Santos Cerdán sale de la cárcel. La Justicia ha entendido que no hay riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas, pero el informe de la UCO, dado a conocer ayer, resulta demoledor. Se habla de colocaciones de familiares y amigos en empresas en la órbita del exsecretario de Organización, de adjudicaciones a dedo de obra pública, de mordidas del 2 por ciento. La mujercísima, la hermanísima, el cuñadísimo. Todos pringados (presuntamente). Una tristeza para el PSOE y para el votante de izquierdas, ya de por sí desafecto con todo lo que está apareciendo en la prensa.
Especialmente sangrante es el caso de La Paqui, la esposa del exdirigente del partido, a quien “la conocen todas las vendedoras del Corte Inglés”. No se cortaba la señora cuando tiraba de la famosa tarjeta sin fondo de Servinabar. Gastaba y gastaba. Por lo visto, de esa teta, de esa tarjeta que tanto nos recuerda a las tristemente célebres black del Partido Popular, mamaba todo el clan. Una vergüenza.
Esto es el franquismo a la socialista con salsa navarra de chistorra. Ahora que llega el 20N, el recuerdo de la muerte del tirano que nos atormenta cada año por estas fechas y el libro navideño del rey emérito, nos vienen a la memoria las corruptelas familiares de la dictadura. En eso no hemos avanzado nada. No hemos salido de 1939. Los mismos malditos nepotismos, las mismas tramas de parientes y amigotes a la sombra del poder, toda esa ralea que se perpetúa en el poder generación tras generación por los siglos de los siglos. La derecha es corrupta por naturaleza (lo lleva en los genes), un socialista corrupto es una traición y un daño irreparable para los trabajadores que, en medio del vendaval por el auge de la extrema derecha, aún confían en lo poco que queda de izquierda.
El 2 por ciento en mordidas, áticos, viajes, inversiones en Marruecos y comisiones por valor de casi siete millones de euros. ¿Dónde está la pasta, Santos? ¿De dónde salía para tanto tarjetazo en el Corte Inglés? ¿Por qué Santos, por qué? Y, sobre todo, ¿cuánto tardará en tirar de la manta definitivamente hasta dejar en cueros a Pedro Sánchez? El presidente asegura que tiene “tolerancia cero con la corrupción”, pero en Ferraz están conmocionados, noqueados, hundidos. Hay quien dice que esto es el fin y no exageran. Zaida Cantera confiesa que siente ganas de llorar, Bolaños se escaquea por los pasillos del Congreso y hasta el ministro Puente ha enmudecido. Habrá que ver cómo respiran los socios de coalición: Sumar, Esquerra, Bildu.
Entre tanto, Santos Cerdán sigue manteniendo su inocencia. “No tengo nada que ver con Servinabar”. Y lo dice mientras su mujer lleva la tarjeta de crédito de la empresa, aún caliente de tanta compra, en el bolso. La Paqui, ya con capucha para que no la retraten los paparazzi, pide respeto a los periodistas. Para respeto el que merecía el honrado votante socialista que, una vez más, asiste entre escandalizado, impactado y atónito a esta segunda entrega del felipismo roldanesco. Todo este cutrerío, todo este chusco atracón a manos llenas con avaricia y glotonería, es lo mismo que ya vivimos en los noventa. Y ya sabemos cómo acabó aquello. Nos comimos a un señor autoritario con bigote franquista en la Moncloa, más la burbuja inmobiliaria, la guerra de Irak y el 11M. Ahora no será solo un tipo, serán dos. Abascal es la bola extra, el bonus track. Para pesar de tanta gente progresista de este país, vamos por el mismo camino de entonces. La historia más negra de la España reciente se repite una y otra vez con una exactitud y precisión que asustan. Entre dos calvos de oro, Roldán y Koldo, nada nuevo bajo el sol.
A esta hora, la gran pregunta es: ¿Lo sabía Sánchez? Y una derivada: ¿resistir para qué? Anticorrupción pide más de 20 años de cárcel para Ábalos. Feijóo acusa a Sánchez de ser “El 1” de la trama y vuelve a pedir urnas. El caso crece minuto a minuto cual bola de nieve pendiente abajo sin freno ni control. Cada página de este triste y decadente best seller escrito por un metódico y concienzudo novelista de la UCO, el teniente coronel Balas, es una palada más de tierra sobre el sanchismo amortizado. Tiene en la diana la financiación del PSOE y no parará hasta encontrarla. En Ferraz ya no hay nadie sin insomnio. La bomba esperada ha detonado, pero la onda expansiva no ha hecho más que comenzar. ¿Cuál será el siguiente nombre en salir en los papeles? ¿Cuánto tardarán en aparecer los maletines y las bolsas de plástico? Las señoritas de compañía hace tiempo que desfilan por los juzgados.
Santos era de Acciona y el PSOE no reacciona. Con Puigdemont bajado del burro sanchista y Rufián escribiendo los últimos zascas en el epitafio de la democracia, este Gobierno huele a muerto. La cuenta atrás ha comenzado para Sánchez, por mucho que el CIS dibuje un panorama electoral eufórico de diez puntos de ventaja de los socialistas sobre los populares. La cocina demoscópica no logrará frenar la última tragedia española: la descomposición de la izquierda, el hundimiento del bipartidismo y el auge de la extrema derecha. La democracia está en peligro con un Vox disparado y rozando el 20 por ciento de los votos. Da vértigo solo escucharlo.