Más de un año después de insinuarlo, Alberto Núñez Feijóo ha confirmado que el Partido Popular citará a Pedro Sánchez para declarar en la comisión de investigación del llamado caso Koldo en el Senado, donde los populares disponen de mayoría absoluta. Lo anunció en plena sesión de control al Gobierno, en un nuevo intento por vincular al presidente con un asunto de corrupción que sigue circunscrito a la gestión del exministro de Transportes José Luis Ábalos.
El gesto es más político que judicial. Ningún tribunal ha señalado al presidente del Gobierno ni existe indicio alguno que apunte a su participación o conocimiento de los hechos. Aun así, Feijóo volvió a insistir: “Usted es el máximo responsable de todo. Está tan pringado como ellos”. Una acusación sin base, ya desmentida por el propio informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que en su página 28 descarta expresamente cualquier relación entre el PSOE, su dirección o Pedro Sánchez con los hechos investigados. Lo que indica es que el presidenta del PP no se ha leído el informe o bien ha mentido deliberadamente.
La UCO no encontró rastro de financiación irregular
El líder popular basó su intervención en un argumento que se ha revelado falso: la supuesta existencia de pruebas en el informe de la UCO que demostrarían una financiación irregular del PSOE. Sin embargo, ese documento —incorporado al sumario judicial— concluye lo contrario. Los agentes no hallaron “ningún movimiento de fondos ni estructura económica paralela” relacionada con el partido o con altos cargos del Gobierno.
El PP a la desesperada fuerza una comparecencia política sin base judicial
Pedro Sánchez respondió con calma y contundencia: “Que la realidad no le estropee un buen titular. Léase la página 28 del informe y verá que sus acusaciones son absolutamente falsas”. A renglón seguido, recordó a Feijóo los casos de corrupción que sí afectan al Partido Popular, desde Gürtel hasta los sobresueldos o la caja B: “Elija bien sus batallas, señor Feijóo, porque para sobrecogedor, el Partido Popular”.
De la “chistorra” a la difamación política
En su intento de desacreditar al presidente, Feijóo recurrió incluso a términos jocosos como “chistorras” para referirse a los billetes de 500 euros hallados en una investigación ajena al PSOE. Según la UCO, esos fondos proceden de transacciones vinculadas al empresario Víctor de Aldama y no de ninguna cuenta socialista. El uso de expresiones de ese tipo busca, según fuentes del Ejecutivo, “crear un clima de sospecha permanente sin aportar una sola prueba”.
Pedro Sánchez concluyó su intervención: "Ánimo, Alberto".
No es la primera vez que el PP utiliza la comisión del caso Koldo como escenario para desgastar al Gobierno. En los últimos meses, las comparecencias en el Senado han servido más como plató de confrontación que como espacio de esclarecimiento. Varios juristas han recordado que, a diferencia de los tribunales, una comisión parlamentaria no tiene capacidad sancionadora ni puede atribuir delitos.
Los datos frente a la retórica
Mientras el líder popular insiste en hablar de “corrupción generalizada”, los hechos son otros:
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El sumario judicial sigue limitado a un grupo reducido de empresarios y exasesores vinculados a Transportes durante el mandato de Ábalos.
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No hay indicios de implicación del PSOE ni del Gobierno.
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El informe de la UCO niega la existencia de una caja paralela o de cuentas no declaradas.
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El PSOE ha entregado toda la documentación requerida por el juez.
Frente a ello, Feijóo ha optado por la desinformación y la retórica agresiva, intentando trasladar al presidente una responsabilidad política inexistente. La estrategia recuerda a la utilizada por el PP en etapas anteriores, cuando el ruido mediático buscaba eclipsar las condenas por corrupción que afectaban a su propio partido.
Sánchez devuelve el golpe con datos sociales
El presidente respondió a la ofensiva con una enumeración de medidas adoptadas por su Gobierno: “Hemos aumentado en un 45% la inversión en sanidad pública desde 2018”, afirmó, defendiendo la gestión frente a los recortes del PP. También destacó que “este Gobierno ha propuesto un embargo al Gobierno del señor Netanyahu para frenar el genocidio en Gaza” y que “ha planteado una reforma constitucional para blindar los derechos de las mujeres ante los ataques de la ultraderecha”.
Sánchez aprovechó para contraponer modelos: “En Portugal, el 70% de los abortos se realiza en la sanidad pública; en Suecia, el 99%; en Italia, el 94%. En la Comunidad de Madrid, solo el 1%. Eso es un atropello al derecho de las mujeres”. La comparación dejó en evidencia las políticas del PP en las autonomías que gobierna, donde los recortes en sanidad y la privatización han disparado las listas de espera.
Una estrategia con más ruido que resultados
El movimiento de Feijóo responde, según analistas políticos, a una estrategia de desgaste ante la falta de liderazgo interno y la presión de Vox. Citar a Sánchez en el Senado ofrece una imagen de “autoridad” entre los suyos, pero no cambia el fondo del caso ni la realidad judicial.
La derecha intenta así mantener viva una narrativa de corrupción que no se sostiene en los hechos. Ni la Audiencia Nacional ni la Fiscalía han encontrado vínculo alguno entre el presidente y las irregularidades investigadas. Por el contrario, la Guardia Civil desmonta en su informe cada una de las afirmaciones lanzadas por el PP en el Parlamento.
En palabras de un miembro de la Comisión de Justicia, “Feijóo intenta hacer en el Senado lo que no puede hacer en los tribunales: juzgar a Sánchez sin pruebas”.
Una cita política, no judicial
La citación del presidente del Gobierno en el Senado será, previsiblemente, un acto de escenificación política más que de investigación real. Pedro Sánchez no está imputado, ni existe causa abierta contra él. Los datos, los informes y las resoluciones judiciales lo dejan claro.
El problema para Feijóo no es la corrupción ajena, sino su propio relato. Porque, como concluyó el presidente del Gobierno ante el hemiciclo, “cuando los hechos desmienten la acusación, solo queda el ruido. Y el ruido, por sí solo, no gana elecciones.”
Pedro Sánchez concluyó su intervención: "Ánimo, Alberto".