Trump envía al portaviones más grande del mundo a las costas de Venezuela

El movimiento se interpreta como un paso más antes de lanzar una operación de castigo contra el país dirigido por el régimen chavista

12 de Noviembre de 2025
Actualizado a la 13:02h
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El USS Gerald R. Ford ya está en Venezuela
El USS Gerald R. Ford ya está en Venezuela

Donald Trump ha enviado su portaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford, a aguas de Venezuela. La maniobra ha sido interpretada como un movimiento más antes de una posible invasión del país dirigido por el régimen de Maduro. Según la BBC, el Gerald R. Ford se incorporó este martes al “despliegue militar estadounidense en el Caribe, en lo que algunos analistas ven como un paso más en la más reciente escalada militar por parte de Estados Unidos en la región”.

Todo parece indicar que el presidente norteamericano ha puesto sus ojos en Venezuela. Entre él y Putin han instaurado un nuevo orden internacional basado en la abolición del Derecho internacional y en la política de hechos consumados. El inquilino de la Casa Blanca deja hacer al presidente ruso en Ucrania, y este a su vez mirará para otro lado cuando Estados Unidos ordene dar rienda suelta a sus planes imperialistas y expansionistas. Ese es el pacto secreto entre Washington y Moscú. Así, en sucesivas fases, Rusia avanzará hacia el Oeste de Europa, quizá tomando Moldavia o alguna república Báltica, mientras que Trump dará la orden de invadir Venezuela, tomar Groenlandia o anexionarse Canadá. Ese es el siniestro futuro que le espera a la humanidad. Un mundo dominado por dos señores de la guerra que parecen haber perdido el juicio. Un contexto donde China está llamada a jugar su papel. Pekín no pierde de vista Taiwán, su parte de la tarta, la codiciada perla que lleva mucho tiempo tratando de anexionarse como parte de su territorio. Si eso ocurre, es más que probable que Estados Unidos se lo permita, ya que Putin así se lo ha pedido a Trump y este parece estar de acuerdo.

Trump busca acelerar el fin del chavismo, incluso considerando medidas como retirar licencias a empresas petroleras estadounidenses que operan en Venezuela. También prepara el control de recursos energéticos: algunos analistas sostienen que el verdadero interés sería apoderarse del petróleo y gas venezolano, más que combatir el narcotráfico. Todo ello para encaminarse hacia el final de la operación: un cambio de régimen. La Casa Blanca ha dejado entrever que el despliegue naval podría usarse para forzar la salida de Maduro, ya sea mediante negociación o presión militar.

Funcionarios de EE.UU. como Elliott Abrams han declarado que no existe un plan formal de invasión, sino una estrategia de presión diplomática y militar para debilitar al régimen. Pero los preparativos de la invasión venezolana siguen a buen ritmo.

Los “planes de invasión” de Trump hacia Venezuela parecen más bien una combinación de presión militar, sanciones económicas y operaciones limitadas en el Caribe. Aunque se han identificado posibles blancos militares, la mayoría de expertos coincide en que una invasión terrestre masiva no está confirmada, y que el objetivo principal sería forzar un cambio político y controlar recursos estratégicos.

“La Fuerza Naval de EE.UU. informó en un comunicado este martes que el buque había entrado en la zona del Comando Sur, que abarca América Latina y el Caribe, tres semanas después de que se ordenara su despliegue en el área”, asegura la BBC. Según este medio, Estados Unidos ha desplegado en el Caribe su mayor acumulación militar en décadas y ha llevado a cabo una serie de ataques contra embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico Oriental.

El USS Gerald R. Ford se suma a otros buques de guerra, un submarino nuclear y cazas F-35 que han estado operando en la zona en las últimas semanas. Además, la Casa Blanca ha dado la orden de bombardear barcazas sospechosas de tráfico de drogas en el Caribe. Washington no ha proporcionado pruebas del presunto uso ilícito de esas embarcaciones ni detalles sobre las personas a bordo, y muchos observadores creen que el uso de la fuerza militar es también un intento de presionar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que el gobierno estadounidense acusa de ser el jefe de una organización de narcotráfico, para tratar de derrocarlo.

Venezuela y Colombia han advertido que el despliegue militar podría desencadenar un conflicto a gran escala, y ha aumentado la especulación sobre si EE.UU. llevará a cabo ataques directos en esa zona de América Latina. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, informó de que se ha ordenado “la puesta en estado de alerta operacional” de todos los recursos militares del país, y el despliegue masivo “de los medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos; así como los sistemas de armas; unidades militares; Milicia Bolivariana; Órganos de Seguridad Ciudadana y los Comandos de Defensa Integral”.

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