Las muertes de personas trabajadoras en accidentes laborales siguen aumentando y ya se han convertido en una emergencia nacional. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, 489 personas han perdido la vida en los ocho primeros meses del año por intentar ganarse el sustento. Para la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), estas cifras son “graves y duras, porque detrás de cada número hay una persona y una familia rota”.
Hasta agosto se han registrado 403.717 accidentes laborales con baja, un 2,2% menos que el año anterior, pero el descenso apenas consuela: las cifras siguen siendo inaceptables. “No podemos acostumbrarnos a que cada día mueran dos personas trabajadoras en España”, advierte Patricia Ruiz, secretaria de Salud Laboral de UGT.
Aumentan las muertes en construcción e industria
Los datos son especialmente alarmantes en dos sectores clave: la construcción y la industria. En el primero se han producido 113 muertes, un 21,5% más que en el mismo periodo del año anterior, mientras que en el segundo se registran 71 fallecimientos, lo que supone un aumento del 7,6%.
Ruiz denuncia que “aunque las cifras globales descienden, en estos sectores esenciales la siniestralidad sigue creciendo”, lo que demuestra que la ley actual no está funcionando. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, aprobada hace casi 30 años, “ha quedado obsoleta y no responde a las nuevas realidades del trabajo del siglo XXI”, insiste la representante sindical.
UGT reclama que se agilicen los trabajos de la Mesa de Diálogo Social para actualizar la norma, incorporando riesgos emergentes como los derivados del cambio climático, la digitalización o el envejecimiento de la población trabajadora.
El peso invisible del estrés y los riesgos psicosociales
Uno de los datos más preocupantes es el elevado número de muertes vinculadas al estrés laboral. En apenas ocho meses, 169 personas han fallecido por infartos o derrames cerebrales durante su jornada de trabajo. “Esto puede estar relacionado con riesgos psicosociales y organizativos que no se están gestionando adecuadamente”, señala Ruiz.
Desde UGT subrayan que la salud mental también es salud laboral, y que los riesgos asociados a la presión, las largas jornadas o la falta de conciliación deben tener el mismo peso que los riesgos físicos.
A ello se suman los accidentes provocados por el calor extremo, cada vez más frecuentes por los efectos del cambio climático: 229 casos por insolación o calor, de los que cinco fueron mortales. Ruiz insiste en que “existe una infradeclaración preocupante de estos accidentes”, y que “lo que no se ve, no se previene”.
Más control, más recursos y nuevas figuras de protección
UGT propone crear una figura similar a la del Delegado o Delegada Territorial de Prevención a nivel estatal, con el fin de garantizar la vigilancia y la formación en PYMES sin representación sindical, donde se concentran gran parte de los accidentes graves y mortales.
Además, el sindicato reclama reforzar la Inspección de Trabajo con más personal y medios para garantizar el cumplimiento de las normas, y dotar de recursos a la Fiscalía de Salud Laboral para investigar e impedir la impunidad.
“No podemos consentir que todas estas muertes queden sin responsabilidad. Cada persona que muere trabajando es un fracaso colectivo del sistema”, concluye Patricia Ruiz.
UGT insiste en que la siniestralidad laboral no puede seguir siendo una estadística fría, sino una prioridad urgente para el Gobierno y para toda la sociedad. “La prevención debe adaptarse al siglo XXI y a las nuevas realidades del trabajo. Es una cuestión de vida o muerte”, sentencia Ruiz.