Da qué pensar. Da mucho que pensar que el mejor amigo que ha tenido Lewis Hamilton en su vida haya sido un perro. La relación hombre-perro es algo aceptado y aprobado en la cultura occidental. Sin embargo, en el Islam, el perro está considerado como un super impuro, y sólo se le admite como guardián y ayudante. Y en muchas tribus del continente americano los perros son comida, como los corderos para nosotros, y animales de carga.
Yo soy occidental y comprendo perfectamente, apruebo y aplaudo, esa relación del heptacampeón del mundo de F1 con Roscoe, el bulldog inglés que falleció a los 12 años el pasado 28 de diciembre después de haberse convertido en “modelo canino” y una figura absolutamente popular en todo el mundo. Bien, que se llevaran fenomenal, repito que lo aplaudo y me encanta, pero que el mejor amigo de una suerte de superhombre, alguien con dinero suficiente para adquirir un país para él solo, alguien con tanta fama y de tanto éxito, no tenga ningún otro “mejor amigo”. Ni mejor amigo, ni una mujer (ahora que lo pienso), que le haya parecido la compañera perfecta. Es evidente que el éxito, igual que el dinero, es una máscara que impide que se nos vea como realmente somos. Me ha pasado, como a cualquiera, que en etapas de “vacas gordas”, si se me permite la referencia bíblica, los amigos me salían al paso como setas silvestres, y que cuando llegaban “las vacas flacas” la norma cambiaba a: “si te he visto no me acuerdo”.
Hamilton es un hombre solo, una persona sola. Es maravilloso que tuviese esa relación de amistad y compañerismo con Roscoe. Pero es un compañero comprado, adoptado en este caso, no un pájaro que vuela por donde nosotros vivimos y nos elige como su colega favorito, no un tipo, o tipa, que hemos conocido en cualquier sitio y poco a poco nos ha ido cayendo bien y conquistando nuestro corazón.
La conclusión a la que llego, sin juzgarla, es que en nuestra cultura ha llegado a tener más valor la relación con un animal que con un ser humano, que miramos para otro lado si nos cuentan que están muriendo niños en Gaza o Ucrania o Nigeria, pero que si nos contasen que están matando perros masivamente en cualquier sitio…
Nuestro mundo, actualmente, es así.
Un abrazo, Lewis. Ya sabes quien soy, El Tigre, y siento mucho lo de Roscoe, tu maravilloso amigo, tu perro.
Tigre Tigre