Zelenski introduce el referéndum como variable en una negociación aún abierta

El presidente ucraniano plantea someter a validación popular cualquier decisión sobre los territorios ocupados por Rusia, mientras Kiev trata de preservar margen político frente a Moscú y Washington

12 de Diciembre de 2025
Actualizado a las 14:11h
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Zelenski introduce el referéndum como variable en una negociación aún abierta

Volodímir Zelenski ha incorporado el referéndum como elemento explícito en el debate sobre la soberanía de los territorios ucranianos ocupados por Rusia. La referencia no cierra ninguna cesión concreta, pero desplaza el eje de la negociación hacia la legitimidad democrática en un momento en el que el proceso de paz sigue condicionado por presiones militares, diplomáticas y estratégicas.

Zelenski no presenta el referéndum como una salida rápida ni como una concesión preventiva. Lo formula como un límite interno a cualquier acuerdo que afecte a la integridad territorial. Al insistir en que la decisión debe ser “justa” y refrendada por la ciudadanía, el presidente ucraniano traslada el debate desde la mesa de negociación a un terreno más complejo: el de la validación política dentro de Ucrania.

La mención al Donbás no es retórica. Rusia aspira al control total de la región, mientras Kiev rechaza cualquier retirada que consolide la ocupación. Zelenski admite que el margen es estrecho y que ninguna de las opciones que se discuten resulta favorable para Ucrania, pero insiste en mantener abiertas las conversaciones. No hacerlo supondría asumir un escenario de guerra prolongada sin horizonte diplomático.

La entrega a Estados Unidos de una nueva versión del borrador del acuerdo confirma el peso de Washington como actor central del proceso. Zelenski subraya que el documento incorpora también la posición europea, un matiz relevante en un contexto en el que Kiev intenta evitar que la negociación quede reducida a un intercambio bilateral asimétrico.

El presidente insiste en que no se trata de un texto definitivo, sino de una respuesta a las condiciones previas planteadas por Rusia. Entre los puntos más conflictivos figura la exigencia de retirada de tropas ucranianas en determinadas zonas a cambio de compromisos rusos limitados. Kiev considera esa fórmula incompatible con cualquier garantía de seguridad mínimamente creíble.

A este bloqueo se suma la situación de la central nuclear de Zaporiyia, convertida en uno de los principales focos de tensión. Más allá del riesgo técnico, su control se ha transformado en un instrumento de presión política permanente dentro de la negociación.

En ese contexto, el referéndum no actúa como solución, pero sí como condición política: ninguna redefinición territorial podría quedar cerrada sin una decisión colectiva, lo que introduce un factor de incertidumbre que Moscú y Washington no controlan plenamente.

Fuerzas armadas, elecciones y equilibrio interno

Zelenski ha confirmado que el tamaño de las Fuerzas Armadas se mantendría en torno a los 800.000 efectivos, descartando reducciones más profundas planteadas en fases previas. El mensaje es claro: Ucrania no está dispuesta a comprometer su capacidad defensiva mientras el alto el fuego no esté garantizado y el marco de seguridad siga sin definirse.

En paralelo, el presidente ha pedido al Parlamento que prepare enmiendas legislativas para permitir la celebración de elecciones en tiempo de guerra. El movimiento responde a una tensión de fondo: preservar la legitimidad democrática sin poner en riesgo la seguridad ni vaciar de contenido el proceso electoral. Zelenski condiciona cualquier convocatoria al apoyo logístico y técnico de los aliados, consciente de que unas elecciones cuestionadas debilitarían su posición tanto interna como internacionalmente.

En el plano exterior, el dirigente ucraniano confía en que Estados Unidos ejerza presión para desbloquear resistencias a la adhesión de Ucrania a la Unión Europea, mientras asume que la OTAN sigue fuera de alcance. La referencia directa a Hungría y la mención al papel personal de Donald Trump reflejan hasta qué punto la negociación se mueve también en el terreno de los equilibrios políticos internos de los aliados.

Zelenski no oculta los riesgos. Advierte de que Rusia podría retirarse del proceso si la presión económica aumenta, pero también señala que la alternativa a negociar es una escalada aún más costosa, para Ucrania y para quienes la sostienen. En ese marco, la apelación al referéndum funciona menos como un gesto táctico que como una forma de rearmar políticamente una negociación frágil, sometida a demasiadas variables externas.

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