La memoria no divide: une frente al olvido

Los Lugares de Memoria Democrática son espacios de verdad y dignidad, donde España reconoce a quienes defendieron la libertad frente a la represión

Isabel Vilabella Tellado
24 de Octubre de 2025
Actualizado a las 12:14h
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La memoria no divide: nos une frente al olvido
Isabel Vilabella, secretaria de Empleo de UGT Madrid

Preservar la memoria democrática no es una opción: es un deber de cualquier sociedad que aspire a la justicia y a la libertad. Los lugares que hoy el Gobierno de España declara Lugares de Memoria Democrática son mucho más que espacios simbólicos. Son heridas que no deben volver a abrirse, pero que tampoco pueden cubrirse con el silencio. En ellos se recuerda a quienes fueron perseguidos, torturados o asesinados por defender la democracia, la igualdad y los derechos de los trabajadores.

En Madrid, el reconocimiento de la Real Casa de Correos y de la tapia del cementerio de La Almudena como lugares de memoria representa un acto de reparación necesario. Allí se escucharon los gritos de quienes nunca debieron ser callados. Allí empezó, para muchos, el camino de la represión, y para otros, el de la resistencia.

“Recordar no es mirar atrás con rencor, sino avanzar con conciencia”, porque un país sin memoria es un país sin futuro.

La verdad como compromiso democrático

UGT Madrid asegura que la memoria no pertenece a un partido ni a una ideología, sino al pueblo entero. Reconocer los espacios donde se vulneraron los derechos humanos es una forma de enseñar a las nuevas generaciones que la libertad se conquista, pero también se puede perder si se olvida.

Durante la dictadura, miles de trabajadores, sindicalistas y personas anónimas fueron encarceladas o ejecutadas por defender sus derechos. Muchos de ellos pertenecían a sindicatos obreros que, como UGT, formaron parte esencial de la reconstrucción democrática del país.

Por eso, cuando un Gobierno declara un lugar como memoria democrática, no está “revisando la historia”, sino reconociendo el valor de quienes se negaron a vivir arrodillados.

“No se trata de reabrir heridas, sino de cerrarlas con justicia, verdad y reparación.”

El reconocimiento de la tapia de La Almudena, donde fueron fusiladas casi tres mil personas, entre ellas Las Trece Rosas, simboliza esa justicia que llega tarde, pero llega. No son monumentos para dividir, sino señales para educar en valores de paz, respeto y democracia.

Memoria y justicia social

La memoria democrática está íntimamente unida a la justicia social. No puede entenderse la una sin la otra. Quienes murieron por defender la libertad lo hicieron también por un mundo más igualitario, por el derecho al trabajo digno, a la educación, a la sanidad, a la voz.

Por eso, cuando el Estado protege estos lugares, está reconociendo la deuda moral con la clase trabajadora y con todos los que pusieron su vida al servicio del bien común.

UGT Madrid celebra cada paso que se da hacia el reconocimiento de esa verdad. Y recuerdan que la democracia no se hereda, se cuida cada día. Se cuida cuando se respeta la historia, cuando se condena la represión y cuando se enseña a los jóvenes que los derechos humanos no son eternos si no se defienden.

La memoria como base del futuro

La Ley de Memoria Democrática no busca dividir, sino reconciliar. No hay reconciliación sin verdad, ni justicia sin memoria. Quienes aún hoy niegan el valor de estos reconocimientos confunden el recuerdo con el enfrentamiento. Pero no hay enfrentamiento posible en la verdad: solo dignidad.

“Las víctimas del franquismo no piden venganza, piden respeto. Y el respeto se demuestra recordando.”

España tiene la oportunidad de seguir construyendo una memoria colectiva basada en el respeto a los derechos humanos y en el reconocimiento de quienes los defendieron con su vida. Cada placa, cada espacio, cada nombre recuperado es una victoria frente al olvido.

Porque, como sociedad, no se puede permitir olvidar a quienes soñaron con un país libre, justo y solidario. Su memoria es también la de toda la sociedad. Y su lucha, la raíz de la democracia.

La memoria democrática no es el pasado: es el futuro que hay que seguir defendiendo juntos.

Isabel Vilabella Tellado es secretaria de Formación, Empleo y Memoria Democrática de UGT Madrid

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