Si eran 7, o sea, 5 más 2, y votan, y son 5 y 2, claramente las dos progresistas votan lo suyo, sin duda, no gusta, es politiqueo; pero claramente los 5 podrían estar votando igual ¿o ahí no vale la precisión? Si hay blancos y negros, mirar que unos sí y los otros no es igualmente tendencioso... el verdadero problema es ¿quiénes han consentido llegar a una situación así en el Tribunal Supremo? Supuestamente imparcial, no lo es y da igual para qué lado cargue. Un Supremo ideologizado no es un Supremo.
Además, me da igual que se estile: no se puede, en una instancia tan elevada, difundir un fallo sin mostrar la sentencia. La firmarán 5 y 2 la asumirán, sin estar de acuerdo, pero el riesgo de la justificación a posteriori, tras el revuelo armado y a pesar del acuerdo supuesto, con todos los pros y contras que se han dicho, analizado y criticado... es imposible sustraerse a nuevas disquisiciones incluso jurídicas que se hayan podido apreciar, el arte del birlibirloque cuando se trata de textos no sería ninguna novedad ni judicial ni histórica.
Pensemos que una sentencia es una magna inducción o deducción a partir de una barbaridad de premisas, me decía una amiga jueza que no se puede ejercer el oficio sin saber lógica; si se deduce no hay debate, sería fácil: 5+2 son 7, una suma y un sólo resultado posible, por seguir con los numeritos; si se induce, empero, ya estamos con las fricciones, cabe la duda (“pro reo”), sólo la acumulación de pruebas podría inclinar a una condena pero ya con menos certezas. Con esa cantidad de premisas la fuerza lógica se diluye, una conclusión u otra es una elección igualmente ilegítima; muchas veces, cuando se tiene clara la conclusión, quitar, añadir, remover premisas es en el fondo una justificación, una “excusatio” dolosa, inclinar, es decir: la construcción de la culpabilidad o la inocencia intencionadamente, no un razonamiento limpio, ni quito ni pongo Rey pero ayudo a mi Señor.
El Derecho es cuestión de Letras. Lamento ser un poco desagradable con nuestros sacrosantos juristas, pero no nos la demos de ingenieras cuando se trata de leer y escribir, la Literatura o la Historia pueden ser más determinantes en la calidad de una sentencia que los supuestos tecnicismos legales: un texto canta lo que toque el intérprete; sí, la jerarquía de tribunales, la jurisprudencia, el infinito articulado, pero al final una lectura es lo que hace que se delinca o no, una buena abogada o un juez culto lo saben de sobra, desde la Antigüedad el arte del Derecho es la retórica, que como todo cuchillo se puede emplear bien o mal. Quienes ejercen por Justicia, quienes defienden el significado de la Ley en un Estado de Derecho dignifican el oficio, incluso defendiendo a un violador; ay cuando el Derecho es el vehículo para explotar al Estado y sacarle sus zarandajas aprovechándose de la ignorancia de la mayoría...
Supongo que el Supremo va a procesar a los tres periodistas por haber mentido teniendo la obligación de decir la verdad, tras afirmar haber recibido la revelación castigada antes que el Fiscal castigado; porque si el fallo es contradictorio con lo que afirmaron los plumillas, sólo pudieron mentir. Si no los procesan, la sentencia se deslegitima esencial y automáticamente, y deberíamos empezar a pensar en algo peor. Y otra cosa: si los procesan, la prensa ha muerto. Muy trumpiano todo. O mienten los periodistas o miente el sentenciador, la única opción que nos queda en pura lógica para seguir viviendo es que mientan los dos, igualmente desastrosa.
García Ortiz la cagó el día que borró su móvil; da igual que tuviera razón o que debiera hacerlo por la seguridad del Estado, no importa, el veneno estaba ya corroyendo la carne democrática, y si debía hacerlo debía haber seguido un protocolo público que le evitara ser sospechoso. No lo hizo, ofreció el cuello a las fieras mediáticas y de otras especies.
Yo no afirmo nada sobre la inocencia de nadie, ojalá tuviera esos conocimientos. Lo que sí tengo claro es que hablamos de excelsitudes procesales y jurídicas para fines espurios, deshacemos el prestigio de las instituciones, mostramos públicamente sus miserias, discutimos sobre el sexo de los ángeles y sus maravillas, mientras un tipo defrauda a Hacienda, porque así lo acepta en una propuesta de pacto hecha por su representante legal, una política de primer nivel (que podría ser Ministra de Hacienda y preside la Consejería de ese ámbito más grande del país) disfruta o convive con esas ganancias ilícitas, que un asesor pagado con dinero público intoxica con falsedades intencionadas a la prensa y a las instituciones (y encima lo reconoce en foros públicos para que conste en acta, incluso en juicios) y que quien se llama a sí mismo asesinado socialmente no hace ni una semana que se ha comprado otro piso que vale cuatro veces lo que mi casa, y que yo llevo más de cuatro lustros pagando con cerca de mil euros mensuales siendo funcionario bien pagado.
Cuando vi al “ciudadano particular” señalar con su mano al Fiscal General afirmando que lo había matado públicamente, que sólo le quedaba suicidarse o irse de España (muy socrático discurso, lo ha hecho un culto), me pareció desaforado, estúpido, incluso me extrañó sabiendo cómo las gastan en los tribunales que se lo permitieran, todo esto sin ser él el acusado, sólo testigo, y lo dijo y quedó en acta recogido y solucionado todo con un chascarrillo de parte del Juez en mitad de tan grave acusación. Ahora que se rumorea que, comprobado el daño ejercido sobre él, el “particular”, porque está asumido y, por tanto, demostrado en la sentencia, se podría plantear la nulidad de su causa penal original, la de Hacienda, quiero decir: que estaban dejando como hecho probado y como parte de todo este razonamiento judicial que es la sentencia contra García Ortiz el “daño intencionado” a González Amador. para poder resolver la causa al fondo... se me queda cara de panoli. Si esto es así, yo no soy jurista pero tampoco lelo, sería una maniobra magistrada, digo magistral a pesar de lo burdo, ridículo, vomitivo, tosco, cutre, barriobajero: nos la han metido hasta el pescuezo.
Hay una parte fundamental de este país que ha asumido lo de trabajar en la dirección de, eso de que quien pueda hacer que haga. Cómo explicar que ésa es la semilla de la perdición, cómo recordar qué Hitler, Stalin o Franco no se metían en política ni tomaban grandes decisiones... Hay una Protegida y hay un Tapado maquiavélico, éste es el juego sucio político en España hoy. ¿y si todo ha sido una farsa para salvar a una candidata mussolina y el más perjudicado es el candidato actual? Que Dios nos proteja. No, mejor no.