El portavoz de IU en el Congreso de los Diputados, Enrique Santiago, ha tirado de sarcasmo para responder a la propuesta de Trump de que la OTAN expulse a España de la organización por no contribuir a los gastos con el 5 por ciento de su PIB. A Santiago le parece muy buena solución y además añade: “Ojalá el señor Donald Trump se mantenga en su posición y consiga que expulsen a España de la OTAN. A nosotros eso nos parece una solución muy buena, y de camino que se lleve sus bases militares, también nos parece muy buena solución; con lo cual, animamos a que el señor Donald Trump siga por ahí”.
Más allá de bromas y zascas, España no puede ser expulsada de la OTAN según el tratado vigente. La única forma de salir del club militar atlántico es por decisión voluntaria del propio país interesado. Aunque recientemente el presidente Donald Trump ha sugerido públicamente que España debería ser expulsada por no gastar suficiente en armamento, esta propuesta no tiene base legal ni precedentes dentro de la organización.
El artículo 13 del Tratado del Atlántico Norte establece claramente que un país miembro puede retirarse voluntariamente notificando al gobierno de EE.UU., y la salida se hace efectiva tras un año. No existe ningún mecanismo legal para expulsar a un país miembro. La expulsión no está contemplada en ninguno de los artículos del tratado. Tampoco hay sanciones automáticas por no cumplir con acuerdos como el porcentaje de gasto militar, aunque sí puede haber presiones diplomáticas o políticas.
El 2 de diciembre de 1981, España comunicó su intención de adherirse al Tratado de Washington. El 30 de mayo de 1982 se convirtió en el miembro número 16 de la OTAN. Tras décadas de aislamiento internacional, España buscaba consolidar su democracia y alinearse con Europa y EE.UU. en materia de seguridad. La entrada en la OTAN se veía como un paso hacia la profesionalización de las Fuerzas Armadas y la participación en organismos internacionales. La apertura al mundo tras 40 años de dictadura. Desde su ingreso, España ha participado en comités y misiones internacionales. La pertenencia a la OTAN consolidó la posición internacional de España y facilitó su entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986. Se impulsó la profesionalización y modernización del ejército español. Pero hoy nuestro papel en la Alianza es cada vez más cuestionado por una parte de la opinión pública. Ser el lacayo de Trump no resulta una idea atractiva o seductora para buena parte de la sociedad española. Se ha roto la confianza en el vínculo defensivo atlántico.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha respondido con “tranquilidad” al desafío de Trump, asegurando que España cumple con sus compromisos de capacidad dentro de la Alianza. Trump ha estado jugando a una especie de órdago antes del fallo del premio Nobel de la Paz, al que aspiraba, aunque finalmente no se lo han dado. Es simplemente una baladronada más del magnate neoyorquino. Las declaraciones de Trump son una forma de presión política más que una amenaza real.
El PP ha usado estas declaraciones para criticar al Gobierno, pero no hay indicios reales de que la membresía de España esté en peligro. España sigue siendo un miembro comprometido, aunque con diferencias sobre el gasto en defensa. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha considerado que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, es “el problema”. “El problema no es España. España es un socio creíble, orgulloso y comprometido con la OTAN. Y lo seguiremos siendo. El problema es Sánchez”, ha escrito esta noche en su cuenta de la red X el líder del PP.
“Él no es de fiar, pero eso no debe arrastrar al país. Nuestra Nación no tiene que pagar por su frivolidad e irresponsabilidad. Sabemos quiénes son nuestros aliados. España no saldrá de la OTAN. Sánchez saldrá de La Moncloa”, ha añadido.
“No tienen excusa para no hacerlo. Pero no pasa nada. Tal vez deberían expulsarlos de la OTAN, francamente”, afirmó Trump. “Deben llamarles (a España) y averiguar por qué están rezagados. Y además les va bien, por muchas de las cosas que hemos hecho”, apuntó el mandatario estadounidense desde el Despacho Oval.
El presidente estadounidense ya había arremetido contra Madrid anteriormente por rechazar aumentar el gasto en Defensa, pero nunca antes había sugerido que fuera expulsada de la Alianza, informa Efe.
Tras la cumbre de los aliados de este verano, España consiguió llegar a un acuerdo con la Alianza para dedicar un máximo del 2,1% a su presupuesto militar y pactó con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, tener flexibilidad a la hora de cumplir el compromiso del 5 %. Fuentes del Ejecutivo aseguran que España es un miembro de pleno derecho y comprometido con la OTAN.