Israel convierte en crimen la solidaridad: la Flotilla de la Libertad, interceptada por la fuerza antes de llegar a Gaza

Barcos con ayuda para la población palestina quedan incomunicados tras un ataque naval que viola abiertamente la ley internacional

01 de Octubre de 2025
Actualizado a las 22:57h
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Israel convierte en crimen la solidaridad: la Flotilla de la Libertad interceptada por la fuerza antes de llegar a Gaza
La flotilla se prepara para la intervención israelí

La escena recuerda a los peores capítulos de la historia reciente: una misión civil, compuesta por activistas, personalidades políticas y defensores de los derechos humanos, se dirige hacia Gaza con ayuda humanitaria. Su objetivo es tan simple como legítimo: romper el bloqueo ilegal impuesto por Israel sobre la Franja y entregar alimentos y medicinas a una población al borde de la hambruna. Sin embargo, la respuesta del ejército israelí fue inmediata y brutal: interceptación, intimidación y un corte total de las comunicaciones.

Lo que ocurrió con la Flotilla Global Sumud no es un episodio aislado, sino un reflejo del desprecio sistemático de Israel hacia el derecho internacional y hacia cualquier intento de aliviar el sufrimiento del pueblo palestino. A bordo del barco Captain Nikos, periodistas relataron cómo, ante la inminente llegada de buques militares israelíes, los tripulantes arrojaron sus teléfonos al mar para evitar ser rastreados. Minutos después, la señal en directo de la mayoría de las embarcaciones desapareció.

Amnistía Internacional (febrero 2024): “Debe haber una investigación urgente sobre los horribles informes de que decenas de palestinos murieron y resultaron heridos mientras intentaban recibir ayuda alimentaria en el norte de Gaza. Negar asistencia humanitaria a la población civil constituye una violación grave del derecho internacional humanitario.”

Un bloqueo ilegal que mata en silencio

El asedio a Gaza es una estrategia deliberada que dura ya más de 17 años y que la ONU ha calificado como un castigo colectivo. La Relatora Especial Francesca Albanese advirtió de que la interceptación de la flotilla constituiría una violación flagrante de la legalidad internacional, puesto que las aguas de Gaza no están bajo la legítima autoridad israelí. Pese a esta advertencia, el gobierno de Netanyahu ordenó la operación.

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La flotilla, compuesta por una veintena de barcos, fue rodeada a menos de cinco kilómetros por más de veinte embarcaciones militares israelíes. Entre los interceptados figuran el Alma, considerado el principal barco de la misión y en el que viajaba su dirección, y el Sirius, en el que se encontraba la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Ambos quedaron incomunicados tras el corte de señales.

La activista Greta Thunberg, que viajaba en el Alma, llegó a difundir un vídeo en el que alertaba: “Interceptarnos sería una violación flagrante de la ley del mar y del derecho humanitario”. Poco después, su comunicación también fue bloqueada.

Europa, cómplice por omisión

La pasividad de los gobiernos europeos es otro de los elementos más indignantes. Ione Belarra, secretaria general de Podemos, responsabilizó a todas las capitales de la Unión de lo que pueda ocurrir con los activistas: “Han tenido un mes para protegerles y no lo han hecho. Lo que suceda ahora también es responsabilidad de quienes miraron hacia otro lado”.

Francesca Albanese, Relatora Especial de la ONU (2023): “Las aguas de Gaza no están bajo la legítima autoridad de Israel. Interceptar barcos humanitarios en esa zona constituye un acto ilegal contrario a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.”

Consejo de Derechos Humanos de la ONU:

El Ejecutivo español, por su parte, se limitó a recomendar que la flotilla no entrara en aguas israelíes y a preparar un barco militar en reserva, sin voluntad real de cruzar la línea roja. Fuentes de La Moncloa reconocieron que enviar una embarcación española hasta la zona de exclusión hubiera supuesto “poner en riesgo” a la tripulación. Pero ese mismo argumento es el que deja a su suerte a decenas de activistas europeos que viajaban en una misión puramente civil.

La inacción europea, revestida de prudencia diplomática, es en realidad un aval silencioso al uso de la fuerza por parte de Israel. Europa se indigna con comunicados y advertencias, pero se niega a actuar con la firmeza que exige un ataque a ciudadanos de sus propios países en aguas internacionales.

Guerra psicológica contra la solidaridad

La flotilla declaró el estado de emergencia a bordo poco antes de ser interceptada. El rastreador oficial de la misión reflejó cómo doce barcos quedaban sin comunicación en cuestión de minutos. No se trata solo de una acción militar, sino de un acto de guerra psicológica: aislar, intimidar y generar incertidumbre sobre el destino de los tripulantes.

Los activistas eran conscientes del riesgo. Muchos lanzaron al agua sus dispositivos para impedir que fueran confiscados y utilizados en su contra. El gesto ilustra la magnitud de la amenaza: quien lleva comida y medicinas a Gaza se convierte en enemigo a ojos del ejército israelí.

 

Consejo de Derechos Humanos de la ONU: “El bloqueo de Gaza equivale a un castigo colectivo impuesto sobre toda la población, prohibido expresamente por el derecho internacional humanitario.”

Israel, en rebeldía contra el derecho internacional

El ataque contra la flotilla no puede entenderse como un incidente aislado. Forma parte de un patrón de violaciones reiteradas del derecho internacional por parte de Israel: desde el bombardeo de hospitales y escuelas en Gaza hasta la demolición de viviendas en Cisjordania. La Corte Penal Internacional mantiene abiertas órdenes de detención contra Netanyahu y miembros de su gobierno por crímenes de guerra y de lesa humanidad, entre ellos el uso del hambre como arma.

Interceptar barcos civiles que transportan ayuda no es solo un gesto de fuerza, sino un crimen contra la humanidad: negar comida y medicinas a una población sitiada equivale a prolongar deliberadamente su sufrimiento.

Un genocidio que cumple dos años

En octubre se cumplen dos años desde que se intensificara el actual asedio a Gaza, marcado por bombardeos masivos, desplazamientos forzados y la imposición de un bloqueo total de suministros. Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch coinciden en calificar esta política como genocida.

La Flotilla Global Sumud representaba un símbolo de resistencia pacífica y de solidaridad internacional. Su interceptación es la confirmación de que Israel está dispuesto a criminalizar cualquier gesto de apoyo a los palestinos, incluso cuando este se limita a transportar alimentos a familias desesperadas.

España debe reaccionar

El Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar, junto a Izquierda Unida y los Comuns, exigió la liberación inmediata de los tripulantes y la garantía de su integridad física. Asimismo, reclamaron la aplicación urgente de la reforma de la Ley de Jurisdicción Universal para que los tribunales españoles puedan perseguir los crímenes de guerra cometidos contra sus ciudadanos.

La pelota está en el tejado del Gobierno de España. No basta con comunicados tibios ni con advertencias diplomáticas: se trata de ciudadanos europeos detenidos ilegalmente en aguas internacionales y de una misión humanitaria destrozada por la fuerza.

El silencio o la tibieza se traducen en complicidad. Y cada minuto que pasa sin exigir sanciones firmes contra Israel confirma la impunidad con la que Netanyahu y su gobierno sionista actúan.

⭕️ Condenamos firmemente el ataque de Israel contra la Flotilla Global Sumud. 👉 Exigimos la liberación inmediata de todos los miembros que sean detenidos y la apertura de una investigación sobre los hechos, no cabe la impunidad. Callar ante la barbarie es ser cómplice, por una Palestina libre 🇵🇸

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— Sumar (@movimientosumar.es) 1 de octubre de 2025, 20:11

La solidaridad no se criminaliza

Israel ha vuelto a demostrar que considera enemigo a cualquiera que intente desafiar su bloqueo. Pero lo que también ha demostrado la flotilla es que la solidaridad internacional no se rinde. A pesar de la intimidación, a pesar del corte de comunicaciones, el mensaje ha llegado: el asedio a Gaza es un crimen y quienes lo sostienen deben rendir cuentas.

La pregunta que queda en el aire es si Europa y España estarán a la altura de la justicia, o si volverán a mirar hacia otro lado mientras se comete un genocidio a plena luz del día.

Españoles, turcos, brasileños y malasios, entre la tripulación de las tres naves ya interceptadas por Israel

La Armada israelí ha interceptado ya tres de las embarcaciones de la flotilla: AdaraSirius Alma, abordo del cual iba el comité de dirección. Los 90 pasajeros de estas naves son de las siguientes nacionalidades:

España: 26 - Turquía: 9 - Malasia: 7 - Brasil: 7 - Estados Unidos: 5 - Francia: 4 - Alemania: 3 - Italia: 3 - Irlanda: 3 - Reino Unido: 3 -Portugal: 2 - Polonia: 2 - Argentina: 2 - México: 2 - Jordania: 2 - Sudáfrica: 1 - Países Bajos: 1 - Finlandia: 1 - Nueva Zelanda: 1 - Suecia: 1 - Marruecos: 1 - Serbia: 1 - Dinamarca: 1 - Noruega: 1 - Túnez: 1

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