La reciente salida de la Flotilla de la Libertad rumbo a Gaza ha vuelto a colocar el foco mediático en el bloqueo israelí, la ayuda humanitaria y el negocio que rodea la reconstrucción del enclave. Como suele ocurrir en estos casos, la cobertura ha estado acompañada de una lluvia de afirmaciones, muchas de ellas difíciles de comprobar. Sin embargo, hay datos y documentos que sí permiten separar hechos de especulación.
Este análisis revisa la información más relevante sobre la flotilla de 2025, las organizaciones implicadas y el papel de España en la ayuda internacional, apoyándose en fuentes oficiales y medios de alta calidad para ofrecer un relato claro y contrastado.
El plan GREAT Trust: un proyecto real con implicaciones polémicas
Uno de los puntos más relevantes es la existencia del llamado GREAT Trust (Gaza Reconstitution, Economic Acceleration and Transformation Trust), un plan de reconstrucción postguerra.
Se trata de un documento de 38 páginas filtrado y publicado por medios como The Washington Post, que describe una administración fiduciaria para gestionar la reconstrucción de Gaza. Entre sus propuestas se incluyen la relocalización “voluntaria” de población, la reconstrucción con fuerte participación de inversión privada y la creación de ciudades inteligentes.
El plan ha generado polémica porque, aunque busca acelerar la recuperación económica, plantea un modelo de gestión tutelada que algunos analistas interpretan como un riesgo para la soberanía palestina. Sin embargo, su existencia y contenido están bien documentados.
España y su apoyo económico a Gaza
Otro punto es el compromiso del Gobierno de España con la ayuda humanitaria. La Moncloa ha anunciado un paquete de 150 millones de euros de aquí a 2026 para apoyo humanitario y reconstrucción, además de 10 millones adicionales destinados a UNRWA.
Lo que no puede afirmarse de manera categórica es que España sea el “principal impulsor” del plan árabe de reconstrucción. Sí es un actor relevante y ha mostrado apoyo político y financiero, pero no existen documentos oficiales que lo sitúen como líder indiscutible de la iniciativa. Conviene, por tanto, presentar esta participación como significativa, pero sin exagerar su papel.
Organizaciones implicadas
Los datos obligan a diferenciar entre alegaciones, sanciones y designaciones formales de terrorismo.
Por ejemplo, la red Samidoun ha sido prohibida en Alemania mediante un veto administrativo y designada como entidad terrorista en Canadá. En Estados Unidos está sancionada bajo la orden ejecutiva 13224, pero no aparece en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras del Departamento de Estado. La UE no la ha incluido en su lista oficial, aunque hay peticiones en el Parlamento Europeo para que se estudie su caso.
En cuanto a la organización IHH, es cierto que Israel la ha proscrito, y existen alegaciones sobre vínculos con redes yihadistas, documentadas en investigaciones judiciales y artículos de prensa. Sin embargo, ni la UE ni Estados Unidos la han declarado organización terrorista, y de hecho Washington aclaró en 2010 que no estaba en su lista FTO. Las acusaciones deben presentarse como alegaciones, no como hechos indiscutibles.
La financiación de las campañas
Los datos publicados confirman que la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) participó en campañas de recaudación para apoyar la flotilla, con cifras que rondan los 3,2 millones de euros a nivel global y 123.344 € en España.
Sin embargo, estas cifras proceden de reportajes de investigación, no de auditorías oficiales, por lo que no son datos verificados por las autoridades.
Las flotillas en cifras
Otro punto que suele generar confusión son las cifras de barcos que han intentado romper el bloqueo de Gaza. Según datos de organizaciones y medios como Al Jazeera, entre 2008 y 2016 zarparon unas 31 embarcaciones, y al menos cinco lograron llegar a Gaza (dos en 2008 y algunas puntuales después). En total, cinco consiguieron alcanzar su destino en ese periodo.
La Coalition Freedom Flotilla (FFC) es el grupo que coordina la actual campaña “Global Sumud 2025”, con la participación de múltiples redes internacionales. IHH tuvo un papel relevante en la histórica flotilla de 2010, pero no hay evidencia de que coordine las actuales.
La Flotilla de la Libertad sigue siendo un símbolo de resistencia para muchos activistas y un desafío diplomático para Israel y la comunidad internacional. La verificación de datos muestra que hay elementos sólidos —como el plan GREAT Trust, la ayuda española y la existencia de campañas de financiación—, pero también muchas afirmaciones que requieren matiz o que son directamente especulativas.
En un contexto tan cargado de desinformación, diferenciar lo comprobado de la narrativa política es fundamental para entender qué está en juego: la reconstrucción de Gaza, el respeto al derecho internacional y el futuro de su población.