La salud mental entra en el trabajo: romper el silencio para prevenir el sufrimiento laboral

Expertos y expertas alertan en la Jornada Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Comunidad de Madrid sobre la urgencia de abordar los riesgos psicosociales con formación, escucha y prevención real

11 de Noviembre de 2025
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El psicólogo Guillermo Fauce Fernández, presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en la Jornada Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo organizada por UGT Madrid,
El psicólogo Guillermo Fauce Fernández, presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en la Jornada Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo organizada por UGT Madrid

La salud mental ha dejado de ser un asunto individual para convertirse en un problema colectivo y estructural dentro de los centros de trabajo. Así se desprende de las intervenciones en la Jornada Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo organizada por UGT Madrid, donde psicólogos, técnicos y profesionales del ámbito laboral coincidieron en un mismo diagnóstico: los riesgos psicosociales son ya una de las grandes asignaturas pendientes de la prevención.

El encuentro, centrado en los riesgos psicosociales y la salud mental, abrió una reflexión profunda sobre las condiciones de trabajo, la precariedad, el aislamiento y la falta de respuesta institucional ante problemas cada vez más frecuentes como el estrés, el burnout o la violencia psicológica en el entorno laboral.

“La salud mental no está en las personas, sino en sus condiciones de vida y trabajo”

El psicólogo Guillermo Fauce Fernández, presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras y profesor de la Universidad Complutense de Madrid,  fue uno de los ponentes más aplaudidos por su claridad. “La salud mental no es un elemento individual, sino contextual. Y, sin embargo, la estamos tratando como si fuera solo responsabilidad de cada persona”, advirtió.

Fauce criticó la visión neoliberal que convierte el malestar en un fracaso personal. “Nos dicen que ‘querer es poder’, pero no siempre es así. No todo depende de nuestra voluntad: también influyen las estructuras laborales, las cargas de trabajo o la falta de apoyo”, explicó. Según su análisis, el modelo actual tiende a culpabilizar al trabajador, cuando en realidad “el problema está en cómo se organiza el trabajo y en qué condiciones se desarrolla”.

El psicólogo alertó además sobre la medicalización excesiva: “No existe una analítica que mida la serotonina o determine un trastorno mental. La medicación debería ser el último recurso, no el primero. Lo que necesitamos es escucha, acompañamiento y apoyo humano”.

En su intervención, también insistió en que los delegados y delegadas sindicales son agentes de salud: “Ellos son los primeros que detectan el malestar, las tensiones o el aislamiento en el trabajo. Formarlos en primeros auxilios psicológicos es fundamental para crear entornos laborales más saludables”.

Riesgos invisibles que dejan huella

A continuación intervino Francisco, técnico del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo, quien centró su exposición en la gestión práctica de los riesgos psicosociales. “Cuando hablamos de riesgos psicosociales nos referimos a condiciones organizativas que pueden generar daños mentales: estrés, ansiedad, burnout o incluso violencia psicológica”, explicó.

Según detalló, estos riesgos están detrás de muchos accidentes o bajas laborales que no se registran correctamente. “En nuestro análisis de partes de accidente entre 2019 y 2023, detectamos que la mayoría de los casos se relacionaban con ansiedad o estrés postraumático. Pero muchos ni siquiera se comunican como accidentes laborales”, subrayó.

Los sectores más afectados, según los datos del Instituto, son seguridad privada, comercio, transporte y atención sanitaria, donde la exposición a terceros y la presión constante son elevadas. “Hay personas que aguantan conflictos laborales durante años. Es una gota malaya que acaba desgastando su salud mental”, describió el técnico.

Sin normativa específica y con evaluaciones insuficientes

Francisco fue claro al señalar una carencia estructural: “No existe una normativa específica sobre riesgos psicosociales en España”.
Aunque el Estatuto de los Trabajadores y el Reglamento de los Servicios de Prevención recogen la obligación de proteger la salud, la legislación es todavía insuficiente. “Nos apoyamos en artículos generales o en leyes de igualdad y protocolos contra el acoso, pero no hay una regulación clara sobre estrés o burnout”, explicó.

Además, según sus datos, solo el 18% de las empresas realiza una evaluación específica de estos riesgos. “La mayoría se limita a cuestionarios superficiales. Y en más del 60% de los reconocimientos médicos ni siquiera se incluye la salud mental”, añadió.

El técnico recordó que las medidas de prevención deben ser primarias (antes del daño), secundarias (cuando ya hay riesgo) y terciarias (cuando el problema ya existe). Sin embargo, la mayoría de las empresas actúa de forma reactiva. “Esperan a que estalle el conflicto o a que el trabajador coja la baja”, lamentó.

De la autoculpabilización a la acción colectiva

Guillermo Fauce subrayó un punto clave: “El trabajo ya no garantiza integración social. Hoy hay gente que está peor trabajando que sin trabajar. Eso es precariedad”.
Ante ello, defendió la acción colectiva como herramienta de salud mental: “Tener sindicato y delegados de prevención es una de las mejores terapias frente a la soledad laboral. Lo que nos enferma muchas veces no es el trabajo en sí, sino la falta de organización y apoyo”.

Fauce también advirtió sobre el impacto de las nuevas tecnologías: “Estamos criando una generación ansiosa. Los jóvenes viven conectados, sobreexpuestos y sin capacidad para desconectar o tolerar la frustración”.

Su propuesta pasa por recuperar lo humano: “Frente a la inteligencia artificial, necesitamos inteligencia emocional. Frente a la autoexplotación, empatía. Frente al aislamiento, comunidad”.

“La salud en el trabajo es un derecho”

Para cerrar la mesa, Mamen Ñacle, técnica de UGT Madrid, recordó la trayectoria histórica del sindicato en esta materia: “Ya en 1978, en su Congreso, UGT afirmaba que defender la salud en el trabajo iba más allá de prevenir accidentes. Hablábamos de fatiga, frustración, estrés y problemas familiares derivados de las condiciones laborales. Casi medio siglo después, esas palabras siguen vigentes”.

Ñacle destacó además que UGT Madrid está impulsando, dentro del VII Plan Director de Prevención de Riesgos Psicosociales, cursos para formar a delegadas y delegados de prevención como agentes de salud mental, una iniciativa que busca dotarles de herramientas para detectar, acompañar y prevenir el malestar emocional en los centros de trabajo.

“Frente al discurso del ‘salario emocional’, hay que recordar que la salud mental se protege con derechos, seguridad y dignidad laboral”, añadió.

Hacia una prevención integral y humana

La Jornada concluyó con un mensaje unánime: la salud mental debe incorporarse plenamente a la prevención de riesgos laborales y reconocerse como enfermedad profesional.

El reto, como insistieron los ponentes, no es solo medir el malestar, sino transformar las condiciones que lo generan. Y para ello, la escucha, la empatía y la acción colectiva son herramientas tan esenciales como cualquier protocolo o normativa.

Porque, como recordaron en la jornada, cuidar la salud mental en el trabajo no es una moda: es una obligación moral, legal y social.

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