La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha impuesto una multa de 5 millones de euros a Twitter International Unlimited Company (matriz europea de la red social X) por incumplir la legislación sobre publicidad de entidades financieras no autorizadas, conocidas popularmente como chiringuitos financieros. Se trata de una de las sanciones más elevadas impuestas por el regulador español a una gran plataforma tecnológica.
La resolución, publicada este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE), considera que Twitter cometió una “infracción continuada muy grave” al incumplir sus deberes de colaboración y supervisión respecto de la publicidad difundida en su plataforma. Según el documento, la compañía permitió la promoción de Quantum AI, una entidad no autorizada para prestar servicios de inversión en España, sin verificar si figuraba en la lista de empresas advertidas por la CNMV o por otros supervisores extranjeros.
La CNMV ya había abierto un expediente sancionador en diciembre de 2024, después de detectar múltiples anuncios de Quantum AI en X (antigua Twitter), que prometían altas rentabilidades mediante sistemas automatizados de inversión. En ellos se simulaban noticias falsas donde personajes públicos españoles afirmaban haber ganado grandes sumas utilizando la aplicación, una táctica clásica de los fraudes financieros en línea.
En aquel momento, el organismo advirtió que la difusión de ese tipo de contenidos “agrava el riesgo para los inversores minoristas” y refuerza la necesidad de que las plataformas tecnológicas comprobasen la autenticidad y licitud de las campañas publicitarias financieras antes de publicarlas.
La CNMV subraya ahora que Twitter incumplió su “deber de asistencia” al no retirar o filtrar los anuncios pese a las reiteradas advertencias del regulador.
Un problema creciente
La sanción llega en un contexto de creciente alarma por el impacto de los fraudes financieros en redes sociales. Según estimaciones del propio organismo, el número de denuncias sobre “chiringuitos” en España se ha triplicado en los últimos tres años, impulsado por la viralidad de campañas falsas que prometen ganancias rápidas y utilizan imágenes de empresarios, periodistas o deportistas conocidos sin su autorización.
Quantum AI, el caso que desencadenó el expediente, es solo uno de decenas de supuestos esquemas de inversión automatizada que circulan en internet. En muchos casos, los fraudes replican la estética de medios de comunicación legítimos o incluso de plataformas institucionales, lo que dificulta su detección por parte de los usuarios y de las propias redes sociales.
La CNMV ha recordado en varias ocasiones que el artículo 240 del texto refundido de la Ley del Mercado de Valores establece la obligación de los intermediarios, incluidas las plataformas digitales, de colaborar en la prevención de fraudes financieros, particularmente cuando se benefician de la publicidad de entidades no autorizadas.
El caso de Twitter (ahora X) contrasta con la actitud de otras grandes tecnológicas. La CNMV ha destacado públicamente la colaboración activa de empresas como Google y Meta, que acordaron bloquear anuncios de entidades no registradas en sus plataformas tras la aprobación de nuevas directrices europeas sobre publicidad financiera digital.
Por el contrario, X y TikTok han sido señaladas reiteradamente por el supervisor español por su falta de cooperación. La CNMV sostiene que, pese a los requerimientos enviados desde 2023, no han establecido mecanismos eficaces para impedir la difusión de contenido financiero fraudulento ni para verificar si los anunciantes cuentan con licencia.
La sanción a Twitter marca, por tanto, un punto de inflexión en la relación entre los reguladores financieros europeos y las plataformas tecnológicas, en un momento en que Bruselas refuerza su marco normativo sobre responsabilidad digital a través del Reglamento de Servicios Digitales (DSA).
El caso español podría tener repercusiones más amplias en la Unión Europea. La CNMV actúa en coordinación con otros supervisores europeos dentro de la red ESMA (European Securities and Markets Authority), que desde 2023 impulsa la creación de un protocolo común de actuación frente a la publicidad engañosa en redes sociales.
La multa a Twitter sienta un precedente: reconoce que las plataformas no pueden ampararse en la neutralidad tecnológica cuando su modelo de negocio depende de la publicidad segmentada y monetiza la difusión de mensajes financieros. “La frontera entre intermediario y editor es cada vez más difusa”, señalan fuentes del sector financiero, que consideran que la decisión de la CNMV redefine la responsabilidad de las redes sociales frente a los riesgos para el inversor.
La sanción llega en un momento en que X, bajo la dirección de Elon Musk, mantiene una política de moderación de contenidos mucho más laxa que la de sus competidores. En España, la CNMV y el Ministerio de Asuntos Económicos han expresado su preocupación por el vacío de control que esto genera en ámbitos sensibles como la publicidad de inversiones, criptomonedas o préstamos rápidos.
El mensaje del regulador español es claro: las grandes plataformas deben asumir su responsabilidad en la protección del consumidor financiero.
Como resumió un alto funcionario de la CNMV, “si ganan dinero con la publicidad de productos financieros, también deben responder por sus riesgos”.
Con esta sanción, España se coloca en la vanguardia de la supervisión digital europea. El precedente no solo afecta a Twitter, sino a cualquier empresa tecnológica que opere en el país y ofrezca servicios publicitarios a entidades financieras. En los próximos meses, se espera que la CNMV publique una guía específica sobre publicidad financiera en redes sociales, con criterios que podrían ser adoptados por otros reguladores del continente.
El caso Quantum AI no es solo una historia de fraude, sino un síntoma del desafío más amplio que plantea la economía digital: la dificultad de trasladar las normas del mercado financiero tradicional a un ecosistema gobernado por algoritmos, influencia y velocidad.
Para Twitter (y para el resto de Silicon Valley), la multa de cinco millones es menos un golpe económico que un aviso regulatorio: la era de la impunidad publicitaria en redes sociales está llegando a su fin.