El derecho a ser activista en la Sociedad en que vivimos

05 de Octubre de 2025
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El derecho a ser activista en la Sociedad en que vivimos
Foto: Una llamada al activismo en Euskera contra de Israel con motivo de la Vuelta ciclista a España 2025. Un grafismo muy elocuente “Israel fuera”

Hay ciudadanos que opinan que no se puede salir a la calle y parar una prueba deportiva como la Vuelta a España protestando por el genocidio en Gaza, porque pone en peligro a los ciclistas y a ellos mismos y la policía interviene con las porras y otros variados instrumentos intentando controlar la situación. Mientras tanto el Gobierno de Pedro Sánchez apoya a estos manifestantes activistas mostrando su solidaridad. Es un activismo real  con el que me solidarizo.

El activismo es un derecho

Este es un breve artículo dirigido a todas las personas, jóvenes, menos jóvenes y mayores, tampoco entiende de sexos, pues llega a todos, todos y todas tenemos derecho a ser activistas y practicar el activismo, siempre que el fin del mismo sea consustancial a los derechos humanos establecidos en la constitución o carta magna. Y protestar por el genocidio que Israel está efectuando sobre territorio palestino con muchos miles de muertos, causando desesperación y hambruna en la población, así como la muerte de miles de niños y niñas, es causa suficiente para amontonar unas vallas e intentar que no pasen los ciclistas de una organización, la Vuelta España con el equipo ciclista de Israel entre sus filas. Lo mismo que ha hecho el gobierno de España con su no participación en Eurovisión por igual motivo y muchas manifestaciones civiles en toda España para protestar por ese asesinato masivo. Los ministros del Gobierno de España, con su presidente se han convertido en activistas, con pleno derecho ha hacerlo.

Es posible que a la vista de las noticias que nos llegan todos los días en los canales de la televisión de asesinatos, muertes, corrupción mayormente relacionados con  políticas interesadas, las falsas noticias que afectan a la verdad de la información, el activismo que conocemos desde hace muchísimos años, casi tantos como los de la revolución francesa, cada día adquiere mayor vigor con más virulencia en los sistemas democráticos. Es algo que comenzamos a ver con normalidad en nuestras vidas. En los países democráticos ya no hay miedo a salir a la calle.

Activistas en plena manifestación

Miremos a nuestra alrededor, vemos atentados contra la naturaleza con la construcción de fábricas contaminantes como la de ALTRI en Galicia para evitar instalar una macroplanta de Celulosa en Palas de Rei (Lugo), en otros casos contra personas, contra nuestra calidad de vida, contra los gobiernos no deseados, contra las pensiones bajas, contra una sanidad pública deficiente,  a favor de la educación pública, contra las guerras, contra la venta de armas, contra la naturaleza, las aves y el turismo invasivo en el caso del Guggenheim en el Urdaibai (Gernika), etc..

Dicen que cuando algo suena con mucha frecuencia, terminas por no oírlo o te habitúas de tal forma al ruido que terminas ignorándolo. Esto es a lo que no se resigna una ciudadanía que quiere ser escuchada en sus opiniones y desea proponer ideas mejores desde la misma base. Los silencios no conducen a ninguna parte, más aún cuando son impuestos y de carácter institucional.

Por ello casi uno se convierte en activista sin darse cuenta. Uno ya admite que se proteste en las calles, si es por una causa mejor, aunque el activismo también puede derivar en una causa injusta. La libertad de opinión es lo que tiene. La libre expresión.

Algunas referencias a USA, Ukrania, Israel y Gaza

Deseo  referirme a algunos personajes de la vida política. Uno de ellos es el Sr. Trump, y lo cito porque destaca por ser un gobernante atípico a punto de ser juzgado por sus variadas tretas, como animar a la conquista del congreso por una ciudadanía enfermiza y guiada por la ultraderecha. Es presidente de los Estados Unidos de América, una nación con 347 millones de habitantes. Con una personalidad más de empresario que de gobernante, en ambos casos muy discutido.

Con sus seguidores muy conservadores, bien aleccionados, mayormente ultraderechistas, que están dando ejemplo a la humanidad de lo que un gobernante no debiera ser, poniendo a los pies de sus caballos a una buena parte del mundo. Con los aranceles, con los vetos a los inmigrantes, nacidos en el suelo USA y los llegados de afuera. Imponiendo barreras de todo tipo en las fronteras con otros países, con sus alianzas y apoyos a Israel. Con su actitud cambiante en la guerra de Ucrania, que prometió resolvería en tres semanas.

Los activistas le reprochan su sentido de gobernante con pocos escrúpulos y su dominancia en muchos países del mundo. También en su propio país, USA. Donde hay activistas críticos que protestan por su pésima forma de gobernar.

Pero no lo es menos el primer ministro de Israel Sr.Netanyahu un país de 10 millones de habitantes,  genocida por muchos del Estado Palestino, quien todos los días se acuesta llevando a sus espaldas cientos de muertes desde 7 de Octubre del 2023, con  fuentes que elevan la cifra  a  más de 67.000 un 20% niños solamente en Ciudad de Gaza, 1.600 sanitarios, 310 trabajadores de la UNRWA y 251 periodistas y miles de cadáveres todavía bajo los escombros de los edificios derruidos. Que una vez concluida su conquista y anexionada Gaza,  propone crear un gran macrocentro turístico de ocio en toda la franja sobre el mar, quiero decir sobre los muertos. Turismo por muertos, así de cruel. Para ello cuenta con sus consejeros que le jalean la idea.

Save The Children calculaba 26.000 niños gazatíes muertos, con el mayor número de amputaciones pediátricas de la historia.

La consecuencia de esto es un profundo activismo en muchos países del planeta, en competiciones deportivas y en otras donde participa Israel y en la prohibición de comerciar con el país hebreo. Muchos de los activistas que protestan lo hacen por vez primera en su vida en grandes manifestaciones por todo el planeta.

En su reciente intervención en la ONU, se quedo sin oyentes al abandonar la gran sala de Naciones Unidas, hubo una estampida por parte de muchas naciones de todo el planeta. Eso también es activismo.

El Sr.Puttin (presidente ruso) , señor de la guerra contra Ucrania, que pensaba tomarla en menos de 4 meses y lleva tres años sin que la haya conquistado, que desarrolla su dictadura del silencio en todas las esferas de Rusia. También muy contestado en dicho país por activistas que se juegan materialmente el tipo o una reclusión en las cárceles del país. Intenta todavía adueñarse de Ucrania sin conseguirlo.

Hay muchos otros países en el mundo que destacan también por la falta de libertades democráticas. Que son menos contestados por el activismo, al no llegarnos la información por ser zonas alejadas de los centros de poder.

¿Tambores de conflicto extendido o tensando la cuerda de la guerra?

Uno se pregunta si todo esto no pudiera terminar en una conflagración más amplia, la guerra mundial terminó hace 81 años con 15 millones de muertos, llegando él mismo a pensar en la tercera guerra mundial, pero no terminamos de creérnoslo. Todo podría darse, aunque creo que cada uno de nosotros/as opinamos que este disparate no es real. Una guerra en un tiempo en el que hay armamento nuclear sería una cosa además de horrible, muy seria. También los pacifistas luchan desde su activismo para evitar semejante locura. Los activistas se multiplican por todo el mundo, a nivel de manifestaciones en las calles.

Foto: Pensionistas, activismo de reivindicaciones salariales en Bilbao

En las dictaduras el activismo está prohibido

También se manifiestan muchos activistas en las calles de los países en lo que gobiernan dictaduras, de mayor o menor intensidad. “World Population Review” ha creado una lista de 52 países que se gobiernan con dictaduras. En las que el activismo es muy limitado o nulo.

Ejemplos en Korea con Kim Jong Un, China sin elecciones democráticas desde los tiempos de Mao. Los más de 2000 cubanos que tienen restringida su libertad en Cuba por gritar “¡Basta ya¡”. Cerca del 37% de ciudadanos del mundo están gobernados por un régimen autoritario, en Venezuela, Yemen, Irán, La India y Rusia, Afganistan, Argelia, Angola, Azerbaiyan, Bahrein, Bangladesh, Bielorusia, Brunei, Burundi, Camboya, Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo, Yibuti, Egipto, Eritrea, Etopia, Gabón, Irak, Kazajistán, Libia, Birmania, Nicaragua, Omán, Qatar, Ruanda, Arabia Saudita, Somalia, Sudán del Sur, Siria, Turquía, Uganda, Venezuela, entre otros, en los que dictadores silencian cualquier oposición a sus decisiones como Rusia con su presidente Vladimir Putin, quien ha modificado su constitución para gobernar hasta 2036.

Los efectos negativos en todos los casos incluyen el desmoronamiento  de las organizaciones sociales, las instituciones democráticas y los partidos políticos. Policía secreta, arrestos indefinidos  y, asesinato de opositores.

Las ONGs y su papel, apoyando el activismo voluntarista

Y quien puede parar esto. Me viene a la mente las  plataformas sociales  ONGs. No se sabe con exactitud el número que hay en el mundo, algunas han sido tachadas abiertamente de bancos de negocios o inversiones.

Las más  conocidas son  Amnistía Internacional, Médicos sin fronteras, Greenpeace, Unicef, Cruz Roja, Save the Children, Oxfam Intermon, Brac Care International, Danish Refugee Council, etc.. Se calculan que a nivel mundial hay más de 10 millones de Organizaciones no gubernamentales (ONGs). En España se estima hay alrededor de 100.000 y en USA del orden de millón y medio.

Las fundaciones más ricas son Bill & Melinda Gates Foundation, Fundacion Microfinanzas BBVA, Fundacion Master Card, Fundación Wellcom E Trust, Brac en Bangladesh es la más grande en número de empleados, etc.. Algunas de ellas son verdaderos Lobbies.

Uno sabe que las inversiones que el ciudadano y las empresas hacen a las ONGs están beneficiados por menos impuestos. Su papel parece muy necesario, pero a uno se le ocurre pensar en su actividad mercantil y financiera y el papel que verdaderamente juegan en los conflictos como entes institucionales de gran influencia.

Una pregunta

A estas alturas se me ocurre plantear una pregunta abiertamente ¿Qué idea tenemos del activismo ciudadano? ¿Es Usted activista? ¿Ha estado multado alguna vez por practicar el activismo? ¿Quizás preso?

¿Los activistas, quizás ese 5% de la población?

La pregunta es de difícil respuesta. Los activistas son personas que promueven los cambios sociales y políticos, buscando influir en la población para abordar problemas como los derechos humanos, la justicia ambiental o la igualdad de género. Se apoyan mucho en medios o redes sociales.

En el reciente partido Atlhetic Bilbao contra el Arsenal inglés 47.000 expectadores, es decir el 100% protestaron por la masacre de Gaza. Fue una colectividad integra que se sumó a la protesta.

O bien Usted no ha practicado un activismo porque no cree en ello o bien le gustaría practicarlo, pero hay algo que lo detiene, quizás su edad, su posición social, sus hijos, es por vergüenza o es que como no lo ha practicado nunca, no se siente con fuerzas para dar el paso. Quizás, eso sí, haya asistido a alguna manifestación para parar un proyecto de la Administración Pública, o quizás se limite a realizar alguna aportación económica a alguna de las ONGs de las muchas que hay a nivel mundial.

Y estoy reflexionando sobre ello, mientras veo una manifestación popular que denuncia la masacre de Gaza en la Palestina, veo a muchos niños y niñas acompañados por sus familias y me digo interiormente. “Este es el paso, niños acompañados por otros niños y sus padres dando un verdadero ejemplo de civismo, denuncian el asesinato de otros muchos niños en Palestina y reflexiono, esto hace años no se daba”. Se decía cocinero a tu cocina. Se hubiera entendido un desatino que niños estuvieran en manifestaciones similares. Hoy día aprenden desde la tierna infancia.

Creo que afortunadamente nuestro tejido social, funciona de diferente manera. Se comienza a tener un gran respeto por el maltrato animal, se pide por ejemplo,  que no se maten a los toros. También se dotan a las personas de instrumentos que llevan encima, para que sus maltratadores no se aprovechen de su posición de dominio. Se sale a la calle para protestar con un no rotundo a la construcción de un segundo museo Guggenheim en Murueta (Bizkaia) en la comarca del Urdaibai, por respeto a esa Reserva de la Biosfera y a todos los ciudadanos que aman la naturaleza y no están de acuerdo con un turismo invasivo. O también se lucha por la no implantación de una fábrica contaminante en la provincia de Lugo en Galicia denominada Altri.

También en España no habría que tolerar el -suministro de armas con países  como Israel. En muchas ocasiones los intereses mutuos que se crean arrastran a la clase política en la dirección equivocada. Esto al menos es lo que apuntan algunos partidos políticos de la izquierda.

Creo no podemos construir unas normas o leyes que digan cuando los ciudadanos pueden salir a la calle o no en defensa de los derechos humanos o sociales, como por ejemplo parando la Vuelta Ciclista a España.

Hay algo que no se puede legislar creando un código que limite la expresión de la ciudadanía. Sería un grave error pensar de semejante manera. Estaríamos en manos de un legislador o de un presidente de gobierno o de comunidad. Sería como estar con las manos atadas a los designios muchas veces tortuosos de un proyecto social, o político o simplemente financiero.

Por eso debe quedar claro, el derecho a manifestarse públicamente, animando al ciudadano a que lo haga, porque algo así haría de la política algo grande, encumbraría a un país a desarrollar mejor sus libertades. Y me vienen a la memoria algunos países no solo Israel, o Rusia, pues antes faltaban algunos otros como Emiratos Árabes, Argentina, El Salvador, Marruecos, Corea del Norte, China, Tunez, Etopía, Eritrea, países donde de una  u otra manera sus libertades están restringidas y los medios de información están secuestrados bien sea parcial o totalmente.

¿Quien tiene la potestad de prohibir el activismo?

Las normas de convivencia de cada País regula las manifestaciones otganizadas dando las oportunos permisos, pero regularlo es muy difícil, salvo que concurran procedimientos violentos, aunque también es muy difícil evitarlos. Hay muchas cosas que no se pueden encorsetar y es cuando hay que acudir a una tolerancia democrática y legislativa.

Vístase Ud activista, aunque solo sea manifestándose públicamente junto a otros miles de ciudadanos. Seguro que así nuestra vida nos dará la mejor recompensa. La lucha por nuestra libertad y la de todos.

NOTA ADICIONAL: El encabezado de este artículo es SABEMOS digital, antes diario16 desde Setiembre del 2025.

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