Internet ha tosido este martes a escala global. Una grave incidencia en la red global de Cloudflare, uno de los gigantes invisibles que sostiene la red, ha dejado parcialmente fuera de juego a miles de páginas web y servicios, con un impacto masivo y inmediato en España. Desde alrededor de las 12.20 horas, plataformas como X, foros populares como Forocoches, servicios de inteligencia artificial como ChatGPT e incluso herramientas de monitorización como Downdetector comenzaron a mostrar pantallas en blanco, errores 500 o mensajes genéricos de fallo.
El apagón digital, transversal y caprichoso en su distribución, no distinguía entre grandes tecnológicas y pequeños comercios online. El patrón se repitió en innumerables testimonios: la cronología de X dejó de cargar, los tuits incrustados en otras webs mostraron errores y vídeos que se negaban a arrancar. Al mismo tiempo, comunidades de videojuegos, medios digitales y páginas corporativas se quedaban colgadas tras segundos de espera. La anomalía no era un problema de las operadoras de telefonía, sino un fallo interno en un engranaje fundamental de Internet.
Fallo en cadena
Cloudflare, en su página de estado, no tardó en reconocer el problema. Admitió que su "Global Network" atravesaba un fallo que provocaba "errores internos generalizados", un colapso que afectaba incluso a su propio panel de control y a sus APIs, dificultando la capacidad de la compañía para gestionar la crisis. El incidente se desencadenó poco después de una ventana de mantenimiento programado en varios de sus centros de datos, si bien la compañía no ha confirmado aún si esta fue la causa directa.
El error 500, el código que millones de usuarios encontraron, es particularmente revelador: indica que la petición del usuario llega a la infraestructura de Cloudflare, pero esta es incapaz de procesarla o reenviarla correctamente al servidor final. No es un problema de DNS que impida encontrar la web, sino un fallo en el propio intermediario. La compleja red de distribución de tráfico de Cloudflare, basada en una técnica llamada anycast (donde múltiples centros de datos comparten la misma IP), explica por qué el fallo fue irregular: algunos usuarios podían acceder a un servicio desde el móvil pero no desde el ordenador, o una web cargaba intermitentemente dependiendo del centro de datos al que se conectaran.
Impacto en España: ecosistema web resentido
En España, el golpe se sintió con fuerza a través de X, una de las plataformas de comunicación e información más utilizadas. Su versión web quedó inutilizable para muchos durante horas, con cronologías vacías y sesiones cerradas arbitrariamente. Pero el problema fue mucho más allá. Forocoches y otras comunidades populares reportaron congelaciones y mensajes de error, mientras pequeñas tiendas online sufrían en sus pasarelas de pago y medios digitales veían fallar secciones que dependen de APIs externas.
La situación tuvo un matíz de ironía: la propia Downdetector, la página de referencia para comprobar si un servicio ha caído, experimentó problemas intermitentes al estar ella misma protegida por Cloudflare, lo que dejó sin herramientas de diagnóstico a los usuarios en el momento más crítico.
Lo sucedido hoy no es un hecho aislado. Cloudflare ha registrado varios incidentes de gran escala en 2025, afectando a su resolver DNS público 1.1.1.1 en julio y a sus APIs en septiembre. Este patrón de incidentes, común también en otros gigantes como Amazon Web Services o Google Cloud, subraya un riesgo sistémico: la concentración de una parte crítica de Internet en muy pocas manos.
En el caso de España, la situación se complica por un frente adicional y distinto: los bloqueos masivos de IPs de Cloudflare ordenados judicialmente a petición de LaLiga durante partidos de fútbol para combatir la piratería. Estos bloqueos, que afectan indiscriminadamente a miles de sitios legales, habían creado en los últimos meses una sensación de fragilidad en la red que el incidente de este martes no ha hecho más que reforzar.