El acuerdo de paz entre Israel y Hamás, presentado por Donald Trump como un hito histórico, podría estar al borde del colapso. Documentos internos de la administración, publicados por el diario Politico, revelan profundas dudas sobre su viabilidad y la ausencia de un plan claro para convertir el alto el fuego en una paz duradera.
Los materiales, presentados en un simposio del Comando Central de Estados Unidos y del recién creado Centro de Coordinación Cívico-Militar en el sur de Israel, describen un proceso plagado de incógnitas. Una diapositiva de Power Point mostraba una flecha interrumpida por un signo de interrogación entre las fases del plan: de la tregua inicial al desarme de Hamás y la gobernanza palestina. Nadie parece saber cómo llegar de una a otra.
El núcleo del acuerdo es la Fuerza Internacional de Estabilización (FIE), una misión multinacional que garantizaría la seguridad en Gaza. Pero incluso dentro del gobierno, existen dudas sobre su mandato, composición y financiación. “El acuerdo carece de un plan para su implementación”, admitió a Político un funcionario citado en los documentos.
El Power Point lo aguanta todo
Mientras Trump celebra el alto el fuego como “el comienzo de una armonía duradera”, sus propios asesores reconocen que la realidad es mucho más frágil. Los informes presentados durante el simposio muestran un enclave devastado, con más de la mitad de su infraestructura civil en ruinas y un Hamás rearmado que vuelve a llenar el vacío de poder.
Países como Indonesia, Pakistán y Turquía se han mostrado dispuestos a aportar tropas, pero solo bajo mandato de la ONU, algo que Israel rechaza. Otros aliados prefieren financiar la misión antes que arriesgar soldados. El resultado es un vacío operativo y político que amenaza con prolongar la inestabilidad.
Contradicción clave
El plan también desafía la propia doctrina de Trump. Bajo el lema “Estados Unidos Primero”, el presidente prometió reducir la implicación de Washington en conflictos externos. Sin embargo, los documentos sugieren una presencia estadounidense sostenida en Gaza, supervisando incluso la reconstrucción económica. “La pregunta es si esto es coherente con la agenda del presidente”, señala el diario estadounidense.
Trump insiste en que su “Plan de 20 Puntos” traerá una nueva era de cooperación regional. Pero en Gaza, la paz sigue siendo más una presentación de PowerPoint que un proceso tangible.
Y mientras los diplomáticos redactan resoluciones y las conferencias de donantes se posponen, el territorio se hunde en una calma tensa: ni guerra abierta ni reconstrucción real, sino una tregua precaria que, como tantas otras en Oriente Próximo, podría desvanecerse antes de volverse creíble.