Después de la publicación ayer del análisis inicial titulado "Gaza: El Gran Negocio Detrás de la Solidaridad Internacional. ¿Qué Palestina exactamente se defiende ahora? " ahondamos ahora en algunos de los populares activistas que copan las pantallas durante los últimos días.
Queridos lectores, mientras millones de europeos observan con admiración las imágenes de la Global Sumud Flotilla navegando hacia Gaza con banderas ondeantes y discursos emotivos sobre derechos humanos, pocos se preguntan una cuestión fundamental: ¿quién paga realmente esta operación multimillonaria y por qué ahora?
La respuesta os va a sorprender tanto como me sorprendió a mí cuando comencé a tirar del hilo. Detrás de esta flotilla “humanitaria” se esconde el mismo entramado económico y geopolítico que hemos destapado en el análisis anterior sobre los planes de reconstrucción de Gaza.
El Sindicato Catalán que Movió 3,3 Millones de Euros
Empecemos por los hechos documentados. La Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), un sindicato que apenas representa al quinto lugar en Cataluña, se convirtió en el principal recaudador de fondos para la Global Sumud Flotilla.
Las cifras son apabullantes: 3,2 millones de euros en la campaña global y 123.344 euros en la campaña española. Todo ello recaudado a través de la plataforma Chuffed.org con una característica muy particular: permitía donaciones anónimas. Un hecho que da lugar a plantearse muchas posibilidades, como la que señalan en The Objective: “La campaña permitía donaciones anónimas, y en Israel buscan vinculaciones entre este movimiento y organizaciones islamistas”.
Yo me pregunto: ¿Por qué un sindicato catalán minoritario necesita anonimato para recaudar fondos “humanitarios”?
Cuando los periodistas que preparaban su pieza informativa intentaron contactar con la IAC para conocer el destino específico de estos millones, la entidad se negó a responder. Una transparencia muy peculiar para una organización que dice defender los derechos humanos.
La Red IHH: Entre la Ayuda Humanitaria y Al-Qaeda
La pieza clave del entramado es la Fundación de Ayuda Humanitaria IHH de Turquía, que ha coordinado las flotilas.
Jean-Louis Bruguiere, que dirigió la unidad antiterrorista francesa durante 20 años y fue coordinador europeo del programa de seguimiento de financiación terrorista de Estados Unidos, fue categórico: “La IHH tuvo claros y prolongados vínculos con el terrorismo y la jihad”. Informes de inteligencia francesa, investigaciones turcas en 1997, y testimonios en tribunales estadounidenses confirman sospechas sobre IHH. De hecho, IHH está designada como organización terrorista por Israel.
Según Bruguiere, la IHH formó parte del complot de Al-Qaeda de 1999 para atentar contra el aeropuerto de Los Ángeles. Los investigadores franceses descubrieron que miembros de células terroristas lideradas por Fateh Kamel trabajaron directamente con la IHH.
Es interesante conocer los antecedentes de la organización coordinadora principal de las flotillas que ahora preparan el terreno para los planes económicos que hemos señalado en nuestro análisis anterior.
Samidoun: El Brazo “Civil” del PFLP
Entre las organizaciones que apoyan oficialmente la Freedom Flotilla Coalition encontramos a Samidoun Palestinian Prisoner Solidarity Network. Esta red, aparentemente dedicada a los derechos de los presos palestinos, tiene una realidad mucho más compleja.
Israel designó a Samidoun como organización terrorista en febrero de 2021, acusándola de ser “fachada” del Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP). Según el Ministerio de Defensa israelí, uno de sus líderes, Jaled Barakat, es también alto cargo del PFLP y “está involucrado en el establecimiento de células militantes y en la motivación de actividades terroristas”. Pero Israel no es el único que considera esta organización como terrorista. Estados Unidos, la Unión Europea y otros países también la tienen así señalada. Alemania prohibió Samidoun en noviembre de 2023, realizando redadas en cuatro estados federales y acusando a la organización de promover actividades terroristas.
La Conexión con Boston Consulting Group y el Plan Trump
Recordemos que Boston Consulting Group diseñó los modelos financieros del plan GREAT Trust de Trump bajo el proyecto “Aurora”. ¿Sabéis cuál era una de las recomendaciones clave? Crear “legitimidad internacional” para las operaciones de desplazamiento.
Las flotillas cumplen perfectamente esta función: generan simpatía internacional hacia la “causa palestina” mientras preparan psicológicamente a la opinión pública para aceptar que los palestinos “necesitan ser salvados” de su situación actual. Las flotillas son el termómetro perfecto. Cuando la opinión pública esté suficientemente sensibilizada, se podrán implementar los planes de ‘reubicación asistida’ sin resistencia mediática.
¿Por Qué Ahora esta atención?
Las flotillas hacia Gaza no son nuevas. Desde 2008 han zarpado unas 50 flotillas, pero solo las cinco primeras lograron llegar. ¿Por qué ahora hay tanto apoyo mediático, político y financiero para esta iniciativa?
La respuesta está en el calendario: la Global Sumud Flotilla se organizó en tiempo récord, apenas dos meses y medio, coincidiendo exactamente con la finalización de los documentos del plan GREAT Trust de Trump y las negociaciones del plan árabe de reconstrucción.
¿Desde cuándo la “solidaridad espontánea” se organiza a nivel internacional con presupuestos millonarios en 75 días?
Los Participantes “Mediáticos”
La participación de Greta Thunberg, Ada Colau, Eduard Fernández y otros personajes mediáticos no es casual. Todos ellos son amplificadores de narrativas que llegan a millones de personas.
Greta Thunberg, antes de embarcar, declaró: “Estamos intentando enviar un mensaje a la población de Gaza, que el mundo no la ha olvidado”. Pero el mensaje real a mi me parece que es otro: preparar a la opinión pública europea para aceptar que Gaza “necesita intervención internacional”.
Cuando Greta dice que ‘el mundo no ha olvidado Gaza’, está preparando el terreno para que el mundo ‘haga algo’ por Gaza. Y ese ‘algo’ ya está planificado en los documentos que hemos visto”.
No pretendo decir que Gaza no necesite ayuda. Lleva décadas necesitándola. Pero ahora mismo, es importante darse cuenta de cómo los mejsanes se camuflan de solidaridad, cuando esa Palestina ya no existe, porque está siendo literalmente arrasada y es el momento de hacer negocio. Pero para que la cosa no sea tan burda y evidente, se prepará todo este espectáculo que haga pensar que todo lo que viene es para ayudar, cuando en realidad, es puro negocio. Lo mismo que ha estado pasando desde el inicio de esta barbarie.
El papel de España
España ha jugado un papel central, no solo como puerto de salida, sino como legitimador político. El gobierno de Pedro Sánchez “protestó” por la interceptación de flotillas anterioresn mientras Podemos y sus confluencias apoyan activamente las iniciativas.
¿Es casual que España sea también uno de los principales impulsores del plan árabe de reconstrucción de Gaza con 150 millones de euros prometidos para 2026?
Un activista español a bordo: “El Gobierno español debe actuar preventivamente para evitar que treinta ciudadanos puedan ser bombardeados o detenidos por participar en una misión legal y pacífica”. Traducido: esperan respaldo oficial para una misión que oficialmente es “civil”.
Quizás así se entienda también ese respaldo al boicot en la final de la vuelta ciclista.
La Manipulación de la Solidaridad
Aquí está la verdad que duele: la mayoría de personas que apoyan estas flotillas lo hace con buena fe. Creen genuinamente que están ayudando a los palestinos. Pero están siendo instrumentalizadas.
Las flotillas son el anestésico perfecto. La gente se siente bien apoyándolas, y eso les hace más receptivos a aceptar después los ‘planes de salvación’ que vengan de instituciones oficiales.
Los palestinos no necesitan flotillas, necesitan que les dejen explotar sus propios recursos. Pero eso no genera los beneficios que prometen los planes de “reconstrucción internacional”.
Es el mismo guión que vimos en Iraq, Libia y Afganistán: crear una crisis, generar solidaridad internacional, implementar “soluciones” que benefician a los mismos de siempre. Y lo mismo ha ocurrido en Ucrania, quizás vaya siendo hora también de ahondar en esta guerra provocada para la reconstrucción, entre otras muchas oscuras motivaciones.
¿Por qué todas las “soluciones” pasan por intervención internacional, administración externa y “reubicación asistida”? En mi opinión, la respuesta está en que el objetivo real no es ayudar a los palestinos, sino preparar el terreno para el saqueo más rentable de los últimos 50 años. Esta afirmación no implica suponer que los activistas sean conscientes, pero desde luego que quien ha organizado el plan, sí.
La próxima vez que veáis imágenes emotivas de la flotilla, recordad: detrás de cada bandera palestina hay un Excel calculando beneficios. Y detrás de cada gesto “humanitario”, una operación multimillonaria que convertirá la tragedia palestina en el negocio del siglo.