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¡Salarium! (I)

20 de Noviembre de 2025
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salario. ¡Salarium! (I)

Lo digo en latín y con signos de admiración porque "salario" proviene de "salarium", que hacía referencia a la paga o ración de sal que los soldados y funcionarios públicos recibían en la antigua Roma, ya que, la sal era un producto muy valioso por su uso en la conservación de alimentos, la sazón y como conservante, e incluso funcionaba como moneda de cambio, por lo que esta paga en sal se generalizó para indicar cualquier tipo de remuneración por un servicio o trabajo.  En España, el salario es algo que ya se sale de lo vulgarmente dicho "horripilante", que es como llamaba mi sabio abuelo, Antonio Triviño, a algo que sobrepasaba la palabra "horrible".

Para abrir boca -con perdón- les voy a referenciar algunas frases célebres sobre el salario, simplemente, para que vean y conozcan las miserias que engloba:

"Ya los barcos negreros no cruzan el océano. Ahora los traficantes de esclavos operan desde el Ministerio de Trabajo. Salarios africanos, precios europeos". De José Luis López Aranguren.

"Si el emperador me quiere, que me pague, pues sólo el honor de estar con él no me alcanza". De Mozart.

"El buen salario, la comida abundante, el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño". De Domingo Sarmiento.

"Dale al trabajador su salario antes de que se haya secado el sudor de su frente". De Mahoma.

"Lo difícil no es ganar dinero sin más. Lo difícil es ganarlo haciendo algo a lo que valga la pena dedicarle la vida". De Carlos Ruíz Zafón.

"No es el patrón el que paga los sueldos, él sólo tiene el dinero. Es el producto el que paga los sueldos". De Henry Ford.

"El salario mínimo impide a muchas personas obtener un empleo". De Milton Friedman.

"Mientras opere una lógica capitalista de producción e intercambio, basta decretar la máxima libertad para garantizar salarios de miseria y jornadas de esclavitud". De Carlos Fernández Liria.

"Los precios suben por ascensor, los sueldos por escalera". De Juan Domingo Perón.

"Solamente en los sueños somos libres. El resto del tiempo necesitamos el sueldo".

De Sir Terry Pratchett.

"Cuando los directivos argumentan que es necesario reducir los salarios, o que tiene que haber despidos para que las grandes empresas puedan competir, pero al mismotiempo esos directivos se aumentan sus propios sueldos, los trabajadores consideran, con toda la razón, que lo que está ocurriendo es injusto."
De Joseph Eugene Stiglitz.

"Prefiero ganar un 1% del esfuerzo de 100 personas que el 100% de mi propio esfuerzo". De John D. Rockefeller.

"El verdadero nacionalismo es la defensa del salario del pueblo". De Alán García.

"Salarios justos, viviendas dignas y techo para todos; derecho a la salud firmemente". De Arturo Umberto Illia.

"Un aumento de sueldo es como un Martini: sube el ánimo, pero sólo por un rato". De Dan Seligman, columnista de la revista Forbes. Y, por último, una de las muchas frases célebres de El Roto: "Si no nos pagáis a quiénes les vais a vender lo que fabricáis".

Antes de entrar en datos, pienso que el salario en España es, simplemente, una de esas muchas vergüenzas que arrastramos los españoles. Hay gente que supera con creces en sus remuneraciones a sus homólogos de toda la UE, el Reino Unido, etc., mientras el mundo del trabajo (el de los trabajadores llanos, se entiende) jamás llegará a esa convergencia con lo que reciben franceses, alemanes, ingleses, belgas, holandeses, etc., por realizar el mismo tipo de trabajo. Y no digamos ya si hablamos del salario de las mujeres, donde, obviamente, la cosa se agudiza aún más, donde la desvergüenza ya clama al cielo.

Trabajar en España -el que lo consigue- es algo inaudito, hasta el punto de que al bajo salario hay que añadir que las horas extras no se cobran (cerca de 10 millones semanales, según alguno de esos sindicatos desaparecidos en combate). ¡Vaya!, como he dicho antes, una de las muchas vergüenzas que tenemos que soportar, que si hay alguna que lo supera sólo se puede hablar de fútbol y del Real Madrid y el Barça y sus arbitrajes "comprados", que no sólo alcanzan a sus partidos, sino que "retuercen" los demás por si acaso algún otro se les acerca, caso del Atlético de Madrid en Vigo (con un tal Soto Grado de árbitro que ya viene de llover sobre mojado) por citar uno de los últimos ocurridos cuando empiezo a escribir este escrito, pero que estará olvidado cuando se publique. Les invito a que lean mi escrito de hace unos días titulado "Por la senda de Szymon Marciniak" sobre la arbitrariedad en el fútbol.

Y para colmo, en este país, son muy pocos los medios que denuncian las desvergüenzas salariales, pues no es que ya no lo hagan El Mundo, La Razón, ABC, El Confidencial, El Español, incluso El País, sino que esa otra prensa que se autodenomina independiente (El Diario Es, Público, Infolibre, El Plural, y un sinfín de diarios digitales) sigue el mismo camino y rara vez hablan de salarios. Sólo Diario 16 (ahora Diario Sabemos), Siglo XXI, Extremadura 7 días, y en ocasiones -muy contadas- el Diario Hoy y el Periódico Extremadura de mi región se atreven a decir lo que es de dominio público cada día que pasa más delictivo referido al salario. Por supuesto, mejor no hablar de emisoras de radio y de las televisiones privadas, y hasta hace muy poco de la TVE. Gracias a la SER socialista, a Jesús Cintora y a Javier Ruiz se está igualando un poco el combate entre pesos pesados de la información (y mucha más desinformación) y los "plumas" boxísticos de la verdad. Ni que decir tiene, que todos los medios de la derecha, que son la mayoría -dinero llama a dinero-, están al servicio de Dña. Israel Díaz Ayuso, la promotora del Genocidio de Gaza, que dejó morir por falta de atención hospitalaria a 7.291 ancianos y se quedó tan pancha; y, evidentemente, al servicio del Sr. Feijóo, que, por cierto, también tiene donde trillar con sus familiares en su Galicia natal (contratos a dedo, playa particular y no sé cuántos "asuntos" más de presunta índole judicial).

En fin, que si los de la izquierda, que por desgracia no son de izquierda, aunque lleven en sus siglas la "O" de obrero, fueran de izquierda realmente, este país no estaría ahora sumido en una desvergüenza salarial inigualable que tan solo Podemos ha tratado de aliviar... sin conseguirlo totalmente, claro, pues es muy difícil luchar contra los "elementos".

Decía Thomas Piketty -en su libro "Capital e Ideología"- lo siguiente sobre el salario de los trabajadores: "Una sociedad justa debe basarse en una lógica de acceso universal a los bienes fundamentales: la salud, la educación, el empleo, las relaciones sociales y los salarios diferidos (para las personas mayores -en forma de pensiones de jubilación- y para los que no tienen trabajo -en forma de prestaciones de desempleo-). La ambición debe ser la de una sociedad basada en una remuneración justa del trabajo. Y la renta básica puede contribuir a ello, mejorando los ingresos de las personas con salarios demasiado bajos".

Decía también Piketty: "Se trata, sobre todo, del sistema educativo. Para que todo el mundo tenga la oportunidad de acceder a un trabajo bien remunerado, debemos dejar atrás la hipocresía de invertir más recursos en los itinerarios elitistas que en los itinerarios que más frecuentan los estudiantes socialmente desfavorecidos.

Se trata también del sistema fiscal. Conviene no olvidar que el impuesto progresivo sobre la renta contribuye al establecimiento de salarios más justos mediante la reducción de las diferencias de rentas propias de una sociedad justa.

En concreto, la experiencia histórica muestra que los tipos marginales del orden del 70-90 por ciento sobre las rentas más altas han permitido poner fin a remuneraciones astronómicas e innecesarias, en beneficio, sobre todo, de los salarios más bajos y de la eficiencia económica y social del conjunto". Y concluye Piketty: "Es importante pensar en la renta básica como parte de un paquete más ambicioso que incluye la fiscalidad progresiva sobre la propiedad y la renta, la dotación de capital y el Estado social".

Creo que los españoles, yo, por lo menos, sí, tenemos claro que las explicaciones de Thomas Piketty no van con lo que piensan nuestros gobiernos (habiendo domado ya a los sindicatos, como todos sabemos) sobre la progresividad de la Renta y las remuneraciones de UNOS y de otros, escandalosamente desproporcionadas. En esta España de hoy día, nadie tiene -ni lo mienta- intención de modificar la declaración de la Renta para hacerla más progresiva y más justa sin bonificaciones empresariales y otros menesteres que la convierten en algo -como en una ocasión me dijo un "retorcido" fascistoide- creado para que paguen los pobres. Pobreza que ya está alcanzando a las clases medias tras haber pulverizado a los más desfavorecidos.

Hasta aquí por hoy, pero hay mucho más que decir sobre salarios y muchos datos que aportar. Será otro día que me pille con ganas de seguir, aunque hablar de salarios entristece en este país más de lo deseado y se pierden con frecuencia las ganas de continuar disertando, aún a pesar de las ayudas de tantos profesionales de la información que siempre dan la talla.

 

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