La Agrupación de Periodistas de UGT denuncia el acoso de VOX contra periodistas de RTVE

El sindicato alerta del riesgo extremo de normalizar la violencia contra la prensa

01 de Diciembre de 2025
Actualizado a las 10:51h
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La Agrupación de Periodistas de UGT denuncia el acoso de VOX contra periodistas de RTVE

Desde la Agrupación de Periodistas de UGT (AGP-UGT) lanzamos un mensaje firme y sin matices: ningún profesional de la información debe volver a trabajar bajo amenazas, insultos o agresiones físicas. Lo ocurrido durante una conexión en directo de RTVE, en la que un grupo de personas vinculadas a entornos de ultraderecha increpó de forma violenta al equipo desplazado, constituye un ataque frontal al derecho a informar y un síntoma alarmante del clima de odio que se está normalizando en España.

Lo sucedido no es un hecho aislado, ni un exceso puntual. Es la consecuencia directa de una estrategia política basada en el señalamiento, el hostigamiento y la deslegitimación constante del trabajo periodístico. Un clima que, lejos de menguar, se ha intensificado en los últimos meses hasta situar a la profesión en un nivel de riesgo inaceptable para una democracia avanzada.

Violencia contra quienes informan: una línea que no se puede cruzar

Las imágenes difundidas muestran a varios individuos profiriendo gritos, insultos, empujones y aspavientos contra el equipo de RTVE que cubría una reunión convocada de manera irregular por facciones de ultraderecha. Lejos de reclamar libertad, estas personas boicotearon la labor informativa, interrumpieron el trabajo de profesionales y trataron de impedir que la ciudadanía ejerciera su derecho constitucional a recibir información veraz.

No hablamos de discrepancia ni de protesta legítima. Hablamos de agresión y de intimidación directa a trabajadores y trabajadoras de un servicio público. Las expresiones de odio, los insultos a las instituciones democráticas y la actitud hostil hacia la prensa forman parte de un patrón cada vez más frecuente que no podemos permitir que se convierta en el “nuevo normal”.

Quienes claman “esta televisión la pagamos todos” mientras agreden a quienes la hacen posible ponen de manifiesto una contradicción profunda: reclaman información, pero atacan a quienes trabajan para garantizarla; exigen libertad de expresión, pero tratan de silenciar a quienes informan sobre hechos de interés público.

La violencia política contra periodistas no surge de manera espontánea. Es alentada por discursos que legitiman el odio y el enfrentamiento, por campañas de señalamiento desde espacios políticos concretos y por la creación de entornos digitales que funcionan como cámaras de eco de la agresión. Cuando las palabras se convierten en amenazas y las amenazas desembocan en agresiones, es evidente que la línea roja ya se ha cruzado.

Por eso afirmamos con claridad: el acoso contra periodistas es intolerable, el miedo no es una opción y la violencia digital no puede seguir siendo la antesala de la violencia física. Defender a quienes informan es la única manera de defender la democracia.

El señalamiento como herramienta de intimidación política

La AGP-UGT advierte desde hace tiempo del aumento del hostigamiento organizado contra periodistas, especialmente desde estructuras vinculadas a la ultraderecha. Las campañas de acoso coordinado, el uso de redes sociales para amplificar mensajes de odio y la difusión de contenidos falsos o manipulados buscan un objetivo claro: atemorizar a la prensa y controlar el relato público mediante la intimidación.

Lo ocurrido durante la conexión en directo encaja en este patrón: individuos que actúan con total impunidad, convencidos de que su agresividad quedará diluida en la crispación general, de que no habrá consecuencias y de que insultar a un equipo informativo es, simplemente, parte del paisaje político actual.

Pero no lo es ni puede serlo. El odio digital nunca es inocuo y la violencia verbal funciona como antesala de la violencia física. Ninguna sociedad democrática puede permitirse tolerar este tipo de comportamientos sin arriesgarse a erosionar los pilares mismos de la convivencia.

Normalizar el miedo es renunciar a la democracia

La AGP-UGT alerta: si la profesión periodística se acostumbra al miedo, la democracia ya está perdiendo.

Ninguna persona que trabaja informando debe asumir como parte de su jornada laboral la posibilidad de ser insultada, acosada o agredida físicamente. Y ningún ciudadano o ciudadana debería aceptar que el ataque a la prensa se utilice como arma política para deslegitimar a quien informa sobre hechos verificables.

El miedo nunca puede formar parte de las condiciones de trabajo en una profesión esencial para el funcionamiento del Estado de derecho. Y menos aún cuando quienes ejercen más hostilidad suelen hacerlo en entornos donde la policía no está presente o donde las convocatorias no son legales ni informadas, lo que incrementa el riesgo para los equipos desplazados.

Corresponde a las instituciones garantizar que las coberturas informativas puedan realizarse con seguridad, especialmente cuando se prevé un contexto hostil o cuando existen precedentes de violencia en convocatorias similares.

La protección de las mujeres periodistas: una urgencia inaplazable

Desde la AGP-UGT queremos subrayar un aspecto que no siempre recibe la atención que merece: las mujeres periodistas sufren un tipo de acoso específico que combina violencia política, violencia digital y violencia machista.
Los insultos sexistas, las amenazas de índole sexual y la utilización de su imagen para campañas de odio forman parte de una violencia que busca tanto silenciar como intimidar de manera diferencial.

Es imprescindible que todas las instituciones, desde fuerzas de seguridad hasta órganos judiciales y organismos reguladores, refuercen la protección de las mujeres periodistas y actúen con contundencia frente a cualquier forma de violencia machista vinculada al ejercicio del periodismo.

Defender a la prensa es defender el derecho de toda la ciudadanía

Cuando se agrede a un equipo informativo no se ataca únicamente a quienes sostienen la cámara o el micrófono. Se ataca el derecho de toda la sociedad a estar informada, a conocer qué ocurre y a tomar decisiones con datos contrastados.
Sin periodismo libre, solo queda espacio para la propaganda, la manipulación y el miedo.

Por eso, desde la Agrupación de Periodistas de UGT exigimos:

  • Que se identifique y sancione a los responsables de la agresión.
  • Que se establezcan protocolos claros para la cobertura de actos no comunicados o de riesgo.
  • Que las instituciones refuercen la protección a periodistas, especialmente a mujeres.
  • Que los partidos políticos renuncien de manera explícita a alimentar discursos de odio contra profesionales de la información.

Llamamiento urgente a la sociedad y a las instituciones

Desde la AGP-UGT hacemos un llamamiento a la ciudadanía, a las organizaciones sociales y a todas las instituciones democráticas para que no permitan que estos ataques queden impunes ni que la violencia se normalice como parte del debate público.

El periodismo cumple una función social irrenunciable. Sin libertad informativa, la democracia se debilita.

Por eso afirmamos con claridad y sin ambigüedades:

El acoso a periodistas es intolerable.

La violencia física o digital nunca es una opción.

Proteger a quienes informan es proteger a la democracia.

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