La política española se enfrenta a un nuevo episodio de reconfiguración ideológica en la derecha. Iván Espinosa de los Monteros, uno de los rostros más conocidos de la primera etapa de Vox, ha vuelto a situarse en el centro de la atención mediática y política con el lanzamiento de Atenea, un centro de pensamiento que busca generar propuestas para “enderezar el rumbo del país”. La noticia ha resonado especialmente en el Partido Popular, que no ha dudado en enviar a algunos de sus dirigentes a la presentación del proyecto, en un gesto que muchos interpretan como algo más que mera cortesía institucional.
El exdiputado de Vox abandonó su formación hace dos años, alegando discrepancias con la dirección y un deseo de retomar su vida personal. Sin embargo, nunca ha dejado de opinar sobre la actualidad política ni de participar en foros de debate. Ahora, con su nuevo think tank, parece dispuesto a jugar un papel activo en el espacio liberal-conservador, pero desde fuera de los partidos. “España necesita recuperar la ilusión”, afirmó en su discurso de presentación, evitando confrontaciones abiertas con su antigua formación, pero dejando claro que su objetivo es marcar agenda.
El PP se acerca: interés estratégico y cálculos electorales
La presencia en el acto de dirigentes como Miguel Tellado y Cayetana Álvarez de Toledo no ha pasado desapercibida. Para el PP, la figura de Espinosa representa un puente con parte del electorado que en los últimos años se ha desplazado hacia Vox y que, en muchas circunscripciones, ha fragmentado el voto de la derecha. Los estrategas de Génova saben que recuperar a esos votantes es clave para lograr una mayoría suficiente en futuras elecciones generales.
Las fuentes internas consultadas subrayan que estos contactos no suponen un fichaje inmediato, pero admiten que el diálogo es fluido y que se observa con simpatía cualquier movimiento que pueda contribuir a reagrupar el espacio conservador. En un escenario político marcado por la fragmentación, donde cada escaño cuenta, la posibilidad de que Espinosa contribuya a una mayor coordinación entre PP y Vox —o incluso a la creación de una plataforma que actúe de bisagra— es una hipótesis que cobra fuerza.
Reacciones en Vox: acusaciones de traición y división interna
Mientras tanto, en Vox las reacciones no se han hecho esperar. Dirigentes y simpatizantes han expresado su malestar por las imágenes que mostraron a Espinosa junto a políticos del PP en la reciente manifestación de Colón. Las redes sociales se llenaron de mensajes de desaprobación, algunos llegando a acusarle de “traidor”. Para la formación de Santiago Abascal, que se ha esforzado en mantener una identidad firme frente al PP, estos gestos pueden interpretarse como una fuga de referentes ideológicos y una amenaza para su cohesión interna.
Los analistas coinciden en que el malestar en Vox es síntoma de que la relación entre ambos partidos está en un punto delicado. Aunque comparten buena parte del electorado y del discurso, la competencia por liderar la oposición al Gobierno ha elevado el tono de la confrontación. La posibilidad de que un actor externo como Espinosa actúe como mediador o catalizador de acuerdos no es vista con buenos ojos por la actual dirección del partido.
Un nuevo actor en el tablero político
El lanzamiento de Atenea no es solo un movimiento personal de Espinosa, sino que podría marcar el inicio de un proceso de mayor alcance. Los think tanks han tenido históricamente un papel relevante en la configuración de propuestas políticas y en la formación de cuadros dirigentes. Si este centro logra consolidarse como espacio de referencia para el debate de ideas en la derecha, podría convertirse en una plataforma para futuros proyectos electorales.
Algunos observadores no descartan que, si las tensiones entre Vox y el PP se mantienen, Espinosa opte por impulsar una formación propia o liderar una candidatura de unidad en determinadas plazas. Por el momento, el interesado se limita a ironizar sobre estos rumores: “El único partido que organizo es el de los domingos con mi familia”, bromeó durante el acto. Sin embargo, sus palabras no disiparon las especulaciones.
El reto de Feijóo: ilusionar a su electorado
Para Alberto Núñez Feijóo, este acercamiento supone tanto una oportunidad como un desafío. Por un lado, le ofrece la posibilidad de sumar a una figura con carisma y reconocimiento entre votantes descontentos. Por otro, le obliga a redefinir su proyecto para integrar sensibilidades diversas sin perder el centro político. Espinosa ha sido claro al señalar que el PP debe recuperar la confrontación ideológica y abandonar el “seguidismo” del PSOE, algo que podría incomodar a los sectores más moderados del partido.
El líder popular tiene por delante un horizonte de dos años sin elecciones, un tiempo que puede aprovechar para consolidar su discurso y construir alianzas. Si logra entusiasmar al electorado y presentar una alternativa coherente, la incorporación de perfiles como el de Espinosa podría ser la pieza que le faltaba para aspirar a gobernar.