El mes de septiembre ha traído un ligero alivio a las cifras de desempleo en la Comunidad de Madrid. El paro registrado descendió en 2.034 personas respecto a agosto, lo que supone una caída del 0,73% y sitúa el número total de personas desempleadas en 278.056, el nivel más bajo desde 2007. La tendencia sigue la línea del conjunto del país, donde el Ministerio de Trabajo ha contabilizado 4.846 parados menos, situando el total nacional en 2,4 millones.
En Madrid, el repunte de la actividad está marcado de forma clara por el inicio del curso escolar. Cada septiembre, miles de docentes que habían sido despedidos en julio son contratados de nuevo. Se trata de un fenómeno cíclico que maquilla los datos, pero que no resuelve los problemas estructurales del mercado laboral.
La educación como motor de empleo temporal
“En septiembre vuelven a contratarse las personas despedidas en verano. La educación es un sector que tira del empleo, pero necesitamos que esas contrataciones no sean tan estacionales”, explica Isabel Vilabella, secretaria de Empleo de UGT Madrid.
El sector educativo, además, arrastra una fuerte feminización. Según datos sindicales, seis de cada diez personas en paro en la región son mujeres, y la proporción aumenta durante la edad fértil, lo que evidencia las dificultades de conciliación y el impacto desigual de las interrupciones laborales.
A esta dinámica se suma la construcción, que también mostró un repunte en la contratación, aunque con carácter previsible. “Estos datos positivos eran esperados, lo que nos indica que hay que seguir apostando por políticas activas de empleo y reforzar sectores con condiciones laborales más estables, como la industria o los servicios públicos”, subraya Vilabella.
Preocupaciones sindicales: paro de larga duración y falta de prestaciones
Más allá del titular positivo, UGT Madrid advierte de problemas de fondo. Cuatro de cada diez personas en paro llevan más de un año buscando trabajo, lo que refleja un desempleo estructural difícil de absorber. Además, casi cuatro de cada diez no perciben ninguna prestación por desempleo.
“Hay 105.000 madrileños que buscan empleo sin contar con medios económicos para subsistir mientras lo hacen o se forman. Esto nos preocupa enormemente porque hablamos de familias sin recursos básicos para salir adelante”, señala Vilabella.
El sindicato recuerda también que el ritmo de reducción del paro se ha ralentizado. Mientras en 2022 la Comunidad recortó en casi 98.000 el número de desempleados, en 2025 la caída interanual apenas alcanza las 13.600 personas.
La jornada laboral como oportunidad
Para UGT, la clave pasa por avanzar hacia medidas que no solo generen empleo, sino que lo hagan en mejores condiciones. Entre ellas, la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media.
“Reducir la jornada no solo mejoraría la calidad de vida de los trabajadores, también abriría la puerta a nuevas contrataciones. Si se suma a la subida salarial y a incentivos en sectores estratégicos, Madrid podría recuperar el liderazgo económico perdido en los últimos años”, insiste Vilabella.
Un discurso oficial triunfalista
Desde el Gobierno regional, la presidenta Isabel Díaz Ayuso destacó en la Asamblea de Madrid que la región “crece por encima de la media nacional” y que ya aporta casi el 20% de la economía española. Ayuso subrayó la creación de 45.900 cotizantes más y reivindicó que Madrid es “líder en la bajada del paro y en la generación de oportunidades”.
Un discurso que contrasta con la visión sindical, mucho más crítica. “No podemos conformarnos con celebrar bajadas puntuales. Si no se refuerzan los sectores clave, el empleo seguirá siendo inestable y desigual, sobre todo para las mujeres”, remarca Vilabella.
Una foto agridulce del mercado laboral
En definitiva, el mes de septiembre deja una fotografía ambivalente: el paro baja, pero lo hace gracias a contrataciones cíclicas y temporales, especialmente en la educación. La mejora, aunque positiva, es insuficiente para resolver problemas de mayor calado como la precariedad, el desempleo de larga duración o la falta de prestaciones.
Como concluye Vilabella, “Madrid tiene potencial para ser referente en empleo de calidad, pero para lograrlo necesitamos medidas estructurales y una apuesta firme por la igualdad”.