La Fiscalía anticipa que el dispositivo contiene información relevante, aún pendiente de análisis, y que podría aclarar el alcance real de los vínculos familiares y societarios de la trama. La causa que investiga la Audiencia Nacional sobre la presunta red de comisionistas vinculada a los contratos de emergencia durante la pandemia vuelve a desplazarse hacia un terreno más sensible: la capacidad del entorno de Koldo García para intervenir en operaciones ajenas a sus competencias públicas. La Fiscalía Anticorrupción ha comunicado al juez Ismael Moreno que uno de los teléfonos móviles de Joseba García —hermano del exasesor del Ministerio de Transportes— contiene “información relevante” para la instrucción. No se conoce aún el contenido, pero la sola advertencia introduce una expectativa distinta en una pieza en la que la relación entre vínculos personales y decisiones administrativas ha marcado todas las sospechas.
La información llega en el marco de la pieza separada sobre entradas y registros, lo que sitúa el hallazgo dentro del trabajo técnico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Falta la elaboración del informe completo, pero Anticorrupción considera ya que el material intervenido puede ayudar a delimitar lo que hasta ahora se conocía únicamente por movimientos bancarios, comunicaciones parciales y testimonios indirectos.
La figura de Joseba García se había movido hasta ahora en una franja imprecisa: ni considerado un actor central de la trama, ni ajeno a ella. Su defensa ha insistido en que los análisis patrimoniales de la UCO son “arbitrarios y selectivos”. Sin embargo, las declaraciones recabadas en el Tribunal Supremo, las transferencias en efectivo relatadas por una testigo y los viajes a República Dominicana han mantenido su nombre en un plano que obligaba a seguir examinando sus intervenciones.
El teléfono como pieza clave
En investigaciones complejas, los dispositivos electrónicos suelen ser los espacios donde se cruzan los ámbitos personal, profesional y económico. Que la Fiscalía destaque su relevancia antes incluso de obtener el informe final sugiere que el volumen de datos, o la naturaleza de algunos archivos, puede modificar la orientación de la causa. No necesariamente en lo penal —falta conocer su valor procesal—, pero sí en el examen de las relaciones que tejieron la trama.
Los investigadores documentaron que una testigo entregó hasta 20.000 dólares en metálico a Joseba García durante dos viajes que éste realizó al país caribeño en 2021. La mujer declaró que actuaba por instrucciones de un socio de Víctor de Aldama, señalado como conseguidor de la red. Joseba reconoció los desplazamientos pero los describió como viajes personales, vinculados a conocer a una mujer, y defendió que solo actuó como mensajero de “unos papeles” que no llegó a revisarse.
Este tipo de contradicciones, habituales en fases iniciales de una instrucción, cobran mayor importancia cuando aparece un soporte digital con capacidad para confirmar, matizar o desmentir versiones. La instrucción avanza ahora hacia ese punto: verificar si el teléfono permite ordenar la secuencia de encuentros, movimientos financieros y contactos que rodean a Joseba García.
El caso nació con la atención centrada en contratos de emergencia, en un momento en que el país trataba de sostener la compra de material sanitario en un mercado sobresaturado. Con el tiempo, la investigación ha ido desplazándose desde la actuación administrativa hacia el aprovechamiento privado de relaciones personales. El teléfono intervenido —y la relevancia anticipada por la Fiscalía— introduce una variable más incómoda: el posible papel del entorno del exasesor en operaciones ajenas a cualquier estructura oficial.
La mención a Joseba García apareció también en la declaración de Jésica Rodríguez, expareja de Ábalos, que aseguró que fue él quien intermedió en su contratación en empresas públicas. Son datos dispersos, pero suficientes para que el juez mantenga abiertas distintas líneas de trabajo.
Queda aún que los peritos deben analizar el contenido del dispositivo y emitir un informe completo. Pero la instrucción ya no se moverá en la misma lógica. La causa entra en una fase en la que las conexiones personales dejan de ser un elemento accesorio para convertirse en una pieza determinante para entender el diseño real de la red.