El futuro de las pensiones en España se juega en la mesa de diálogo social, donde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ha puesto sobre la mesa cambios de calado que afectarán a miles de jubilados. El Ejecutivo trabaja en una nueva regulación que permitirá a los retirados volver a trabajar de forma parcial sin perder su pensión completa, lo que se conoce como jubilación reversible. La novedad es que el Gobierno baraja ofrecer una mejora de la pensión a quienes se vieron obligados a jubilarse de manera anticipada por un despido y que ahora quieran regresar, aunque sea de forma temporal, a la vida laboral.
En la mesa de diálogo social, el Ministerio de Seguridad Social enviará a los agentes sociales un documento en el que podrán ver qué mejoras se proponen y cómo se concretan, así como los requisitos de acceso y la forma en que quedarían las prestaciones. El Gobierno quiere hacer esta modalidad más atractiva para las personas que deseen acogerse a la jubilación flexible.
Esta iniciativa busca reparar en parte el impacto económico que sufrieron esos trabajadores, que vieron su pensión recortada al adelantar su retiro por causas ajenas a su voluntad. Hasta ahora, quienes regresaban a trabajar en esta modalidad veían cómo sus nuevas cotizaciones no servían para recalcular ni mejorar la cuantía de su prestación, algo que sindicatos y patronales llevan tiempo pidiendo revisar.
Más flexibilidad para quienes quieran volver
La propuesta también introduce cambios en las condiciones de reincorporación. Hasta el momento, el borrador del real decreto exigía que la jornada laboral fuera de al menos el 40% y como máximo el 80% de una jornada ordinaria. Ahora el ministerio se muestra dispuesto a rebajar el mínimo, de manera que quienes solo puedan o quieran trabajar menos horas también puedan beneficiarse de esta fórmula.
Esta medida podría atraer a más pensionistas al mercado laboral, especialmente en sectores donde se necesitan trabajadores experimentados pero no a tiempo completo. La Seguridad Social quiere que esta herramienta deje de ser residual —actualmente apenas la usan un 0,05% de los jubilados— y se convierta en una alternativa real para compatibilizar ingresos y mantener el vínculo con el trabajo.
El Gobierno estudia además elevar los porcentajes de pensión que se perciben durante el tiempo de trabajo. Actualmente, si el jubilado trabaja entre el 60% y el 80% de la jornada, recibe el 40% de su pensión, y si lo hace entre el 40% y el 60%, mantiene el 50%. Con la reforma, estas cifras podrían mejorar hasta un 10% o un 20% extra.
Los autónomos también en el debate
Uno de los puntos más delicados de la negociación es la posibilidad de que los jubilados que regresen lo hagan como autónomos. La normativa actual solo permite esta compatibilidad si vuelven como asalariados. El borrador inicial contemplaba la opción para trabajadores por cuenta propia, pero imponía una limitación: no haber estado dados de alta en el RETA en los cinco años previos a la jubilación.
Los sindicatos han pedido eliminar esta restricción y extender la mejora de la pensión también a este colectivo, de forma que los autónomos jubilados puedan reincorporarse sin trabas y compatibilizar sus ingresos con hasta un 20% de su prestación.
Un calendario ya en marcha
El texto está en fase avanzada: ya ha pasado por audiencia pública, donde ciudadanos, organizaciones y expertos han podido presentar alegaciones. El ministerio, encabezado por Elma Saiz, incorporará las modificaciones que considere oportunas antes de enviar el documento definitivo al Consejo de Estado y, posteriormente, al Consejo de Ministros. Si todo marcha según lo previsto, el nuevo real decreto se publicará en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor tres meses después.
Con esta reforma, el Gobierno busca prolongar la vida laboral de manera voluntaria, algo que también contribuye a la sostenibilidad del sistema de pensiones, ya que los trabajadores en jubilación reversible siguen cotizando. Además, supone un alivio para quienes fueron expulsados del mercado de trabajo antes de tiempo y tuvieron que aceptar una pensión reducida.
Una oportunidad para corregir desigualdades
Las organizaciones sindicales celebran que el Ejecutivo haya abierto la puerta a estas mejoras, pero advierten de que el resultado final debe ser ambicioso. Reclaman que las cotizaciones que se realicen durante la jubilación reversible cuenten siempre para mejorar la pensión, no solo en casos de jubilación forzosa. Además, piden que se eleve el porcentaje de prestación que se cobra durante la compatibilidad y que se permita acceder a jornadas por debajo del 40% para facilitar el retorno gradual.
Por su parte, las asociaciones de jubilados recuerdan que muchas personas que se retiraron de forma anticipada lo hicieron tras procesos de despido colectivo o crisis empresariales, por lo que sufrieron una doble penalización: la pérdida del empleo y el recorte de su pensión. Recuperar parte de esa merma, aunque sea en forma de complemento durante la vuelta al trabajo, sería un gesto de justicia social.
El debate sigue abierto, pero el mensaje es claro: el Gobierno quiere modernizar la figura de la jubilación flexible para hacerla más atractiva y útil, al tiempo que ofrece un alivio económico a quienes se vieron forzados a jubilarse antes de tiempo. Si la norma se aprueba en los términos que se están negociando, miles de pensionistas podrán mejorar su situación económica sin renunciar a su retiro.