y desincentiva la economía sumergida.
La contrapartida está en que quienes más capacidad tienen —grandes corporaciones— contribuyan algo más a través del Impuesto de Sociedades. Al concentrarse en empresas con mayor músculo financiero, el impacto macroeconómico esperado es limitado y, al mismo tiempo, la medida es progresiva: aporta más quien más puede.
Qué plantea Feijóo y en qué se diferencia
- Menos burocracia: pasar de cuatro declaraciones trimestrales a dos semestrales al año.
- Exención de IVA hasta 85.000 €: beneficiaría, según el PP, a 1,4 millones de autónomos.
- “Tarifa 0” para nuevos autónomos: el primer año; se ampliaría a dos si los ingresos rondan el SMI o si la persona tiene menos de 35 años.
Estas medidas alivian tiempos y costes administrativos y ofrecen un empujón de entrada, especialmente a quienes empiezan. Sin embargo, no modifican la estructura de quién paga cuánto en el sistema. UPTA defiende que el problema de fondo no es solo la burocracia, sino la distribución del esfuerzo fiscal entre quienes tienen márgenes estrechos y quienes cuentan con capacidad para optimizar y soportar más carga.
Impactos esperados, sin jerga
Para los autónomos: la bajada de IRPF significa más liquidez (400–600 € anuales de media) para gastos corrientes, inversión y ahorro. También reduce el riesgo de cierre y mejora el ánimo para emprender o consolidar.
Para el Estado: el menor ingreso por IRPF se compensa con Sociedades, apoyado por el Fondo de Equilibrio Fiscal. El objetivo es que la reforma sea neutral o casi neutral en recaudación global.
Para la economía: más gasto e inversión de los pequeños negocios, más estabilidad del autoempleo y un reparto del esfuerzo más acorde con la capacidad real de cada agente.
Glosario exprés
- IRPF: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Afecta a los autónomos personas físicas; grava los beneficios que obtienen tras sus gastos deducibles.
- Impuesto de Sociedades: tributo que pagan las empresas sobre sus beneficios.
- Exención de IVA: no repercutir ni ingresar el IVA en determinadas operaciones si se cumplen ciertos requisitos y límites de facturación.
- Tipo efectivo: porcentaje real que se paga sobre el beneficio, una vez aplicadas deducciones y ajustes.
Dos caminos: parche o estructura
El plan de Feijóo apuesta por alivio rápido y menos trámites. UPTA opta por corregir la estructura del sistema para que el peso impositivo se ajuste a la capacidad de cada cual. Ambos discursos buscan ayudar a los autónomos, pero lo hacen por vías distintas: uno incide en la simplificación y ventajas de entrada; el otro, en la redistribución y la estabilidad a medio plazo.
La clave, en definitiva, es decidir qué modelo fortalece mejor el tejido productivo en una economía de autónomos y microempresas. UPTA sostiene que bajar el IRPF allí donde más aprieta y pedir un esfuerzo mayor a quienes más pueden es la vía para un sistema más justo, progresivo y sostenible. Feijóo prioriza la reducción de cargas administrativas y fiscales selectivas para dar oxígeno inmediato. El debate está servido.