Lecornu sobrevive a dos mociones de censura en Francia por apenas 18 votos

El primer ministro francés supera el escollo parlamentario tras suspender la reforma de pensiones, con el apoyo decisivo del Partido Socialista que le aleja, de momento, de la caída

16 de Octubre de 2025
Actualizado a la 13:12h
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Foto de archivo: Sébastien Lecornu
Sébastien Lecornu presentó su dimisión como primer ministro de Francia apenas un día después de dar a conocer a su equipo

El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha sorteado este jueves 16 de octubre dos mociones de censura que amenazaban con desestabilizar nuevamente al Gobierno galo, apenas una semana después de su reciente nombramiento por el presidente Emmanuel Macron. Las iniciativas, presentadas por La Francia Insumisa (LFI) y por Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, han fracasado en su intento de derribar al Ejecutivo en un ajustado resultado que evidencia la extrema fragilidad política que atraviesa Francia.
La primera moción, impulsada por la diputada de LFI Mathilde Panot y respaldada por 86 legisladores más, obtuvo 271 votos a favor, quedándose a solo 18 de los 289 necesarios para forzar la dimisión del Gobierno. Esta iniciativa contó con los votos de la extrema izquierda, ecologistas, comunistas y también de la extrema derecha de Le Pen, configurando una inédita alianza que, sin embargo, no logró prosperar.
La segunda moción, presentada por Marine Le Pen, Eric Ciotti y 56 diputados más, obtuvo únicamente 144 votos, al no recibir el respaldo de la izquierda. Los socialistas decidieron no apoyar ninguna de las dos iniciativas, convirtiéndose así en la pieza clave para la supervivencia de Lecornu.

La concesión que salvó al Gobierno
El salvavidas para Lecornu llegó el martes, cuando anunció en su discurso de política general ante la Asamblea Nacional la suspensión de la polémica reforma de las pensiones hasta las elecciones presidenciales de 2027. Esta medida, que implica congelar el aumento progresivo de la edad de jubilación de 62 a 64 años, era la condición innegociable que habían impuesto los socialistas para no censurar al Gobierno.
El secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure, y el presidente del grupo socialista en la Asamblea, Boris Vallaud, celebraron la concesión como una “victoria” que cambiaría la vida de millones de franceses y pidieron a sus diputados que respetaran la consigna de abstenerse en la votación. Solo siete diputados socialistas desobedecieron la disciplina de voto.
La suspensión de esta reforma, una de las medidas más emblemáticas pero también más impopulares de la presidencia de Macron, beneficiará a unos 3,5 millones de franceses. Lecornu advirtió, no obstante, que esta suspensión “deberá ser compensada” en las cuentas públicas, quizás “mediante medidas de reducción de gasto”.
 

Reacciones políticas: entre la crítica y el alivio
Tras conocerse los resultados, la presidenta del grupo LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, arremetió duramente contra el Partido Socialista, al que atribuyó una “responsabilidad histórica” en el fracaso de la moción. “Nuestra primera pensamiento es evidentemente para el país, para todas aquellas y todos aquellos que van a sufrir de las políticas crueles que son anunciadas por este gobierno”, declaró Panot, quien anunció además que volverán a presentar una moción de destitución contra el presidente Macron.
Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, señaló en la red social X que “el bloque central ha desaparecido” y que “a 18 votos, la censura era adoptada”. Por su parte, Marine Le Pen denunció la creación de “una coalición lamentable” para salvar al presidente Macron y evitar la disolución de la Asamblea Nacional. “Todos aquellos que han este día rechazado la censura serán responsables de los sufrimientos venideros del país”, escribió el presidente de RN, Jordan Bardella, en la red X.
Desde el lado gubernamental, Lecornu defendió antes de la votación que su gobierno “no teme al pueblo” y marcó una diferencia entre el “orden republicano” y el “desorden”, pidiendo tiempo de confianza y criticando que se tomen los presupuestos como “rehenes” de intereses partidistas.

Un gobierno en la cuerda floja
Aunque ha superado esta primera prueba, Lecornu aún no ha despejado el peligro. El primer ministro francés enfrenta ahora el desafío de aprobar el presupuesto de 2026 antes de fin de año en una Asamblea Nacional profundamente dividida. Los socialistas ya han advertido que el proyecto presupuestario que prepara el Ejecutivo es “insoportable”.
La supervivencia de Lecornu evita por el momento que Macron tenga que disolver nuevamente la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas anticipadas, una opción arriesgada que el presidente francés había indicado que podría tomar si caía su primer ministro. Sin embargo, la extrema ajustada votación evidencia que el Gobierno permanece en una posición extremadamente precaria.
Sébastien Lecornu se convierte así en el tercer líder del Gobierno francés en menos de un año, tras la histórica caída de Michel Barnier el pasado diciembre de 2024, cuando una moción de censura fue adoptada con 331 votos. La situación política francesa permanece en una profunda crisis de gobernabilidad que dificulta la adopción de medidas estructurales para la segunda mayor economía de la Unión Europea.

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