Las decisiones contradictorias se acumulan en la Consejería de Sanidad de la Junta andaluza casi un mes después de estallar el escándalo de los cribados fallidos del cáncer de mama en al menos 2.000 mujeres, la inmensa mayoría de ellas pertenecientes al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, según las estimaciones de la propia Administración autonómica. La Agencia de Calidad Sanitaria concedió el pasado 6 de octubre, apenas una semana después de conocido el “fallo” de estos cribados, la denominada Certificación óptima a la Unidad de Radiodiagnóstico del citado centro hospitalario de la capital andaluza. Un premio que otorga un organismo dependiente de la propia Consejería de Sanidad, Presidencia y Emergencias que dirige Antonio Sanz a través de la Fundación Progreso y Salud.
Dos semanas después de concedido este certificado de calidad, Moreno Bonilla anunció, entre sonrisas con Sanz, la segunda dimisión en el seno de la Consejería de Sanidad
Precisamente, el jefe de esta unidad de Radiodiagnóstico del Virgen del Rocío ha sido una nueva víctima política del escándalo de los cribados fallidos de cáncer de mama. Dos semanas después de concedido este certificado de calidad a esta unidad del hospital sevillano, el propio presidente andaluz anunció, entre sonrisas con el consejero de Sanidad, la segunda dimisión en el seno de la Consejería de Sanidad desde que estallara el escándalo el pasado 28 de septiembre tras la de la consejera Rocío Hernández. Desde un primer momento, la estrategia del ejecutivo de Moreno Bonilla ha sido centralizar en un 85% los fallos en el Virgen del Rocío, pese a los numerosos casos de mujeres afectadas en otras provincias de la comunidad.

El responsable de la Asociación Justicia por la Sanidad Antonio Barreda, muy crítico con la gestión de la Junta en la crisis del cribado de cáncer de mama y por la situación de la sanidad pública andaluza en general, ha desvelado en la red social X esta concesión de la Junta a un servicio que precisamente ha estado en todo momento en el ojo del huracán de esta crisis y señalado de forma insistente por el propio Gobierno de Moreno Bonilla. Una contradicción más del ejecutivo autonómico que sumar a una larga lista ya de falta de transparencia, medias verdades y acusaciones a las propias víctimas de este escándalo sanitario mayúsculo, el más importante de todos los conocidos hasta la fecha en la sanidad pública de Andalucía.