El PP agita la pesca para no hablar de política pesquera

Los recortes propuestos por la Comisión Europea para 2026 reabren el debate sobre el abandono estructural del sector en Galicia, mientras el PP utiliza la flota como bandera identitaria sin abordar su sostén económico real

04 de Noviembre de 2025
Actualizado a las 14:14h
Guardar
El PP agita la pesca para no hablar de política pesquera
Los trabajadores de la pesca y el turismo costero suelen ganar salarios inferiores a la media nacional.

La propuesta de reducción de cuotas para 2026 ha activado una respuesta inmediata en Galicia. El BNG reclama firmeza en la negociación europea; el PSdeG defiende la necesidad de proteger la flota sin caer en el enfrentamiento ritual con Bruselas; y el PP vuelve a situarse en su terreno más cómodo: el del agravio. La escena es conocida. Lo relevante no es la reacción al anuncio de la Comisión, sino la forma en que se repite un patrón político que lleva años alejando a la pesca gallega de una estrategia de futuro.

Galicia como relato y no como política

Desde hace más de una década, la pesca se ha utilizado en Galicia como símbolo identitario antes que como sector productivo al que sostener de manera planificada. El PP construyó en torno a la flota una narrativa sentimental —la idea de una comunidad que lucha contra fuerzas globales adversas— sin acompañarla de inversiones que permitieran renovación de barcos, transición tecnológica, diversificación de especies, mejora de trazabilidad o condiciones laborales más seguras. Se ha hablado de “defender lo nuestro”, pero lo nuestro ha sido sistemáticamente empujado a competir con medios insuficientes.

Feijóo, durante sus años al frente de la Xunta, mantuvo esa lógica. Lo que hoy presenta como exigencia de firmeza ya estaba presente entonces: declaraciones de indignación periódicas cada vez que llegaba un nuevo TAC, siempre sin trasladar responsabilidad propia ni abordar la dependencia estructural de decisiones tomadas fuera. La política pesquera se convirtió en gestión inercial, sostenida por fondos europeos que amortiguaban la caída pero no reconstruían tejido.

La propuesta actual de la Comisión reabre el mismo problema. Lo urgente no es únicamente discutir puntos porcentuales de cuota —aunque esto importe en el corto plazo—, sino preguntarse por qué la flota gallega entra cada año más debilitada en la negociación.

El papel del PSdeG y la necesidad de sostener el sector sin convertirlo en eslogan

En este contexto, el PSdeG ha insistido estos días en un planteamiento diferente: defender la flota en Bruselas, sí, pero acompañando esa negociación con medidas de fondo —modernización, relevo generacional, protección laboral, compatibilidad ecológica y apoyo a los puertos como nodos económicos—. No porque sea una posición tibia, sino porque es la única viable a medio plazo. La pesca no se sostiene solo con voluntad política; se sostiene con economía, formación, infraestructura y transición de modelo cuando los caladeros cambian.

Mientras el PP exige firmeza en Europa, el PSdeG recuerda un punto básico: la fortaleza negociadora depende de la solidez interna del sector, y esa solidez se ha ido deteriorando en los años de gobierno popular en Galicia. No es Bruselas quien vació la formación marítima, ni quien permitió el envejecimiento de la flota, ni quien dejó a muchos municipios costeros sin alternativas industriales. Esas decisiones se tomaron aquí.

El BNG, por su parte, sitúa el foco en la defensa directa de la flota, con un discurso claro sobre soberanía pesquera y economía local. La diferencia entre ambos —PSdeG y BNG— no está en el objetivo, sino en el marco de inserción europea que cada uno contempla. Lo relevante es que ninguno recurre al agravio como sustituto de la política.

Lo + leído