“No fue el clima, fue la mala gestión”: el Congreso escucha a las víctimas y señala a Mazón

La Comisión sobre la DANA del 29 de octubre arranca con testimonios crudos y muy claros: hubo avisos, falló la previsión y faltó coordinación. Las familias piden justicia y medidas que de verdad salven vidas

04 de Noviembre de 2025
Actualizado a la 13:15h
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Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales de la dana de Valencia, este martes en la Comisión del Congreso de investigación sobre la gestión de la dana.
Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales de la dana de Valencia, este martes en la Comisión del Congreso de investigación sobre la gestión de la dana

La Comisión de Investigación del Congreso sobre la gestión de la DANA Depresión Aislada en Niveles Altos— del 29 de octubre ha comenzado escuchando a quienes más sufrieron: las familias de las 237 víctimas mortales, 229 de ellas en Valencia. Su mensaje es directo y fácil de entender: A nuestros familiares no los mató el clima, los mató la mala gestión”. No hay tecnicismos que lo difuminen. Hubo pronósticos, hubo avisos y, aun así, la respuesta llegó tarde y mal".

La voz de quienes perdieron a los suyos

Rosa María Álvarez Gil, presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales de la DANA 29-O, abrió la sesión con un testimonio que puso el foco donde debe: en las personas. Recordó a su padre, Manuel, y señaló sin rodeos lo que, según las familias, falló: respeto a la ciencia, previsión, coordinación y avisos a tiempo. Su conclusión fue tan dura como comprensible: “No murió por la lluvia; lo dejaron sin salida”.

"A nuestros familiares no los mató el clima, los mató la mala gestión”. No hay tecnicismos que lo difuminen. Hubo pronósticos, hubo avisos y, aun así, la respuesta llegó tarde y mal".

Otras familias contaron situaciones igual de terribles: mayores atrapados en residencias junto a cauces de agua, carreteras sin cortar a tiempo, emergencias sin coordinación suficiente y alertas que se tramitaron cuando la tragedia ya estaba en marcha. El dolor se mezcló con una petición muy concreta: que esta comisión no sea un trámite, sino el inicio de decisiones que eviten que algo así vuelva a suceder.

Por qué apuntan a Mazón

El expresidente valenciano, Carlos Mazón, anunció su dimisión, pero seguirá en funciones hasta que se elija sustituto. Para las familias, irse así no arregla nada. Reprochan que no nombrara a las víctimas en su despedida y que tratara de presentarse como agraviado. Lo dicen sin medias tintas: la responsabilidad no es abstracta. En una emergencia, cada minuto cuenta, y cada decisión —o cada indecisión— puede costar vidas. Eso, subrayan, es responsabilidad política directa.

Este no es un debate ideológico: es un examen sobre si se activaron los protocolos adecuados, si se escuchó a los meteorólogos, si se enviaron avisos claros con tiempo suficiente y si se protegió a los lugares más expuestos —residencias, bajos, urbanizaciones junto a barrancos— cuando ya había señales de riesgo extremo.

Qué es una DANA y qué se debería haber hecho

Una DANA es una bolsa de aire muy frío en altura que, al chocar con aire cálido y húmedo, puede producir lluvias torrenciales en pocas horas. No es un fenómeno nuevo ni imprevisible al minuto: los modelos meteorológicos suelen alertar con antelación del riesgo de precipitaciones intensas. La clave es cómo se traduce esa información en decisiones prácticas y comprensibles:

  • Avisos tempranos y claros a población y servicios esenciales, priorizando mensajes simples: “No conduzca”, “Evite bajos y sótanos”, “Aléjese de cauces”.
  • Ordenar cierres preventivos de vías y equipamientos en zonas inundables.
  • Reforzar emergencias y coordinar policía, bomberos, sanitarios, protección civil y ayuntamientos.
  • Proteger residencias y viviendas junto a barrancos o ramblas con planes específicos y evacuaciones a tiempo.
  • Comunicación en tiempo real para evitar rumores y reducir decisiones peligrosas por desconocimiento.

Lo que denuncian las familias es que varias de estas piezas fallaron a la vez. Y cuando todo falla a la vez, lo que pudo ser un susto se convierte en una catástrofe.

Claves políticas: responsabilidad y cambios, no titulares

La comisión ha citado a 127 personas, incluidas víctimas, técnicos y responsables públicos. El objetivo declarado es doble: depurar responsabilidades y proponer mejoras. Las familias lo han dicho con sencillez: no quieren venganza, quieren verdad y garantías. Verdad para reconocer errores sin excusas, y garantías para que los protocolos se cumplan y se financien.

Aquí es donde Mazón queda en el centro del relato. Porque una dimisión sin reconocimiento de fallos ni plan de reparación suena a escapar por la tangente. Y porque, si hubo alertas ignoradas, la falta de previsión no es un accidente: es una negligencia. En emergencias, la inacción también decide.

Lo que piden las víctimas (y entiende cualquiera)

  • Reconocer errores de forma pública y documentada.
  • Responsabilidades políticas y, si procede, penales, con rigor y sin dilaciones.
  • Protocolos claros y practicables, ensayados con simulacros y con financiación estable.
  • Alertas accesibles, en lenguaje sencillo, por móvil, radio, TV y redes, con instrucciones concretas.
  • Mapas de riesgo público y decisiones urbanísticas que eviten construir donde el agua siempre vuelve.
  • Protección de residencias y centros sensibles con planes específicos y evacuaciones preventivas.
  • Seguimiento de las medidas con plazos, responsables y evaluación independiente.

Un cierre necesario

Este arranque de la comisión deja una idea difícil de discutir: la DANA fue un fenómeno natural, pero la magnitud de la tragedia fue, en gran parte, una consecuencia humana. Y aquí la figura de Mazón no es un detalle, es el símbolo de un modo de gestionar que mira a otro lado mientras el agua sube. Dimitir no borra lo ocurrido. Asumir la responsabilidad, pedir perdón y reparar, sí empieza a hacerlo.

Las familias lo han expresado con una honestidad que desarma: “No pedimos compasión, pedimos verdad”. Si la política sirve para algo, es para convertir esa verdad en cambios reales. Eso exige claridad, humildad y valentía. Y exige, sobre todo, no volver a llegar tarde.

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