Esa es la cantidad estimada por Liberty Media, basándose en el número de telespectadores que vieron en directo el duelo entre Hamilton y Verstappen en Abu Dhabi 2021. Pero podrían ser incluso más.
Mil millones de personas. Cada segundo de publicidad tendrá un valor casi infinito. Es el negocio del siglo.
No es extraño que los dueños de la F1 hayan luchado para que el actual campeón mundial, Max Verstappen, recortase la enorme distancia que le separaba de los dos pilotos de McLaren.
Mil millones de personas. Una cienmilmillonésima parte ya sería un éxito enorme para este humilde artículo.
El fin justifica los medios. Oficialmente a los McLaren se les descalificó en Las Vegas porque les faltaba menos de un milímetro del fondo plano. Y luego, qué torpes de repente los chicos del equipo campeón de constructores de Fórmula 1, en Qatar llega el momento de hacer la parada en boxes, obvia parada, aprovechando un coche de seguridad; y justo los dos McLaren no la hacen. Vaaaya...
Y claro, Verstappen se les pega en la lucha por el campeonato, ya no a los talones, sino que les besa el culo.
El Mundial lo ganará quien más lo merezca, dadas las circunstancias. Es decir, si Lando Norris es capaz de atarse los machos y controlar sus nervios y sus miedos saldrá como campeón mundial este domingo. Pero si los nervios de Norris fallan, va a ser apocalíptico, porque la fama de depredador la tiene Max Verstappen, pero Oscar Piastri es la venganza de Mark Webber, a quien obligaron a ejercer de segundo piloto en la era de Sebastian Vettel. Y le aseguramos al lector que Oscar Piastri no está en absoluto nervioso.
¿Qué importa cómo se haya llegado hasta aquí si al final vamos a tener una carrera capaz de convocar a mil millones de espectadores? ¿Quiénes somos nosotros, periodistas, espectadores, aficionados, para juzgar algo tan inmenso?
Será este domingo, siete de diciembre de 2025. Será en Abu Dhabi.
Mil millones de personas estaremos, ansiosos y expectantes, conteniendo la respiración..., y mirando.
Tigre Tigre