La maravillosa actriz —MAGNANI APERTA— Arantxa de Juan me invitó el pasado sábado a su cumpleaños, como ya había hecho en años anteriores. Cualquier fiesta organizada por Arantxa, y ha organizado muchas, es un canto a la alegría de vivir. Siempre lo paso genial.
Gente interesantísima, conversaciones tan valiosas como leer el mejor libro..., y riquísimo todo; la tarta, una obra de arte... Y, además, la cumpleañera tuvo la generosidad de leer el cuento 125 de El año del cazador, y todos los invitados corearon la palabra que lo cierra. En breve lo subiré a YouTube.

Roberto Carretero presentaba libro en la Ciudad de la Raqueta, y el Tigre me pidió que, por favor, acudiera a la presentación para saludarlo de su parte. El Tigre, Tigre Manjatan, es como un hijo para mí (mi llama Padrecito, el muy cabrón), y si está en mi mano nunca le niego nada. Para quien no haya estado nunca antes en la Ciudad de la Raqueta debo decir que el sitio es bastante difícil de encontrar; era mi caso. Pero conseguí llegar y así ver al mejor narrador de tenis que he escuchado nunca, rodeado de todos sus fantásticos amigos, la mayoría conocidos deportistas, y hasta le pedí que me dedicase un ejemplar para la Fiera (así llama el joven Larios al Tigre).
Lo de Narváez fue francamente divertido. Era para el programa Callejeando de Telemadrid, presentado por la divina Adriana Abenia. Tocaba la calle que lleva el nombre del Espadón de Loja, Ramón María Narváez, el general de las zetas, como le llamo en la novela El hombre que inventó Madrid.

Por supuesto que el hombre que inventó Madrid, el Madrid moderno, Mad Madrid, no fue Narváez, sino Pepito Salamanca, más conocido como el marqués de Salamanca, que es quien protagoniza mi novela.
Pero Narváez también se merecería un libro, una novela, para él solo. Y aunque soy consciente de que nadie puede escribirlo mejor que yo, solo lo haré si me convence cómo suena “la música del dinero”.
Bah, el dinero. La gente es lo que a mí realmente me importa: Arantxa de Juan, Roberto Carretero... y Narváez, el hombre del peluquín que fue siete veces presidente del Gobierno y que disparada frases como la que sigue:
“No puedo perdonar a mis enemigos, porque los he matado a todos”.
¡Biba la vida!, como dice Rafael Soler, alias Isla Grande.
Excélsior
