La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha anunciado una de las medidas sociales más relevantes de esta legislatura: la ampliación del permiso por fallecimiento hasta diez días y la creación de un nuevo permiso para atender a familiares en cuidados paliativos. La propuesta, según explicó durante un desayuno informativo organizado por Europa Press, “ya ha sido trabajada y discutida con la parte socialista del Gobierno” y se aprobará mediante un Real Decreto Ley que deberá recibir el respaldo del Parlamento.
“Nadie puede trabajar bien a los dos días de perder a un ser querido”
“Nadie puede ir a trabajar a los dos días del fallecimiento de un padre, una madre, un hijo, una hija o un amigo”, defendió Díaz. “Ningún padre o madre puede trabajar como si nada cuando su hija está en paliativos”.
Actualmente, el Estatuto de los Trabajadores solo contempla dos días de permiso por fallecimiento, ampliables a cuatro si el trabajador necesita desplazarse. La titular de Trabajo considera que esta regulación “se ha quedado atrás en una sociedad que reconoce el derecho al descanso y al duelo como parte de la dignidad laboral”.
“No se puede trabajar en condiciones que no son humanas”
Díaz subrayó que el bienestar emocional también afecta a la productividad:
“Uno de los problemas de España respecto a la productividad es que se obliga a la gente a trabajar en condiciones que no son favorables. Nadie puede trabajar bien a los dos días de fallecer un ser querido”.
El texto del decreto, que según adelantó “ya está escrito”, establecerá los nuevos plazos y definirá qué grados de consanguinidad y afinidad se incluirán en la ampliación. “Ahí puede haber debate, sobre todo en el caso de la afinidad”, admitió.
La ministra pidió comprensión al empresariado:
“Quiero que sea acogida por los empresarios con cariño. Diez días por duelo o cuidados paliativos tampoco es mucho”, insistió, recordando que “en otros países europeos estos permisos son incluso más amplios”.
En Portugal, por ejemplo, los trabajadores disponen de 20 días de permiso en caso de fallecimiento de un cónyuge o un hijo; cinco por el de los padres, suegros o padrastros; y dos en casos de abuelos, nietos o hermanos. España, por tanto, “necesita avanzar hacia estándares laborales más humanos y europeos”, defendió Díaz.
Salario mínimo y la jornada laboral
Durante su intervención, la ministra abordó también otros temas clave, como la revisión del salario mínimo interprofesional (SMI). Recordó que el mandato europeo obliga a que el SMI alcance “al menos el 60% del salario medio”.
“Si va con tributación, se subirá la cuantía; si va sin ella, será otra”, explicó, dejando entrever que el cálculo aún está en discusión. “Me encantaría que la CEOE entrara. Prefiero un acuerdo con un salario mínimo menor a que no haya acuerdo y sea más alto”.
También hizo referencia a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, una iniciativa que el Congreso tumbó el pasado septiembre. Díaz acusó a las derechas de frenar un avance histórico: “La norma la han tumbado las tres derechas. No solo abofetearon a 12,5 millones de personas trabajadoras. Le dieron un golpe directo a las pymes y a los autónomos”.
Según explicó, la reducción de jornada no solo buscaba mejorar el equilibrio entre vida laboral y personal, sino también modernizar las pequeñas y medianas empresas. “Era una oportunidad para digitalizar y reorganizar los tiempos de trabajo”, señaló. “Una vez más la ideología ha estado por encima de los intereses de las patronales”.
Control horario y horas extra no pagadas
La vicepresidenta defendió además la nueva normativa sobre el registro horario, que su Ministerio impulsa para mejorar la transparencia y el control de las horas trabajadas. “Las empresas españolas tienen que estar del lado de la legalidad”, afirmó con rotundidad.
“¿Qué temor tienen a contar con registros fiables?”, se preguntó, apuntando a las millones de horas extra sin remunerar que se hacen actualmente en España. El control horario, aseguró, “no es un castigo, sino una garantía de derechos”.
Díaz también aprovechó su intervención para marcar perfil político como líder de Sumar, el espacio que comparte Gobierno con el PSOE. A pocos meses de las elecciones autonómicas en Castilla y León y Andalucía, reivindicó el papel transformador de su formación: “A veces me preguntan qué diferencias hay entre Sumar y el PSOE, y yo les digo: casi todas. En muchas materias el PSOE se quedó en los años noventa. Vamos tirando de ellos. Es una disputa entre un país viejo y un país nuevo, que avanza”.
La ministra lamentó que los socialistas no apoyaran esta semana la iniciativa legislativa popular para derogar la protección cultural a la tauromaquia, asegurando que se trata de “un error mayúsculo”. “En las votaciones importantes en la vida uno no se puede abstener. Las nuevas generaciones están comprometidas con el cambio climático y los derechos de los animales. La ciudadanía española no está en ese país de toros”, remarcó. Frente a los augurios de ruptura del Ejecutivo, Díaz insistió en que “hay gobierno de coalición para rato” y se mostró convencida de que volverá a ganar en 2027.
Con este nuevo paso en materia de permisos laborales, la vicepresidenta busca reforzar una idea que ha reiterado en numerosas ocasiones: el trabajo no puede estar reñido con la humanidad.
“La vida no se detiene en la puerta de la empresa”, dijo. “Reconocer el dolor y el cuidado como derechos no es una cuestión sentimental, es una cuestión de justicia”.