Chistorra, sol y lechuga.
Verde en la piel del día.
Silencio que germina.
En el marco del llamado caso Koldo, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil descubrió que José Luis Ábalos, su exasesor Koldo García y otros implicados usaban un lenguaje en clave para referirse al dinero en efectivo que presuntamente manejaban fuera de los circuitos legales. Este argot incluía “Chistorras” para los billetes de 500 euros. “Soles” para los billetes de 200 euros. “Lechugas” para los billetes de 100 euros. “Folios” o “cajas de folios” como término genérico para dinero en efectivo, especialmente usado por Ábalos.
Este sistema de comunicación cifrada tenía como objetivo ocultar la existencia y el movimiento de fondos no declarados. Según los investigadores, parte de estas entregas se realizaban en sobres en la sede del PSOE en la calle Ferraz, y se llegó a identificar una contabilidad paralela vinculada a los gastos del exministro.
Koldo García a Patricia Uriz (su exmujer): “Tengo una pequeña alegría para el día de elecciones.” – Uriz pregunta: “¿Pase lo que pase?” – Koldo responde: “Sí. 2.000 txistorras.” – Uriz contesta: “Eso es imposible. ¿Para nosotros no?” – Koldo afirma: “Sí. Tenemos carne para un tiempo, vamos a guardar un poco lo mínimo, que ya estoy cansado.” – Uriz concluye: “Si los cálculos los hemos hecho bien no necesito ninguna chistorra más. Nunca. Eso es 1M.”
Patricia Uriz a Koldo: “Buenos días, cariño. He quedado con Luis que subo ahora a por las chistorras. Me visto y voy.”
Koldo a Patricia: “¿Valen las chistorras?” (tras pedirle 3.750 euros)
Sobre los sobres en Ferraz: Uriz: “Ya tengo el sobre de Ferraz.” Koldo: “El sobre de Víctor, a mi mesa, y el de Ferraz, a la mesa del ministro.”
Ábalos y Koldo: Usaban el término “folios” o “cajas de folios” para referirse genéricamente al dinero en efectivo.
Este tipo de lenguaje cifrado fue interpretado por la UCO como una estrategia deliberada para ocultar la existencia y el movimiento de dinero no declarado, presuntamente vinculado a pagos en efectivo desde la sede del PSOE.
El caso Koldo, que involucra al exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, ha generado un terremoto político y judicial en España, con ramificaciones que alcanzan al PSOE y al propio Gobierno. Impacto en ambos frentes.
Judicial. La UCO ha remitido un informe de 289 páginas al Supremo, detallando presuntos pagos en efectivo a Ábalos mediante sobres desde la sede del PSOE en Ferraz, sin rastro en sus cuentas bancarias.
Se sospecha que existía una contabilidad paralela, con términos en clave como “chistorras” (500 €), “soles” (200 €) y “lechugas” (100 €), para ocultar el manejo de dinero no declarado.
El juez ha abierto una línea específica para investigar presuntos amaños en adjudicaciones, donde figuran como imputados Ábalos, Koldo, Santos Cerdán (exsecretario de Organización del PSOE) y varios empresarios.
El hijo de Ábalos, Víctor, habría actuado como custodio de dinero en efectivo de origen desconocido, usando “líneas seguras” con Koldo para coordinar pagos.
Se detectaron más de 18.000 € en pensiones alimenticias pagadas por Koldo a hijos de Ábalos, sin que conste devolución por parte del exministro.
Político. El uso de sobres con el logotipo del partido y anotaciones manuscritas refuerza la sospecha de una operativa interna no declarada. Aunque el PSOE niega irregularidades, los investigadores han detectado desajustes entre lo declarado y lo incautado.
Si se confirma que parte del dinero provenía de comisiones por obra pública, el caso podría escalar hacia una acusación de financiación ilegal del partido.
El exministro ha recurrido la decisión de dividir el caso, alegando “fragmentación innecesaria” y falta de pruebas directas. Su defensa insiste en que las sospechas se basan en “conjeturas”.
Este escándalo no solo pone en entredicho la gestión ética de fondos públicos, sino que también plantea preguntas sobre el control interno en los partidos y la transparencia en la adjudicación de contratos. La evolución judicial del caso Koldo y sus implicaciones políticas podrían marcar un antes y un después en la percepción pública sobre la corrupción en España.
Evolución del caso. El juez Ismael Moreno ha solicitado que el Supremo investigue a José Luis Ábalos por presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias y pertenencia a organización criminal. Como diputado, Ábalos está aforado, lo que ralentiza el proceso y complica la instrucción. Si el Supremo acepta la causa, Ábalos podría ser formalmente imputado. Esto abriría la puerta a un juicio que pondría en el centro del debate el uso de influencias políticas para obtener beneficios económicos durante la pandemia.
La Guardia Civil ha detectado ingresos en metálico por más de 60.000 euros entre 2014 y 2024, con picos en 2020. También se ha documentado el uso de lenguaje cifrado para referirse a billetes de alto valor, lo que refuerza la hipótesis de una operativa oculta.
En resumen, si el caso avanza judicialmente y se confirman las sospechas, podría convertirse en un símbolo del desgaste institucional y tener un efecto directo en la confianza ciudadana.