Europa se la juega en la vivienda: UGT exige en Bruselas una política común para frenar la desigualdad territorial

Mari Carmen Barrera reclama más inversión, reglas claras y reconocer la vivienda como infraestructura esencial para garantizar cohesión social en la UE

17 de Noviembre de 2025
Actualizado a las 14:37h
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Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Europeas de UGT
Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Europeas de UGT

La falta de vivienda asequible se ha convertido en uno de los grandes desafíos europeos de esta década. No es solo un problema urbano, ni un fenómeno coyuntural: es una crisis estructural que condiciona la vida de millones de personas y amenaza la propia cohesión económica y territorial de la Unión Europea. Con este diagnóstico contundente, la secretaria de Políticas Europeas de UGT, Mari Carmen Barrera, presentó en Bruselas el dictamen del Comité Económico y Social Europeo (CESE) sobre vivienda asequible ante el Grupo de Expertos sobre Cohesión Territorial y Asuntos Urbanos (EGTCUM).

Su intervención, celebrada el 13 de noviembre en la sede de la Comisión Europea, situó en el centro la urgencia de que Europa asuma un papel más activo, coherente y ambicioso en materia de vivienda. Un mensaje que resonó entre representantes de los Estados miembros, personal técnico de la Dirección General de Política Regional y Urbana (DG REGIO), miembros del Parlamento Europeo y redes urbanas europeas.

Una crisis que rompe la cohesión europea

Durante su exposición, Barrera fue clara: la vivienda se ha convertido en un factor de desigualdad que separa territorios y fractura sociedades. Entre 2015 y 2023, los precios de compra y alquiler aumentaron cerca de un 50 %, una subida muy superior al crecimiento de los salarios. En algunas ciudades, más del 10 % de los hogares destina más del 40 % de sus ingresos simplemente a poder tener un techo. Son cifras que reflejan una tendencia que no solo es injusta, sino también insostenible para el modelo social europeo.

La sindicalista advirtió de que el encarecimiento de la vivienda no afecta por igual a todas las regiones. Mientras las grandes ciudades sufren un mercado tensionado, muchos territorios rurales o intermedios enfrentan el abandono, la desinversión y la pérdida de población. Esta brecha territorial genera un círculo vicioso: donde la vivienda es inasequible, se expulsan trabajadores y se dificulta la actividad económica; donde no hay inversión, se debilitan los servicios públicos y desaparecen oportunidades. El resultado es una Europa desequilibrada.

“La política de cohesión debe ser la garantía europea del derecho a la vivienda”

Para UGT y para el CESE, el camino pasa por reforzar la política de cohesión, el principal instrumento europeo destinado a equilibrar el desarrollo entre regiones, para convertir la vivienda asequible en un eje estratégico. Barrera insistió en que las instituciones europeas deben dejar de considerar la vivienda como un sector secundario y reconocerla como una infraestructura esencial, del mismo modo que lo son el transporte o la energía.

Este reconocimiento, recordó, permitiría movilizar más recursos y dotar al sector de reglas estables, además de blindar la vivienda social frente a políticas que, directa o indirectamente, pueden ponerla en riesgo. “Una Europa fuerte necesita una política de vivienda fuerte”, defendió.

Una Plataforma Europea de Inversión en Vivienda

Entre las propuestas más destacadas del dictamen presentado por UGT figura la creación de una Plataforma Europea de Inversión en Vivienda. Sería un nuevo instrumento financiero que combinaría subvenciones, préstamos y garantías, tanto públicas como privadas, con un objetivo claro: facilitar proyectos de vivienda asequible en todos los territorios europeos.

Esta plataforma ayudaría a superar uno de los principales obstáculos actuales: la falta de financiación suficiente y estable. Además, Barrera propuso que la inversión en vivienda quede excluida de las reglas fiscales del Pacto de Estabilidad para evitar que las restricciones presupuestarias limiten la construcción o rehabilitación de viviendas sociales.

Otro punto clave es establecer una definición común de vivienda social y asequible en toda la UE. Hoy, cada país utiliza criterios propios, lo que complica el diseño de políticas homogéneas y la evaluación de resultados. Una definición compartida permitiría coordinar estrategias y reforzar la protección frente a procesos especulativos.

Rehabilitar antes que construir: la vivienda como política sostenible

Barrera recordó que Europa no solo necesita más vivienda, sino también mejores viviendas. Por ello, defendió priorizar la rehabilitación frente a la nueva construcción, especialmente en un contexto de crisis climática, transición energética y creciente número de edificios vacíos en desuso.

La mejora de la eficiencia energética, la reutilización de inmuebles abandonados y la modernización de barrios vulnerables son, en su opinión, acciones imprescindibles para avanzar hacia una política de vivienda sostenible. Además, pidió medidas más contundentes contra los alquileres turísticos en zonas urbanas tensionadas, que agravan la expulsión de residentes y distorsionan los precios.

Una Europa más justa empieza por un hogar accesible

La posición de UGT es clara: sin vivienda asequible no puede haber cohesión social ni igualdad de oportunidades. La intervención de Mari Carmen Barrera en Bruselas subraya la necesidad de que la Unión Europea dé un salto adelante, con más inversión, más coordinación y un enfoque territorial que abarque desde las grandes capitales hasta las zonas rurales.

Hacer de la vivienda una infraestructura esencial no es solo una cuestión técnica: es una decisión política que determina qué tipo de Europa queremos. Una Europa en la que todas las personas puedan vivir, trabajar y desarrollarse en condiciones dignas. Una Europa verdaderamente cohesionada. Una Europa que construya hogar.

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