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Una celebración de la desfachatez

04 de Diciembre de 2025
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Una celebración de la desfachatez

El pasado domingo día 30 de Noviembre, el Partido Popular convocó a sus fieles  en Madrid para manifestarse contra la corrupción, amén de la brutal e inhumana tiranía que sufrimos todos los españoles y españolas, del malvado gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez. Esta vez la convocatoria no fue en su feudo de la plaza de Colón, donde ondea la madre de todas las banderas de España, una enseña de casi trescientos metros cuadrados, colocada allí por el Partido Popular para que no quede ninguna duda que, de todos los partidos políticos, ellos son, de lejos, el partido que más quiere a España. Esta  monumental rojigualda es actualmente la mayor bandera del mundo, ni Corea del Norte se atreve a tanto, izada a lo más alto de un mástil de cincuenta metros de altura para que ondee con brío y galanura a los cuatro vientos de la patria. La descomunal enseña, que pesa la friolera de treinta y cinco kilos de tela de la mejor calidad, fue izada por primera vez en 2002 por el entonces alcalde de Madrid Don José Maria Álvarez del Manzano. 

Esta colosal y apoteósica bandera logra ampliamente el objetivo para el que fue izada, que no es otro que inflamar, henchir, colmar de emoción, de sentimiento patriótico, a los fieles del Partido Popular allí convocados para que ingieran, como cuando se hace el avión con la cucharilla a los niños, con más facilidad la patriótica papilla que en ese momento se les esté administrando. Palabras como “España, Españoles, Patria, bandera”...etc bajo la ondulante sombra de la gigantesca bandera sobre sus cabezas, hace que los asistentes al acto se vengan arriba con más facilidad y aplaudan a rabiar todo lo que digan los dirigentes que se ponen detrás del atril para anunciar la buena nueva de que el Partido Popular, el único partido condenado por organización criminal, el partido más corrupto no solo de España sino también de Europa, luchará contra la corrupción del tiránico gobierno de Pedro Sánchez, que también cuenta con algunos casos de corrupción entre sus dirigentes, pero en modo alguno alcanza las inalcanzables cotas, los catorce ochomiles de la corrupción que el Partido Popular ha conseguido escalar en los años que ha gobernado España, su querida España, su amada patria, aunque su patriotismo acaba exactamente donde empieza su cartera.

Y por si a alguien le flaquea la memoria y cree que esto de la corrupción del Partido Popular es un cuento, un bulo, una calumnia, un infundio, una maledicencia más de la pertinaz propaganda de los malvados rojos de siempre, conviene recordar que durante el gobierno de Mariano Rajoy, no confundirlo con ese tal M. Rajoy, el legendario guardameta que paraba todos los sobres que le lanzaba Bárcenas; un M. Rajoy que nadie sabe quién puede ser, durante su mandato hubo 60 casos de corrupción con más de 1200 implicados, cuatro gatos como puede verse. Además de esto, y como decíamos antes, al Partido Popular se le impusieron tres condenas 3 por organización criminal. Y además fueron defraudados más de 900 millones de dinero público. Y antes del gobierno de Mariano Rajoy, hubo otro presidente del gobierno llamado José María Aznar, un nefasto, deleznable y abominable personaje que marcó el camino a Mariano Rojoy dejando tras su mandato la corrupción en lo más alto con 12 de 14 ministros encarcelados y/o imputados. Con un total de 570 años de cárcel para 69 cargos de su gobierno condenados. Y, además, 6.389 millones de euros de dinero público defraudado. Ante esto solo cabe decirle a Pedro Sánchez la frase de José Mota: “no te digo que me lo mejores, iguálamelo”.

Para el mitin del Partido Popular del pasado día 30 de noviembre, aunque éste partido intentó disfrazarlo como una concentración popular de españoles de bien y de orden para protestar contra el corrupto y satánico gobierno de coalición presidido por el tiránico Pedro Sánchez, se eligió el Templo de Debod, una donación de Egipto a España en agradecimiento por la ayuda para salvar los monumentos de Nubia durante la construcción de la presa de Asuán. A propósito de la elección de este lugar sagrado dedicado al Dios Amón, algunos rojos, siempre tan aviesos y malintencionados, dijeron que los dirigentes del PP se habían acordado de los egipcios porque ellos mismos, los prebostes del PP, también habían practicado en muchas, muchísimas, ocasiones ese gesto tan habitual de extender una mano por delante y la otra por detrás en actitud de recoger, de pedir lo “suyo”, que aparece muy a menudo en los jeroglíficos egipcios.

Durante las intervenciones de los máximos dirigentes del Partido Popular, con un cansino y aburrido tonillo mitinero que echaba para atrás, no dejaron de invocar una y otra vez a los españoles: “porque los españoles sabemos”, “porque los españoles ya no toleramos…” “los españoles estamos cansados, hartos…” etc. etc. unas frases que confunden la parte con el todo, porque esos españoles a los que se refieren, no son todos los españoles, ni mucho menos, sino solo y únicamente sus simpatizantes y votantes. Los oradores del Partido Popular deberían tener más cuidado a la hora de hablar de “los españoles” de forma genérica, y aclarar que esos “españoles” solo son “los suyos” y en modo alguno todos los españoles como parecen indicar, dando la sensación de que todos los españoles están con ellos. Y el que no lo está no es español. Hay que recordarles que hay muchos otros millones de españoles, tan españoles como ellos, que no son de ese partido ni quieren saber nada de él. Unos millones de españoles a los que ese partido no representa ni representará nunca y, por lo tanto, no deberían incluirlos en el mismo saco que a sus fieles seguidores. Lo correcto sería decir: “los españoles, a los que el Partido Popular representa, saben, no toleran, están cansados y hartos”...etc. Pero omiten esa salvedad intencionadamente para colar la idea de que el Partido Popular no solo representa a España, sino que es España, cuando la verdad es que ese partido solo representa a sus seguidores, que son españoles, pero no son en modo alguno “los españoles” y menos “España” que, como todos sabemos, es plural, múltiple, variada y diversa. Y cada vez que hagan uso de esa  cansina, molesta e incorrecta coletilla de “los españoles” hay que recordarles que “españoles” son también los que no piensan como ellos. Y ya puestos a pedir, y a pesar de la que Real Academia de la Lengua no lo ve con buenos ojos, al decir españoles, también se debería añadir “y españolas” para nombrar y con ello darle visibilidad a las mujeres, que son más de la mitad de la población. Tampoco estaría nada mal que a la hora de dirigirnos a un grupo empleáramos la palabra “todas” para referirnos a las “personas”, una palabra que incluye a los dos sexos.

La convocatoria del Partido Popular en el Templo de Debod tenía como lema “Mafia o Democracia” el mismo cantar de otras veces. Era, según las palabras de los dirigentes populares, una protesta contra la corrupción del PSOE aprovechando que, primero Santos Cerdán, y después Koldo García y José Luis Ábalos estaban en la cárcel. Se ve que el Partido Popular, a falta de propuestas, proyectos, planes, objetivos, ideas que ofrecer para mejorar la vida de “los españoles” vuelve a repetirse como la morcilla, y una vez más a estrellarse con la idea de denunciar la corrupción del partido en el poder. Y lo hacen confiando en la poca y mala memoria de los españoles, que ya se no acordarán que el Partido Popular ha sido el único partido de España, el único partido, condenado por corrupción. Tiene su gracia que el partido más corrupto de Europa con tres sentencias firmes que lo avalan como tal, tache a otro partido de corrupto, cuando sobre este asunto de la corrupción política, como de otros muchos, deberían callar y pasar de puntillas. Sin embargo le pusieron como lema, con un par, a la convocatoria “Mafia o Democracia”.

Con estas cosas, el Partido Popular da la impresión de que no solo está convencido que los españoles son unos desmemoriados, sino que también son idiotas, y ya no recuerdan que el actual máximo dirigente del Partido Popular fue amigo de un narcotraficante con el que veraneó muchos años en su yate. Que ya no recuerdan que la actual presidenta de la comunidad de Madrid fue la principal responsable de un protocolo sanitario que negó la asistencia hospitalaria a miles de personas por la razón exclusiva de ser personas mayores, de vivir en una residencia de ancianos y no tener un seguro privado. Un protocolo inhumano que impidió que sobrevivieran y les hizo morir en circunstancias horribles e indignas. Que ya no recuerdan que la misma presidenta cuya pareja defrauda a Hacienda, y es el botín de sus fechorías lo que le permite vivir a todo trapo en un ático de lujo en el centro de Madrid. Que ya no recuerdan que el presidente de la Generalitat Valenciana  desatendió sus responsabilidades políticas para entregarse a los placeres de la carne, también a los gastronómicos, mientras sus vecinos se ahogaban por las calles. Que ya no recuerdan que a consecuencia de los recortes en el servicio de prevención de incendios, se agravaron las consecuencias de las catástrofes que hemos vivido este verano. Que ya no se acuerdan que un superministro del gobierno de Aznar ha legislado a la carta para que los socios de su despacho de abogados se forraran, favoreciendo así a sus amigos y a determinados intereses privados. Que ya no recuerdan que el Partido Popular se ha financiado ilegalmente, que ha pagado sobresueldos y ha reformado su sede nacional con dinero negro, y ha destruido pruebas a martillazos. Que ya no se acuerdan que usaron los poderes del Estado para construir pruebas y acusaciones falsas contra sus adversarios políticos. Que ya no se acuerdan que autorizaron el traslado de servidores públicos como si fueran ganado, en un ataúd volante llamado “Yak 42”. Y para tapar el escándalo y acelerar su repatriación, falsificaron las identidades de esos militares hasta convertir en una tómbola la entrega de los restos a sus familias.

Todo esto lo recordó hace unas pocas semanas el ministro Óscar Puente en sede parlamentaria pero, por desgracia, a muchos y muchas ya se les ha olvidado. Y ese olvido, esa desmemoria, es aprovechado por el Parido Popular para montar un desvergonzado mitin y acusar a Sánchez y su gobierno de “mafia” y de “corrupto”.

Y desde el interior del templo, el dios Amón permaneció impasible, totalmente ajeno al bochornoso espectáculo de la desfachatez, el cinismo, el descaro, la vileza y la infamia.

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