Sánchez advierte a Netanyahu: “El terrorismo no se combate con crímenes de guerra”

Sánchez cuestiona el enfoque militar de Netanyahu y denuncia el ataque sistemático a población civil, mientras mantiene la defensa del derecho internacional como eje de su posición

19 de Septiembre de 2025
Actualizado a las 11:28h
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Sánchez advierte a Netanyahu: “El terrorismo no se combate con crímenes de guerra”

En un contexto internacional cada vez más tenso y con una ofensiva militar prolongada sobre Gaza, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a marcar distancias con la política israelí en materia de seguridad y de respeto al derecho humanitario. Acompañado por el canciller alemán Friedrich Merz, el jefe del Ejecutivo español ha defendido que la lucha contra el terrorismo no puede justificarse mediante bombardeos masivos ni con vulneración de derechos humanos, y ha reafirmado la necesidad de una salida política que incluya el reconocimiento efectivo de Palestina.

La crítica al enfoque bélico de Netanyahu

Pedro Sánchez ha vuelto a verbalizar lo que la diplomacia europea rara vez se atreve a decir sin ambages: la actual estrategia israelí en Gaza está condenada al fracaso, tanto política como humanitariamente. Afirmando que "el terrorismo no se derrota con un ataque indiscriminado a la población civil", el presidente del Gobierno ha recordado que España, por su propia historia reciente, conoce bien los límites del enfoque estrictamente militar.

Más de 60.000 muertos, la mayoría civiles, y una situación humanitaria devastadora en la Franja de Gaza no solo deslegitiman cualquier justificación defensiva, sino que dibujan un escenario aún más inestable y radicalizado en la región. Para el Ejecutivo español, esto no refuerza la seguridad de Israel, sino que profundiza su aislamiento internacional y alimenta un ciclo de violencia sin salida.

Sánchez ha sido tajante: “Sabemos cómo se combate al terrorismo, y desde luego no es así”. Sus palabras, lejos de equidistancias, reflejan una posición alineada con el derecho internacional humanitario, y con las cada vez más amplias voces que exigen un alto el fuego inmediato, el fin del castigo colectivo a la población palestina y una apuesta clara por la solución de los dos Estados como vía política viable.

Discrepancias europeas y alianzas incómodas

La visita del canciller alemán Friedrich Merz ha dejado en evidencia las fracturas internas en la política exterior de la Unión Europea frente al conflicto. Si bien ambos gobiernos han mostrado preocupación por el incremento de la violencia y han compartido la crítica al método empleado por el Ejecutivo de Netanyahu, las diferencias en el lenguaje y en las medidas propuestas son significativas.

Alemania, por razones históricas y geoestratégicas, se resiste a calificar de genocidio la ofensiva israelí, y descarta reconocer a Palestina como Estado en este momento. España, por su parte, ha optado por un reconocimiento diplomático firme, que no sólo tiene valor simbólico sino que constituye un gesto político en favor del derecho a la autodeterminación palestina.

También hay fisuras en lo relativo a las sanciones. Mientras el Gobierno español apuesta por la suspensión completa del Acuerdo de Asociación con Israel, el Ejecutivo alemán mantiene una postura más ambigua, sin confirmar aún su apoyo a la propuesta parcial de la Comisión Europea.

En este contexto, Sánchez ha querido subrayar que los matices entre países no deben ocultar la existencia de un consenso de fondo sobre la urgencia de cesar la violencia y abrir una vía diplomática realista. Lo relevante, ha dicho, “no es cómo lo llamemos, sino qué hacemos para frenarlo”.

El Ejecutivo español insiste en una defensa de principios que no admite excepciones: el derecho internacional, la protección de la población civil y la vía diplomática como única salida sostenible al conflicto. Todo ello sin ocultar las contradicciones de una Unión Europea que sigue sin actuar con una sola voz ante una tragedia prolongada y sistemática.

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