El Partido Socialista ha entregado al Tribunal Supremo nueva documentación para aclarar el uso de dinero en efectivo entre 2017 y 2024 en la Secretaría de Organización. En esos papeles, el PSOE reconoce retiradas acumuladas cercanas al millón de euros desde su cuenta oficial, con la que sufragó gastos del partido: viajes, dietas, logística de actos y pequeñas compras. La dirección subraya que no existió una caja paralela y que todo está en la contabilidad auditada y sometida al control del Tribunal de Cuentas.
Cómo se retiraba y registraba el efectivo
El procedimiento, según expone el partido, comenzaba con una carta al banco (BBVA) solicitando una cantidad determinada y la distribución de billetes. Una empresa especializada entregaba el efectivo en la sede de Ferraz, el banco anotaba el movimiento y, una vez recibido, se asentaba contablemente la salida de la cuenta y la entrada en caja. El PSOE afirma haber realizado 39 operaciones de este tipo en el periodo analizado.
Los años con más retiradas fueron 2023 (210.870 €) y 2024 (200.598 €), coincidiendo con un calendario intenso de citas electorales. En 2020 y 2021 —marcados por la pandemia— las cifras bajaron a 52.750 € y 64.000 €, respectivamente. A partir de 2020 se generalizaron los pagos con tarjeta y transferencias, aunque el partido mantuvo una caja para devoluciones puntuales de gastos adelantados por equipos y colaboradores.
Por qué hay sobres y por qué hay diferencias
La investigación surgió cuando la Guardia Civil (UCO) detectó, en mensajes y fotografías atribuidos al entorno de José Luis Ábalos, sobres con dinero que no parecían cuadrar con lo comunicado inicialmente por el PSOE. Uno de los casos señalados es un sobre dirigido a Ábalos en junio de 2019: el partido registró una liquidación de 321,29 €, pero en la imagen incautada figuraba 826,73 €. La diferencia, 505,44 €, fue calificada de “llamativa”.
¿Qué alega el PSOE? Que en ese mismo sobre, junto al reintegro a Ábalos, se incluyeron gastos del equipo de la Secretaría de Organización (manutención y desplazamientos de quienes le acompañaban en actos del partido). En su nueva tabla de conciliación, la formación agrega esas partidas de equipo, que en ocasiones no se presentaban con justificantes individualizados, sino como una liquidación conjunta imputada al departamento.
Áreas implicadas y papeles cruzados
El escrito remitido al Supremo admite que Koldo García, entonces asesor de Ábalos, pudo participar en la gestión de esas devoluciones de gastos en metálico para el equipo, y menciona intercambios con Patricia Úriz, secretaria del ministro en Transportes. El partido sostiene que esas interacciones no eran pagos personales a los investigados, sino reembolsos de gastos imputados al área de Organización.
Sin embargo, persisten interrogantes: ¿por qué una secretaria del ministerio —sin cargo orgánico en el PSOE— recogía sobres en Ferraz? ¿Por qué actuaba como intermediaria hacia su marido, el asesor del ministro? El partido no despeja del todo ese punto y remite a las declaraciones testificales de su exgerente Mariano Moreno y de la trabajadora de Organización Celia Rodríguez, citadas para explicar el circuito y los controles internos.
Qué dice la contabilidad oficial
La defensa socialista insiste en que toda la operativa figura en la contabilidad oficial, auditada, que es “la única existente”. Reitera que usar efectivo para liquidaciones y pequeños gastos es legal y común en partidos y organizaciones, si bien el volumen de los últimos años ha generado controversia. El argumento central del PSOE es que la trazabilidad —solicitud al banco, transporte de fondos, asiento contable— descarta la existencia de cuentas opacas o de una financiación irregular.
Fechas, cifras y contexto
Durante los cuatro años de Ábalos al frente de Organización, el partido abonó en efectivo liquidaciones de equipo por importes anuales que crecieron de 2017 a 2019 y luego cayeron en 2020 (un año excepcional por la covid-19). En la etapa posterior, bajo Santos Cerdán, las cuantías se redujeron notablemente, algo que el PSOE atribuye al aumento de pagos individualizados y al uso de tarjeta.
Paralelamente, el juez del Supremo Leopoldo Puente investiga posibles irregularidades relacionadas con la etapa de Ábalos en Transportes. Aunque rechazó de momento requerir todos los movimientos de caja del PSOE desde 2017 —una petición del PP como acusación popular— dejó abierta la opción de hacerlo más adelante. La entrega voluntaria de documentación adicional por parte del PSOE busca aclarar los descuadres detectados por la UCO y rebajar la presión judicial y política.
Qué está en juego
Más allá de lo penal, el partido se juega credibilidad y transparencia. La imagen de sobres y las diferencias contables han alimentado sospechas, pero el PSOE sostiene que la explicación contable —gastos de equipo integrados en sobres junto a liquidaciones individuales— cierra la brecha. Las próximas declaraciones y los cruces de documentos serán clave para confirmar si la práctica se ajustó a las normas internas y a la ley, o si hubo desviaciones.
En resumen, el PSOE intenta demostrar que el uso de metálico fue una herramienta operativa —con controles financieros y respaldo documental— y no la tapadera de una caja oculta. La justicia tendrá la última palabra. Mientras tanto, el reto comunicativo es explicar con claridad a la ciudadanía por qué, para gastos cotidianos del partido, se movieron durante años cantidades tan relevantes en billetes y cómo se garantizó que cada euro se destinó a su fin.