El último cara a cara de Silvia Intxaurrondo con Miguel Tellado pasará a la historia como uno de los episodios más bruscos e incómodos de la historia del periodismo en Televisión Española. La presentadora trataba de airear las contradicciones del PP tras la polémica sentencia condenatoria contra Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, por revelar secretos al tratar de aclarar un bulo sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso. El fallo ha generado un polarizado debate en los medios y en la sociedad española, ya que la sala de lo penal del Tribunal Supremo ha emitido una resolución de culpabilidad sin pruebas. El veredicto, emitido por cinco magistrados conservadores frente a dos progresistas, que han dado un voto particular en contra, ha agudizado las sospechas sobre la politización de la Justicia. Muchos expertos ya hablan de una sentencia con abuso de poder, ya que en realidad no era el fiscal general quien se sentaba en el banquillo de los acusados, sino Pedro Sánchez. Es decir, una caza de brujas de los sectores reaccionarios de la judicatura contra el Gobierno de coalición.
En un momento de la entrevista, cuando Tellado se vio contra las cuerdas, no se le ocurrió otra cosa que arremeter contra Intxaurrondo por denunciar la presunta guerra sucia judicial llevada a cabo contra el Ejecutivo socialista. En ese instante, el portavoz del PP afeó a la periodista que haya firmado un manifiesto contra el lawfare en España. No venía a cuento entrar en lo personal, y ahí empezó a verse que la mano derecha de Feijóo se había puesto el traje de Donald Trump. Así es esta gente de la extrema derecha: no duda en hacer uso de su tremendo poder para asfixiar al periodismo libre e independiente.
Tensión entre Tellado y @SIntxaurrondo 😠📺 después de que el portavoz del PP acusara a la periodista de #machista y #manipulación. El momento clave llega cuando afirma: “Estamos negociando con Vox para salvar a la provincia de Valencia de las riadas de hace un año” 🌧️🗳️ pic.twitter.com/w8wwrwikzE
— DiarioSabemos (@DiarioSabemos) November 21, 2025
Lejos de amedrentarse, Intxaurrondo siguió poniendo a Tellado en serios aprietos dialécticos. Así es esta periodista, una bendición para la libertad de expresión de este país. Fue en ese minuto para la historia del periodismo español cuando llegó lo mejor: “Pero Ignacio Cosidó [director general de la Policía Nacional con el PP entre 2012 y 2016] dijo que el PP controlaba la Sala Segunda del Tribunal Supremo desde detrás…”, inquirió la presentadora. Ahí empezó a tragar saliva el preboste genovés. Acto seguido, otra andanada de Intxaurrondo: sacó el tema del ático y de los delitos fiscales del novio de Ayuso. “Me parece de un mal gusto tremendo esta pregunta y de un machismo…”, respondió Tellado, que defendió al defraudador al asegurar que Alberto González Amador y la presidenta no eran pareja cuando el empresario cometió los delitos contra Hacienda. “Pero el delito se cometió cuando ya eran pareja…”, volvió a la carga la periodista de TVE1. En ese momento, Tellado montó en cólera. “Hablar de las parejas sentimentales me parece de muy mal gusto. A la pareja de Ayuso hay que tratarla como un ciudadano particular, ¿entiende?”, contestó el político popular, que se quejó de que le estuviese haciendo esa entrevista incómoda en la televisión pública pagada por todos los españoles. “Le agradecemos la defensa de las mujeres contra el machismo, ojalá tengan otras fuerzas políticas esa misma defensa”, alegó Intxaurrondo refiriéndose a Vox, el partido ultraderechista, xenófobo y machista que sustenta al Partido Popular en gobiernos regionales”. “Se lo digo porque están negociando con Vox en la Comunidad Valenciana”, remató la conductora del programa matinal de TVE. “Estamos negociando con Vox para salvar a Valencia de las riadas que hubo hace un año”, se defendió como pudo, y haciendo malabarismos retóricos, el portavoz popular. Intxaurrondo dejó caer entonces que el partido de Abascal no respeta los derechos de las mujeres. “Que se lo pregunten al PSOE”, contraatacó el portavoz del PP.
Es evidente que el Partido Popular, echado ya al monte para no perder terreno respecto al movimiento ultraderechista en auge en toda Europa, ha dado un paso más hacia el trumpismo. Hace un par de días, Trump se dirigía a una periodista norteamericana incómoda insultándola y llamándola “cerdita”. Y lo hizo en público. Fue un caso claro de acoso, además de una muestra más del matonismo político con el que se emplea el presidente de los Estados Unidos en sus apariciones ante la prensa. Estamos a un paso de que los prebostes del PP adopten esas formas poco edificantes en una democracia. En Génova creen que siendo tan mal educados como Santiago Abascal conseguirán recuperar el voto de derecha que perdieron con Mariano Rajoy. Craso error. Jamás podrán competir con Vox en maneras fascistas, ya que la extrema derecha va siempre mucho más lejos que ellos.
Tellado carga contra la televisión pública y Silvia Intxaurrondo por las críticas en su tertulia al fallo sobre el FGE 📺, recordando que no hay sentencia. Sin embargo, este señor no deja de hablar de “la sentencia” ⚖️. ¿Será que ya la conoce? 🤔 pic.twitter.com/ZQRtPl6iGL
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El violento momento ha recordado mucho a aquel cara a cara entre Silvia Intxaurrondo y Alberto Núñez Feijóo de julio de 2023, uno de los episodios más virales del periodismo político reciente en España. La periodista de La Hora de La 1 se permitió corregir en directo al líder del PP en prime time. Feijóo aseguró que el PP había mantenido la revalorización de las pensiones con el IPC, una mentira flagrante. E Intxaurrondo lo interrumpió con datos concretos: “No es correcto. No lo hicieron ni en 2012, ni en 2013, ni en 2017”. El debate con el candidato del PP se convirtió en símbolo de un periodismo que incomoda al poder y defiende la verdad frente a discursos políticos. La periodista contaría después que sufrió una terrible “campaña de odio” tras aquella entrevista, aunque también recibió el respaldo de colegas y espectadores que valoraron su firmeza. Intxaurrondo no se limita preguntar, sino que contrasta en directo las afirmaciones con hechos verificables.
La líder de audiencia de los programas matinales ha dado una nueva lección de periodismo honesto y valiente en la televisión pública española. Ha hecho las preguntas que tenía que hacer en un asunto tan candente como la sentencia contra el fiscal general del Estado. “Es de interés público”, le ha recordado a su interlocutor, que hoy queda como lo que es: un mamporrero, un dóberman que no tiene la inteligencia ni el talento político para zafarse con elegancia de las preguntas de una periodista brillante que no se doblega ante nada ni ante nadie.