Absentismo laboral, cáncer antisolidario

Más de 1,5 millones de españoles no van a trabajar a diario y las bajas médicas suben del millón, con un incremento del 5% respecto al último trimestre de 2024

04 de Noviembre de 2025
Actualizado a las 14:22h
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El último informe de la multinacional de recursos humanos Randstad sobre absentismo laboral en España, fechado el primer trimestre de 2025, refleja un importante y preocupante incremento, tanto en términos generales como por incapacidad temporal (IT). Según el conjunto de empleados españoles, que refleja la Encuesta de Población Activa (EPA), las cifras de ausencias laborales son literalmente escandalosas. Superan los números rentabilidad empresarial y eficacia institucional. Subieron un 4% sobre el último trimestre de 2024. Es decir, hay 1.523.578 de españoles que no van a trabajar a diario. Las bajas médicas suben del millón (1.197.097), con incremento del 5% respecto al último trimestre de 2024.

Seamos claros. Absentismo equivale a ineficiencia. Es perjudicial para la empresa al perder productividad. Las tareas se acumulan y se retrasan plazos de prestación de servicios, control y entrega mercancías, etc.

El silencio al respecto de las principales formaciones sindicales es harto llamativo, tanto o igual que el de las patronales. Los empleadores, junto a los sindicatos, integran comités ejecutivos de mutuas, supervisoras y pagadoras con dinero público de las bajas, enfermedades profesionales, accidentes laborales. Deberían contener con más tesón el absentismo.

Significamos que el artículo 20 de del Estatuto de los Trabajadores consolida el control por el empleador de las bajas. En su epígrafe 3º indica que “podrá adoptar las medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y deberes laborales, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad y teniendo en cuenta, en su caso, la capacidad real de los trabajadores con discapacidad”.

En el epígrafe 4º del tal artículo es más concreta su facultad supervisora: “podrá verificar el estado de salud del trabajador que sea alegado por este para justificar sus faltas de asistencia al trabajo”. Además de lo indicado, debemos señalar que el absentismo sube los costes laborales. Entraña contratar sustitutos o pagar horas extra. Además, e indiscutiblemente, se deteriora el clima laboral al sobrecargarse la plantilla, al tiempo que se genera desmotivación.

La calidad del trabajo y la relativa reputación es síntoma de problemas internos ante competidores. La rentabilidad empresarial, no olvidemos, a partir del 3% de absentismo de la plantilla se cuestiona. Cae en el relativismo de la viabilidad más prosaico. Y no queremos imaginar el porcentaje cuando nos referimos a empleadores con el dinero público. Como decíamos, quienes se ausentan del trabajo deterioran el clima laboral. Influyen indirectamente para desmotivar a sus compañeros.

Las causas del absentismo laboral tienen un eje en la insatisfacción profesional. Esta ocurre cuando los trabajadores no están mínimamente motivados o bien no se integran en la cultura de empresa. En la administración pública el absentismo cerraría incontables servicios: ¿Por qué nuestras autoridades no comparten cifras absentistas en ministerios, consejerías, municipios, diputaciones y empresas públicas? La pregunta va más allá de la retórica. No encontramos respuestas.

Muy revelador es que el número de interinos, empresas de trabajo temporal, externalizaciones y contratas haya subido una espectacular cifra en nóminas nutridas que pagan los impuestos populares. La precariedad, además, es marca de la casa. Es difícil de entender que el garante del estado fomente la provisionalidad del empleo.  

Compromiso y absentismo laboral

Hallamos algunas soluciones. Un compromiso de buenas condiciones laborales disminuye los casos de absentismo y aumenta la productividad. Según un informe de Watch & Act, las empresas que participaron en programa de mejora de compromiso aumentaron sus ventas en un 370%. Cuantos más valores y objetivos tengan en común la empresa y el trabajador, más se reforzará su responsabilidad y productividad.

El capital humano es la mejor ventaja competitiva de una empresa. Pero debe cuidarse constantemente para paliar consecuencias negativas. En los últimos años, atraer talento suma en la gestión de recursos humanos. Conservarlo multiplica; la buena gestión de equipos aleja las causas del absentismo laboral. Es algo obvio, retener talento concentra la excelencia.

El absentismo que analizamos tiene causas. Bajas por causas médicas reales. Las menores: catarros, gripe, contusiones. O las más relevantes: fracturas, accidentes, enfermedades crónicas, patologías degenerativas, digestivas, respiratorias y circulatorias, cáncer.

Las causas tienen un eje en la insatisfacción profesional, cuando los trabajadores no están mínimamente motivados o bien no se integran en la cultura de empresa. En la administración pública el absentismo cerraría incontables servicios

Encontramos más causas. Problemas de conectividad hacia el lugar de trabajo, incidencias del transporte público, accidentes viales, fenómenos de la climatología son razones de fuerza mayor. La indicada causalidad es incontrolable, impredecible y excepcional.

Sobre tales supuestos surgen factores causales. Estos equivalen a fraude cuando la baja invocada sobre el deterioro de la salud mental, dolores o molestias sin que una prueba (TAC, radiografía) o analítica la sustancie. Los problemas mentales afectan a la motivación de quien trabaja. El estrés, cumplir objetivos inalcanzables, depresiones exógenas, sobrecarga laboral, horas extra, turnos en festivos o la nocturnidad son causas reales.

La enfermedad o fallecimiento de familiar, bajas de familiares (progenitores, abuelos, hijos…) añaden motivos de baja que distorsionan la rutina de cualquiera. Citas médicas de menores, ancianos o parejas extienden la casuística del absentismo laboral de corto radio. El empleador o los jefes pueden añadir más causas en las bajas. Políticas laborales, turnos inconvenientes, negligencias o acosos incentivan causas de absentismo laboral.

Soluciones sobre conflictos

Ante un problema que representa la improductividad e ineficacia empresarial que arruina la rentabilidad en la órbita de autónomos y pymes lo suyo son detallar caminos para paliar este cáncer. Podríamos hablar de una oficiosa patología laboral que tiene cura previo alivio. Es una enfermedad, el absentismo, que termina con muchas aventuras de negocio más la consiguiente falta de compañerismo, empatía y solidaridad con trabajadores, sindicalistas y empleadores. Debe decirse que la laxitud oficial ayuda al absentismo.

Llegados a este punto aparecen claves que lo explican: Una. La función inspectores oficial (INSS) desecha revisar las bajas con reflejos y en plazos razonables desde el inicio de la IT. Otra. El ‘buenismo’ de médicos de familia creyentes de historias pro IT, lágrimas de cocodrilo o doblegarse ante la presión de pacientes absentistas, algunos con sumo oficio para encadenar bajas cambiando su diagnóstico presuntivo.  

Debe indicarse que últimamente los médicos de la sanidad pública tienen contratos precarios, son -en parte- foráneos sin garantías académicas y prácticas de convalidación, o bien ‘despachan’ bajas sin pruebas diagnósticas. O, también, las cursan tras el mero relato del absentista más versado en la materia.  

Más. Las mutuas carecen de especialistas médicos en plantilla excepto las de mayor volumen. Atienden a los absentistas graduados sin la especialidad conclusa. Pagan las bajas por delegación de la Seguridad Social (TGSS) sin más. Apenas verifican causas, ni combaten el absentismo, excepto si es Autónomo el presunto absentista. Entonces se le persigue porque no es ‘cliente’ con plantilla. Muchas pymes y empresarios testimonian que, ante el absentismo de factura fraudulenta, las mutuas sólo acortan citas o les practican pruebas diagnósticas que admiten interpretación de quienes sospechan. Poco más.   

Se centran, las mutuas, más en accidentes laborales (AL) y enfermedades profesionales (EP). Por estas situaciones deben pagar más que por las enfermedades comunes. Llamativamente, los AT y las EP las desechan en su mayoría sin explicar causalidad. Fuerzan entonces a las víctimas hacia la vía judicial para amparar derechos genuinos de los cotizantes.

El absentismo laboral es una consecuencia de las malas condiciones laborales en España
El absentismo laboral es una consecuencia de las malas condiciones laborales en España

La realidad indica que, por ejemplo, quienes sufren accidentes ‘in itinere’ (camino o vuelta del trabajo) o les contamina algún tóxíco usado en el trabajo deben fortalecer su paciencia, pagar abogados, procuradores y peritos para que -tras años de pleitos- estimen sus legítimas demandas.  

Ante sospechas de fraude y repetición de bajas con determinada ‘profesionalidad’, estacionalidad (vacaciones, navidad, inicio curso escolar) o patologías, secuelas y periodo de baja exagerados hay varias respuestas.

Pueden aplicárselas responsables recursos humanos o las autoridades: una es la negociación de ‘despido pactado’ del absentista bajo supervisión sindical, abogados y jefes. En la administración pública valdría no renovar la precariedad que suponen los interinos (en 2025 representan un 22,04%), pues resulta inviable ‘despedir’ al funcionariado con plaza. Otra es invitar a dicha negociación tras contratar detectives privados con licencia del Ministerio del Interior. Su investigación y pruebas abren puertas del pacto que parecen selladas, recuperan memorias selectivas y convierten un conflicto insalvable en un consenso.

El ‘informe detective’ es un poder para quien lo contrata, sobre todo para pactar con equilibrio entre las partes intervinientes. En caso contrario, los estrados judiciales dirimen la sentencia de la verdad legal.

El calculado 20% de fraude sobre el absentismo cada vez tiene más lupa detectivesca detrás. Normalmente documentan o apercibimientos y sanciones disciplinarias o despidos procedentes. Repetimos, la información es poder. Y tenerlo preside el proceso de toma de decisiones.    

En empresas de alta rotación de personal, los trabajadores no establecen vínculos y no se sienten parte del equipo profesional. Así las cosas, crear un programa de ‘team building’ (construcción de equipo) mejora el ambiente laboral. Oferta un ‘cara a cara’ entre personas y se conoce más de la empresa. Hacer equipo, fidelizarse es sentirse en una familia que no quiere abandonar el absentista que repite bajas.

Corregir la mala organización empresarial, falta de objetivos, fuga de talento, mal reparto de tareas optimiza todo frente a quien no va a trabajar. Acumular estrés por sobrecargas de trabajo daña al equipo y la confianza en la empresa. El compañerismo aquí aúna soluciones. 

Otro factor clave para minimizar el absentismo es el control de ausencias sobre faltas injustificadas. Detectar las causas es la mejor arma de combate. Tener datos relevantes sobre estas pequeñas faltas ayuda a paliar el fenómeno del absentismo.

Los angloparlantes llaman ‘employee engagement’ a la indicada fidelización, que añade compromiso a quienes trabajan. Suma motivación laboral y oferta oportunidades a quien quiere crecer profesional y personalmente dentro de empresa, organismo oficial o quien emprende. Las expectativas de quien trabaja para vivir mejor se añaden. Y debemos reiterar que a mayor bienestar laboral menos absentismo encontramos. Reconocer el mérito, premiar, incentivar a quien comparte talento y profesionalidad genera orgullo a quien se lo merece y a su equipo.

Hay técnicas para mejorar ese bienestar laboral: rotación, comunicación, trasparencia, estándares éticos, objetivos dosificados, etc. El retorno, feedback positivo, salta a la vista. Así se visibilizan valores de marca, cultura de empresa y esa huella laboral que todos tenemos.

Si bien el absentismo laboral es fenómeno con lógicas y razones, la empresa puede paliar el problema desde dentro, sin salir de su zona de confort. Fomentar la motivación, inculcan valores corporativos e integrar equipos logran el compromiso y rentabilidad que se pretende

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