Harriet Sergeant: "La BBC me canceló por decir la verdad sobre la inmigración"

La periodista Harriet Sergeant denuncia que fue vetada tras investigar la proporción de migrantes entre las personas sin hogar en Reino Unido

11 de Noviembre de 2025
Actualizado a la 13:16h
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Escandalo BBC manipulación Trump

La BBC se enfrenta a nuevo escándalo, después de que ayer se conociera la manipulación realizada de un discurso de Donald Trump, con la consiguiente dimisión de dos de sus directivos. Hoy es momento de la publicación de acusaciones de censura con la denuncia pública de la periodista y escritora británica Harriet Sergeant, quien revela en The Telegraph cómo fue advertida de que “nunca volvería a trabajar” en la corporación si hablaba sobre inmigración.

El testimonio llega en medio de la mayor crisis institucional de la cadena pública británica en más de una década, desencadenada por un memorándum interno filtrado que reveló manipulación editorial, dimisiones de altos cargos y una amenaza de demanda de 1.000 millones de dólares por parte del presidente estadounidense Donald Trump.
 

Sergeant, veterana periodista y colaboradora del Centre for Policy Studies, relata en primera persona cómo su editor de la BBC le advirtió explícitamente sobre las consecuencias de abordar temas migratorios. La periodista, conocida por sus investigaciones sobre bandas juveniles, educación y sistema de cuidados, había descubierto datos comprometedores mientras investigaba el perfil de las personas sin hogar en el Reino Unido.
Según su investigación, aproximadamente la mitad de quienes dormían en la calle en Londres eran migrantes, mientras que en otras zonas del país la proporción era de uno de cada tres. A pesar de las advertencias recibidas, Sergeant decidió mantener su postura y publicar sus hallazgos. “Insistí”, afirma en su artículo publicado hoy. La consecuencia fue inmediata: “Nunca volví a trabajar allí”.

El testimonio de Sergeant confirma las conclusiones de un informe independiente de 2024 que ya había expuesto cómo los periodistas de la BBC se sentían “ansiosos” por cubrir temas migratorios por miedo a ser acusados de racismo. El documento de 75 páginas, elaborado por Madeleine Sumption del Migration Observatory junto a Samir Shah (antes de convertirse en presidente de la BBC), confirmó que los empleados evitaban historias que pudieran parecer antiinmigración, incluso cuando implicaban fraude o preocupaciones legítimas de residentes locales.
Un informante interno admitió entonces que consideraba que el fraude relacionado con migrantes “no era una historia que debieras investigar” debido a preocupaciones sobre racismo. Otro reconoció: “A veces los colegas que cubren migración sin mucha experiencia tienen miedo de qué hacer, qué lenguaje usar, si van a decir algo problemático… A veces la gente se preocupa de que nos acusen de racismo por la izquierda… y de ser la wokería por la derecha”.
La denuncia de Sergeant ha generado especial impacto en redes sociales, donde su declaración (“Mi editor de la BBC me advirtió: ‘Nunca volverás a trabajar aquí si hablas sobre inmigración’. Insistí. Nunca volví a trabajar allí”) ha sido ampliamente compartida.

Crisis sin precedentes en la BBC


El caso de censura sobre inmigración se produce mientras la BBC atraviesa turbulencias sin precedentes. El domingo pasado dimitieron Tim Davie, director general de la corporación, y Deborah Turness, directora ejecutiva de noticias, tras la filtración de un memorándum explosivo escrito por Michael Prescott, exempleado externo de asesoría editorial.
El documento de 19 páginas acusa a la BBC de “problemas graves y sistémicos” de parcialidad, incluyendo la manipulación de un discurso de Donald Trump para hacerle parecer que incitaba directamente a la violencia durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. El documental Panorama emitido en octubre de 2024 editó fragmentos del discurso de Trump separados por casi una hora, haciéndole decir: “Vamos a caminar hasta el Capitolio, estaré allí con vosotros, y luchamos como el demonio”, cuando en realidad había instado a protestar “pacífica y patrióticamente”.
El presidente de la BBC, Samir Shah, admitió ayer lunes un “error de juicio” y se disculpó en una carta al Comité de Cultura, Medios y Deporte del Parlamento británico, reconociendo que la edición dio “la impresión de una llamada directa a la acción violenta”. Sin embargo, negó que existiera un sesgo sistémico en la cadena y rechazó acusaciones de encubrimiento.
Trump reaccionó celebrando las dimisiones en su red Truth Social: “Los MÁXIMOS responsables de la BBC, incluido TIM DAVIE, el JEFE, están todos dimitiendo/DESPEDIDOS, porque fueron pillados ‘manipulando’ mi muy buen (¡PERFECTO!) discurso del 6 de enero”. El mandatario estadounidense agradeció a The Telegraph por “exponer a estos periodistas corruptos” y acusó a la BBC de intentar “influir en las escalas de una elección presidencial”.

Trump amenaza con una demanda millonaria

El equipo legal de Trump envió ayer una carta formal a la BBC exigiendo una “retractación completa y justa”, una disculpa pública y una “compensación apropiada” antes de las 17:00 horas (hora del Este de Estados Unidos) del próximo viernes 14 de noviembre. La misiva, obtenida por Fox News, califica el documental de contener “declaraciones falsas, difamatorias, despectivas y engañosas”.
Si la BBC no cumple con el plazo, Trump amenaza con presentar una acción legal “por no menos de 1.000.000.000 de dólares en daños y perjuicios”. La carta advierte: “La BBC está sobre aviso” y ordena a la corporación no eliminar documentos o datos relacionados con el programa.
Un portavoz de la BBC declaró: “Revisaremos la carta y responderemos directamente a su debido tiempo”. Expertos legales, sin embargo, señalan que Trump tiene obstáculos significativos para ganar una demanda por difamación en el Reino Unido, ya que el plazo de un año desde la emisión del programa (28 de octubre de 2024) habría expirado, dejando al presidente estadounidense aproximadamente 14 días fuera de plazo.
 

Más acusaciones de sesgo editorial

El memorándum de Prescott también acusa a la BBC Arabic de “minimizar el sufrimiento israelí” durante la guerra de Gaza para “pintar a Israel como el agresor”, emitiendo acusaciones contra el Estado judío “sin las debidas verificaciones” y difundiendo cifras de bajas de Hamás sin contrastar su veracidad.
En febrero de 2025, el regulador británico Ofcom determinó que el documental Gaza: How to Survive a War Zone había sido “sustancialmente engañoso” después de que se revelara que su joven narrador era hijo de un alto cargo de Hamás. La BBC retiró el programa de su plataforma de streaming.
El informe interno también señala preocupaciones sobre la cobertura de temas trans y la supresión de historias sobre inmigración ilegal. Prescott dimitió en junio tras sentirse frustrado por la “inacción de los ejecutivos de la BBC cuando surgían problemas”, escribiendo el memorándum “con desesperación”.
 

Presión política y división pública

El primer ministro británico Keir Starmer ha defendido a la BBC como institución “vital en una era de desinformación”, mientras la secretaria de Cultura, Lisa Nandy, calificó las acusaciones de “muy serias” y aseguró que el presidente Shah está tratando el asunto “con la seriedad que demanda”.
Sin embargo, figuras conservadoras han aprovechado la crisis para atacar a la corporación. La líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, afirmó que era “correcto” que los jefes de la BBC finalmente “asumieran responsabilidad”. Nigel Farage, líder del partido Reform UK, acusó a la BBC de estar “institucionalmente sesgada” y advirtió que si la cadena no cambia radicalmente, millones dejarán de pagar la licencia televisiva obligatoria que la financia.
Una encuesta de YouGov publicada ayer, revela que el 50% de los británicos cree que la BBC es parcial, aunque no hay consenso sobre la dirección: el 31% considera que favorece posturas de izquierda, mientras el 19% cree que se inclina a la derecha. Solo el 19% opina que no tiene sesgo alguno.
Tim Davie dirigió ayer una llamada de 40 minutos con todo el personal de la BBC, en la que admitió que “algunos errores nos han costado caro” pero instó a “luchar por nuestro periodismo” tras “unos días difíciles”. Deborah Turness, por su parte, declaró fuera de la sede de la BBC: “Dimití durante el fin de semana porque la responsabilidad es mía. Pero quiero dejar algo muy claro: BBC News no está institucionalmente sesgada”.
La crisis ha reavivado el debate sobre el futuro de la licencia televisiva británica (que genera miles de millones de libras anuales) y ha expuesto las tensiones internas de una institución centenaria atrapada entre acusaciones cruzadas de parcialidad desde todos los flancos políticos.

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