Barça, el origen de los manejos de presuntos corruptos

Las irregularidades cometidas por los responsables del Fútbol Club Barcelona entran dentro del capítulo de la corrupción

02 de Octubre de 2025
Actualizado a las 9:30h
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Laporta en una imagen de archivo
Laporta en una imagen de archivo

No se sabe bien si el Fútbol Club Barcelona es la víctima o el cooperador necesario de los manejos de muchos de sus dirigentes que se investigan en tres juzgados de Barcelona. En ellos hay un denominador común, o, mejor dicho, una persona física que contaba con la presunta complicidad de sus colaboradores. Josep María Bartomeu, un empresario de la ingeniería e infraestructuras, fue el presidente de la entidad entre 2014 y 2020. Se hizo cargo sustituyendo a Sandro Rosell debido a las dificultades jurídicas que atravesaba el club en esos momentos. El juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, había iniciado una investigación por el llamado caso Neymar en el que el principal imputado era Rosell quien, posteriormente, sería absuelto. Durante su etapa estallaron tres escándalos que se encuentran en los juzgados: el Barçagate, conocido oficialmente como la “causa 13Ventures”, y también como Bartogate, consiste en la financiación irregular de campañas para proteger la imagen de la junta directiva y difamar a los opositores. Lo instruye el juzgado número 13 de Barcelona. Otro es el llamado “caso Negreira”, el más mediático, que investiga el número 1 de la Ciudad Condal y últimamente se ha dado a conocer la instrucción del juzgado número 16 por el presunto pago de comisiones millonarias en fichajes que hizo el Barça bajo su mandato, como el de Antoine Griezmann, así como diversas operaciones supuestamente irregulares, el pago de 1,5 millones de euros de indemnización al Club Esportiu Laietà por unas supuestas molestias por las obras del Mini Estadi. El fiscal estima un quebranto de 30 millones de euros.

Esta última causa se abrió hace dos años. Fue el actual presidente, Joan Laporta, el que presentó la oportuna denuncia al detectar irregularidades en la contabilidad del club que actualmente se encuentra en una difícil situación económica, casi al borde de la quiebra. Según la investigación auditora llevada a cabo por la agencia de detectives Kroll, posteriormente ratificada en una investigación de los Mossos, en las irregularidades detectadas se encuentran implicados otros directivos además de Bartomeu: Óscar Grau, también imputado en el Barçagate, consejero delegado, el exjefe del gabinete jurídico, Ramón Gómez Ponti, el exvicepresidente deportivo, Jordi Mestres, y el anterior CEO, Ignacio Mestre.

En las diligencias que lleva a cabo el juzgado 16 también figura como imputado el abogado Ángel González Franco, al que se relaciona con el cobro de 1,7 millones de euros supuestamente para hacer frente al abono del acuerdo de conformidad al que se llegó con la Agencia Tributaria por el impago de impuestos en el fichaje del futbolista brasileño Neymar. Este pacto implicó exonerar al expresidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu, y a su antecesor, Sandro Rosell, para quienes el fiscal pedía dos años y tres meses de prisión y siete años y seis meses, respectivamente, por diferentes delitos fiscales. Además, supuso para la entidad un ahorro de 17 millones de euros. Los investigadores han pedido al abogado la certificación del pago que todavía no ha sido facilitada. También figura en el punto de mira de la investigación una presunta comisión por el fichaje de Antón Griezmann. González Franco dice que nunca percibió cantidad alguna por esta operación, aunque reconoce que el jugador francés le ha abonado honorarios por servicios prestados. Y luego está una cantidad de dinero entregada al Club Esportiu Laietà. 1,5 millones que Bartomeu dice que se pagaron en concepto de “las molestias y el polvo” que ocasionaban las obras del llamado “espai Barça”, el complejo deportivo anexo al Camp Nou en los aledaños de la céntrica Diagonal de la Ciudad Condal.

En total son tres los delitos que se imputan a los exdirectivos del Futbol Club Barcelona: administración desleal, apropiación indebida y falsedad contable. Algunos de ellos no sólo deben rendir cuentas en los juzgados 16 y 13, sino en el 1 donde se investiga el pago de más de 8,4 millones de euros al vicepresidente del máximo organismo de los árbitros, José María Enríquez Negreira, entre los años 1993 y 2018. En este sumario se encuentran imputados Bartomeu y Sandro Rosell y el que fue secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes en el gobierno de Rodríguez Zapatero, Albert Soler, en calidad de exdirectivo, entre otros. El Real Madrid, que se encuentra personado en las diligencias previas como acusación particular, acaba de pedir que se incorpore al sumario las manifestaciones efectuadas a diversos medios de comunicación por los directivos Joan Gaspart, que fue presidente entre 2000 y 2003, Albert Perrin, vicepresidente, Alfons Godall, vicepresidente de la primera etapa de Joan Laporta, y Toni Freixa, directivo durante las presidencias de Laporta, Bartomeu y Rosell en las cuales aseguran que “todas las juntas sabían” los pagos que se efectuaban al número dos de los árbitros y que “ en la Real Federación Española de Futbol se cuecen los árbitros”. "Al referirse públicamente a los hechos han revelado extremos sin duda relevantes para confirmar el sentido y la finalidad corruptora de los pagos efectuados", señala el escrito presentado por la entidad que preside Florentino Pérez sobre todos estos testimonios.

Pero aún hay más. Las acusaciones personadas en esta causa han pedido que se investiguen las relaciones de los directivos del Barcelona con Mediapró, la entidad que gestiona los derechos audiovisuales de la competición del futbol profesional en España. Uno de sus principales fundadores y durante muchos años administrador es Jaume Roures quien ha financiado al club de forma indirecta comprando el 24,5% de la comercializadora de su producción audiovisual, Barça Studios, por cien millones de euros permitiendo, con esa cantidad, la inscripción de todos sus fichajes.

Las irregularidades cometidas por los responsables del Futbol Club Barcelona entran dentro del capítulo de la corrupción. La rentabilidad deportiva que la entidad obtuvo por estas operaciones no es objeto de las investigaciones judiciales. Pero los organismos deportivos, sobre todo la UEFA y la FIFA, están pendientes de su resultado para obrar en consecuencia. Lo que pasa es que, como siempre, la justicia avanza lentamente. El caso Barçagate lleva años sin apenas movimientos y este nuevo sobre las presuntas comisiones acaba de empezar. El del vicepresidente del CTA, Enríquez Negreira, es el más avanzado y aun así todavía quedan aspectos de la investigación por aclarar, lo que llevará un tiempo.

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