El Gobierno español defenderá ante Bruselas que se elimine la doble modificación anual del reloj, alegando su escaso ahorro energético y los perjuicios para la salud y el bienestar
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que España llevará al Consejo de la Unión Europea la propuesta de eliminar el cambio horario estacional a partir de 2026. La medida, que afectaría a todos los países de la UE, pretende poner fin a una práctica que desde hace años genera debate sobre su utilidad y sus efectos en la vida cotidiana de millones de personas.
“Francamente, yo ya no le veo sentido”, afirmó Sánchez en un vídeo publicado en su perfil de X (antes Twitter). “En todas las encuestas, los ciudadanos españoles y europeos rechazan mayoritariamente seguir cambiando la hora dos veces al año”, añadió. El Ejecutivo español, en sintonía con las decisiones ya adoptadas por el Parlamento Europeo hace seis años, considera que ha llegado el momento de cerrar un debate que lleva décadas abierto.
Cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 20, 2025
Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente.
Por eso, hoy el Gobierno de España propondrá a la UE acabar con el cambio de hora estacional en el Consejo de Energía y… pic.twitter.com/LA9UM0HVfG
La propuesta será presentada formalmente en el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía que se celebra en Luxemburgo, donde participará el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard. El Gobierno ha solicitado incluir este asunto en el orden del día con el fin de reabrir un debate estancado desde 2019, cuando la Comisión Europea propuso por última vez su supresión sin lograr consenso entre los Estados miembros.
Una cuestión de salud, bienestar y coherencia científica
Entre los argumentos que España llevará a Bruselas destaca el apoyo mayoritario de la ciudadanía. En una consulta europea de 2018, el 80% de los participantes votó a favor de eliminar el cambio de hora. “Es un tema de sentido común, bienestar y coherencia con la evidencia científica”, explican fuentes de Moncloa.
El Ejecutivo defiende que no existen datos concluyentes que demuestren un ahorro energético real asociado a esta práctica, que nació durante las crisis del petróleo de los años setenta para aprovechar mejor la luz solar. “El sistema energético ha cambiado profundamente desde entonces, y ahora el supuesto ahorro apenas tiene impacto en el consumo”, ha recordado Groizard.
Además, diferentes estudios han evidenciado los efectos negativos que el cambio de hora tiene sobre la salud. Alteraciones del sueño, estrés o desajustes hormonales son algunas de las consecuencias más frecuentes, especialmente entre los niños y las personas mayores. “Los beneficios son prácticamente nulos, pero los perjuicios son evidentes”, subrayan fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica.
Un debate que Europa no ha sabido cerrar
El Parlamento Europeo ya aprobó en 2019 una resolución que fijaba el fin del cambio de hora en 2021, pero la falta de acuerdo entre los gobiernos nacionales impidió su aplicación. Desde entonces, el tema quedó paralizado en el Consejo de la Unión.
El propio Jean-Claude Juncker, entonces presidente de la Comisión Europea, reconoció en la Eurocámara: “Los europeos no van a aplaudirnos si seguimos cambiando la hora dos veces al año. El cambio de hora debe ser suprimido”. Sin embargo, los países no lograron definir qué horario mantener —el de invierno o el de verano— y cómo coordinarlo para evitar un mosaico horario dentro del continente.
España plantea ahora reabrir el expediente con un enfoque renovado. “Los Estados miembros deben escuchar a la ciudadanía, atender la evidencia científica y demostrar que son capaces de adaptar sus políticas al ritmo de los tiempos”, defiende el Ejecutivo.
¿Qué horario se mantendría en España?
La gran incógnita es qué franja horaria se mantendría si la propuesta prospera. Aunque geográficamente a España le correspondería el huso horario de Greenwich (GMT), el país mantiene desde 1940 el mismo horario que Europa Central (CET), una decisión tomada durante la dictadura de Franco para alinearse con la Alemania nazi.
Preguntado sobre esta cuestión, el Gobierno ha reconocido que “todavía no hay una decisión tomada”. Según fuentes de Moncloa, el debate actual no se centra en cuál sería el horario definitivo, sino en acabar con el doble cambio anual que, en la práctica, afecta a todos los Estados miembros al mismo tiempo.
De momento, el Boletín Oficial del Estado contempla ajustes hasta octubre de 2026, según el Real Decreto 236/2002. El próximo cambio será el domingo 26 de octubre de 2025, cuando los relojes se retrasarán una hora, pasando de las tres a las dos de la madrugada. Ese día, los españoles dormirán una hora más.
Un cambio simbólico pero significativo
Más allá de la modificación práctica, el Gobierno español considera que acabar con el cambio horario tiene también un valor simbólico: el de adaptar las instituciones europeas a las realidades del siglo XXI.
“Es momento de seguir avanzando juntos en una agenda de bienestar y competitividad europea”, señala el texto que España presentará en Luxemburgo. La medida forma parte de un enfoque más amplio vinculado a la transición energética y al bienestar ciudadano.
Aunque la decisión definitiva requerirá un consenso entre los Veintisiete, la propuesta española podría servir de impulso político para desbloquear un expediente que lleva años detenido. Si prospera, 2026 marcaría el fin de una costumbre que muchos consideran anacrónica.
Mientras tanto, los relojes seguirán cambiando —al menos dos veces más— antes de que Europa, por fin, decida detener el tiempo.