En los extrarradios españoles, entre bloques grises y calles olvidadas por la inversión pública, laten historias que rara vez alcanzan la primera plana. Aida dos Santos las ha recogido en Hijas del hormigón, un libro que combina rigor sociológico y prosa vibrante para dar voz a las mujeres que habitan las periferias urbanas y que, con su sola existencia, interpelan los discursos oficiales sobre igualdad y progreso.
Dos Santos nos conduce por un territorio donde el hormigón no es solo arquitectura, sino metáfora de estructuras rígidas: el clasismo que marca las trayectorias vitales, el patriarcado que dobla las espaldas, el capitalismo que privatiza el derecho a la vivienda y convierte barrios obreros en espacios de desecho. El resultado es una cartografía precisa de la desigualdad estructural que atraviesa a las protagonistas, mujeres que deben trabajar para costear estudios, criar en viviendas deterioradas o sobrevivir a la violencia machista en entornos hostiles.
Lejos de cualquier victimismo, las voces recogidas se alzan con dignidad y con fuerza. Entre relatos de precariedad y abandono, emergen también escenas de resistencia: redes de cuidados, solidaridad entre vecinas, estrategias de supervivencia que revelan una capacidad política pocas veces reconocida. El libro ilumina así un feminismo materialista, anclado en la vida concreta, que desarma el espejismo de la meritocracia y cuestiona la tibieza de un feminismo liberal incapaz de nombrar la desigualdad de clase.
Con una escritura cuidada, Dos Santos dignifica la palabra de las mujeres del extrarradio sin apropiarse de ella, evitando el tono paternalista que tanto abunda en los relatos sobre la periferia. Cada testimonio resuena como un acto político: recordar que detrás de cada bloque de hormigón hay vidas que importan, aunque las estadísticas y los discursos oficiales insistan en reducirlas al silencio.
Hijas del hormigón es un libro incómodo y necesario, un espejo que devuelve la crudeza de la desigualdad y, al mismo tiempo, la esperanza de que desde los márgenes pueda brotar un futuro distinto. Quien lo lea no saldrá indemne: escuchará en cada página la dignidad que persiste bajo el hormigón, y quizá descubra que allí donde el sistema levanta muros, las mujeres levantan comunidad.
Una lectura imprescindible para quien quiera entender la España real más allá de los escaparates oficiales. Y, sobre todo, un recordatorio de que en los márgenes se forja la dignidad que transforma la historia.